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En busca de oportunidades

Aseguraba que sólo así podrían entender a México y a los mexicanos, los de arriba y los de abajo, los cultos y los ignaros

Para el universo de mexicanos que ha crecido con el cine de ficheras, la música grupera, Chespirito, La Escuelita y los programas noticiosos de López Dóriga, Loret de Mola, Pepe Cárdenas y similares y conexos, resulta difícil entender, aunque lo explica con todas sus letras, por qué Daniel Cosío Villegas decía que los presidentes de México debían ser, obligadamente, de origen humilde.

Aseguraba que sólo así podrían entender a México y a los mexicanos, los de arriba y los de abajo, los cultos y los ignaros.

En busca de oportunidades

Como botón de muestra de la importancia de conocer la pobreza y a partir de ella encumbrarse por mérito propio, son las palabras del secretario de Hacienda del becario de ingrata memoria, Ernesto Cordero, quien, con desparpajo afirmó que: “Hay familias mexicanas que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”. Ni la menor idea tenía de lo que decía.

Los gobiernos revolucionarios estuvieron presididos por personas que surgieron de las masas populares quienes a base de esfuerzo y de talento fueron escalando en la escala económica, social y política. Hasta antes del Lic. Luis Echeverría Álvarez, todos los aspirantes a la presidencia tenían una sólida carrera política afincada en los principios del Partido Revolucionario Institucional en sus primeras tres etapas, además de amplia experiencia en tareas de gobierno, administrativas y de representación popular. Gente muy capaz.

Por ello, durante los gobiernos revolucionarios no pudieron los adalides del capitalismo salvaje entrar a México para imponer su voluntad y hacer prevalecer sus intereses. Volviendo al principio, el cine mexicano tuvo una época de gran esplendor que dominó las pantallas del planeta (Pedro Infante recibió el Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín como el mejor actor); la música de los compositores nacionales se escuchaba en todos los confines y Granada, de Agustín Lara sigue siendo pieza obligada del repertorio de los clásicos (Bésame Mucho, de Consuelito Velázquez, es la canción popular más grabada del mundo, inclusive por Mireille Mathieu, Elvis Presley y Los Beatles), Cantinflas, Tin Tan, Piporro eran grandes comediantes. No se necesitaban locutores diciendo mentiras; las palabras del Presidente bastaban.

Ahora que México, por voluntad expresa de los mexicanos, ha vuelto a tener un presidente que viene de abajo y que conoce las necesidades de la gente, no se necesitan voceros ni intérpretes. El presidente López Obrador ha dicho que va a Washington a entrevistarse con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para tratar los asuntos relacionados con el nuevo tratado comercial T-MEC, del cual se esperan grandes cosas. Así lo dijo, así se hará y tan-tan. Habrá quien se sienta afectado; pero, ni modo.

Don Jesús Reyes Heroles aseguraba que la forma es fondo. En ese sentido, la forma en que se ha visto que el presidente López Obrador se conduce durante su viaje a la capital de los Estados Unidos muestra el fondo. Al Imperio, no va como emperador, sino como presidente de una república libre y soberana; cumple con las disposiciones de cada lugar que pasa como un ciudadano responsable y respetuoso de la ley; va con buena voluntad y ánimo presto para percibir todas las oportunidades que se vayan dando.

La presencia en este viaje de varios de los más importantes empresarios del país, cuando menos de los que han podido entender que la Cuarta Transformación presenta magníficas oportunidades de hacer negocio: Carlos Slim Helú (Grupo Carso), Patricia Armendáriz Guerra (Financiera Sustentable), Carlos Bremer Gutiérrez (Grupo Financiero Value), Francisco González Sánchez (Grupo Multimedios), Miguel Rincón Arredondo (Bio Pappel) y Marcos Shabot Zonana (Arquitectura y Construcción), Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas), Daniel Chávez Morán (Grupo Vidanta), Carlos Hank González (Grupo Financiero Banorte), Bernardo Gómez Martínez (Grupo Televisa) y Olegario Vázquez Aldir (Grupo Empresarial Ángeles), confirma el carácter de la visita al vecino y la posibilidad de obtener beneficios.

La presencia de los empresarios mexicanos es también un mensaje a los emisarios del pasado, a los agoreros del desastre, a los pillos que saquearon a México y hambrearon a los mexicanos, para que entiendan que los tiempos han cambiado y que ahora está en la presidencia un hombre que no puede ser tentado ni con el halago ni con las lágrimas, al que le importa mucho el destino del país y de su gente.

Por voz de su presidente, México va en busca de un desarrollo compartido, no de dádivas ni discursos.