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El día después

Existe una frase hecha a la medida que indica que algún acontecimiento dado resulta inexorable, a menos que ocurra una hecatombe: “La tendencia es irreversible”. Si se echa mano de las encuestas que publican de tanto en tanto algunos medios y varias de las casa encuestadoras del país y del exterior, la frase cae como anillo al dedo, porque en todas se muestra que el candidato puntero no sólo se mantiene sino que crece más.

Ayer se publicó que: “Según la más reciente encuesta de El Financiero, el candidato Andrés Manuel López Obrador se mantiene en el primer lugar, mientras que Ricardo Anaya se ubica en el segundo puesto. Más atrás aparece José Antonio Meade”. Por lo qua hace a los número, se señala que: “Al 28 mayo 2018: AMLO 50%, Anaya 24%, Meade 22%”. Estas posiciones y estos números son casi similares al resto de las encuestas.

El día después

Quizá la que difiere un poco sea de Arias Consultores y Revista32, en que el candidato AMLO lidera en la preferencia electoral, seguido de José Antonio Meade Kuribreña, en tanto Ricardo Anaya Cortés se ubica en el tercer lugar. Los números son: “Junio 2018: AMLO 69.3%, Meade 14%, Anaya 12.9%”. Que dista mucho de: “Encuesta Presidencial Gii360 de mayo 2018: AMLO 45%, Anaya 21%, Meade 16%”. Pos el mismo tenor otras.

Y, si las tendencias son ya irreversibles a casi tres semanas de la madre de todas las elecciones, habría que decir que lo más importante en este momento es lo que habrá de ocurrir el día siguiente. Aunque hay algunos medios que han tratado de encontrar diferencias entre 1994 y 2018, no las hay tanto. El error de diciembre, como se conoce la avalancha de acontecimientos que puso en crisis a la economía nacional y paralizó el sistema productivo nacional, no fue por las medidas del nuevo gobierno, sino por los errores acumulados del salinismo trágico, que mantuvo artificialmente estable la paridad peso dólar cuando ya era insostenible por el crecimiento de la deuda externa.

Orita mismo, ya se sabe que la deuda total del gobierno sobrepasa la media del PIB nacional y que se sigue pidiendo dinero al exterior mediante diversos subterfugios que no tiene otro fin que permitir el actual gobierno terminar el periodo en que se ha dado el mayor y más escandaloso despilfarro de recursos en los días en que se impone la prudencia y la cautela ante los amagos que vienen del exterior y los del interior.

La dependencia del país se ha acrecentado tanto y tan irracionalmente que ahora es necesario traer de fuera lo que necesitan los mexicanos para comer, especialmente el maíz, el frijol, el trigo y oleaginosas. Según los últimos datos de la Secretaría de Comercio, ya se está importando más del 70 por ciento de las gasolinas que consumen los aborígenes, con el agravante de que en México se venden más caras que afuera.

Ahora, la incapacidad de los funcionarios que encabeza el despistado Ildefonso Guajardo, dicen, abriéndose la camisa como aseguran que hace Supermán, que habrá de responder a los aranceles de Trump con impuestos a la importación de carne de cerdo. Creen que con ello castigarán al presidente de los Estados Unidos y a los productores de ese alimento de alto consumo en México; como no saben nada de la economía real, son incapaces de entender que a quienes van a amolar es a los que sin poder comprar filetes o chuletones, se conforman con un taco de carnitas.

La alta dependencia de las importaciones, la elevada deuda externa, la destrucción del aparato productivo nacional, el deterioro de las instituciones operativas y de gobierno, el avance de la violencia como fórmula favorita para resolver conflictos y, en fin, el desastre que dejan los que se van, amparados por la más absoluta impunidad, hace que el día siguiente pueda ser una nueva pesadilla, de la que tardarán los mexicanos en reponerse.

La tendencia en el proceso comicial ya es irreversible; tanto como es la permanencia de los mismos delincuentes en las instancias de decisión y el pesado lastre de la irresponsabilidad de los que se van con sus talegas a gozar la dolce vita en las aguas del Mediterráneo.