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El mal de la badea

El científico más notable del siglo XX, cuyo trabajo revolucionó el mundo de las ideas, Alberto Einstein, consideró la moralidad como indispensable para la supervivencia de la humanidad y dedicó grandes esfuerzos a encontrar una posición coherente sobre la relación entre la moral, la ciencia y la religión. Desde su punto de vista, la moral debe desligarse de la religión para traer paz dignidad y felicidad, a todas las personas.

Expresó que: “Aunque soy un solitario típico en la vida diaria, mi conciencia de pertenecer a la comunidad invisible de aquellos que buscan la verdad, la belleza y la justicia me ha preservado de sentirme aislado”, para luego explicar que la principal fuente de discordia entre los individuos y los grupos proviene de un exagerado sentido de auto-importancia. Por lo tanto, la corrección de errores parte de resolver el “problema de la vanidad humana y la sensación de que tenemos voluntad autónoma”.

El mal de la badea

Así que, aunque las opciones egoístas de una persona son superficialmente libres en el sentido de estar de acuerdo con su actual conjunto de valores, no armonizan con su verdadera naturaleza, y el conflicto interno es una especie de coacción. La liberación de la esclavitud del egoísmo conduce a la recuperación del sentido de conexión con el resto del mundo, y uno puede revisar el conjunto de valores fundamentales cavando más profundo en uno mismo. Propone que el esfuerzo personal guiado por el ideal de promover el bienestar de todo el mundo, incluye el interés legítimo y conduce al éxito.

Esta referencia de la moral como elemento indispensable para la supervivencia de la humanidad y para poder superar el actual predominio del egoísmo como el promotor de todos los males que padece el Anáhuac, viene a colación por las palabras del vocero del gobierno que tomará posesión del primero de diciembre, Jesús Ramírez, quien señaló que: “Necesitamos volver a recuperar la educación cívica, la ética como parte de la formación educativa, y un código de ética a nivel de los funcionarios”. Ramírez encabezará el equipo encargado de la elaboración de la Constitución Moral propuesta por Andrés Manuel López Obrador desde su campaña, como parte de la pacificación nacional.

Como casi todas las iniciativas del nuevo gobierno, la idea ha levantado una serie de críticas de lo más diverso, como la de Khemvirg Puente, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, quien dice que lo que propone López Obrador obligaría a los ciudadanos a conducirse en la forma que él cree que es la correcta: su concepto personal de moralidad; pues: “No existe una moral, sino muchas. Al no existir un concepto homogéneo, absoluto y universal, no queda claro cuál es la moralidad de la que él habla y se entiende que es la suya”, lo que choca con los expresado por Einstein.

Así mismo, señala que la creación de una Carta Magna bajo los preceptos de moralidad y no éticos indica que su propuesta se basa en conceptos de la religión cristiana. “Es lo que podemos suponer de sus discursos, aunque no queda del todo claro. Se señala que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños. Y para muchos, Cristo es amor”. Además, dice que es contraria a la Constitución actual.

Volviendo a Einstein, a quien se debe un mayor reconocimiento que a los actuales críticos: “El bienestar del conjunto incluye el interés legítimo, por supuesto, y el malabarismo de equilibrio no es fácil. Nuestros esfuerzos inevitablemente se quedan cortos. Por lo tanto es mejor no tomarse uno mismo demasiado en serio y poner más atención en aportar elementos personales para lograr la armonía y la felicidad del conjunto”.

Einstein parece haber seguido sus propias prescripciones morales: sus actividades morales en gran parte fueron dirigidas hacia el público con temas tales como desarme y la rectitud en el ámbito del gobierno. Pero, en lo personal también trató de tomar sus propios consejos: burlándose de su imagen de santón de la ciencia.

El tema habrá de ocupar la atención de propios y extraños por un buen rato y bueno sería que cada quien expresara su posición.

Lo ideal es que, cuando menos, se haga consciencia del grave daño que ha generado el feroz egoísmo que ha llevado a la aberrante acumulación de la riqueza es una cuentas manos a costa de la miseria de las mayoría.