Editoriales > ANÁLISIS

El huevo o la gallina

Los títulos de crédito a corto plazo son negociados en el mercado monetario; los títulos a largo plazo, en el mercado financiero (bolsas de valores)

Si alguien preguntara ¿en qué va a acabar esto del Covid 19 y la crisis económica que ha provocado?, no necesitaría ir muy lejos por la respuesta: en mayor endeudamiento global, lo mismo para la gente de a pie que para los países cuyos gobiernos se han acostumbrado a vivir de prestado. Durante la Convención Nacional Bancaria, el nuevo presidente de la Asociación de Banqueros de México, Luis Niño de Rivera, exigió al gobierno gastar más aunque incurra en déficit presupuestal. ¡Sí, como no!

En ocasiones anteriores se ha echado mano de algunas de las más brillantes conclusiones a que han llegado los estudiosos de la economía política, así que habría que decir que don Carlos Marx observó que: "El asalariado medio no está viviendo en niveles de subsistencia: se está comprando su primera vivienda o cambiando de casa, se está comprando un coche, se está yendo de vacaciones a los lugares más exóticos. Y de dónde viene todo esto. Cómo hemos podido cambiar nuestras pautas de consumo si las rentas laborales no han subido tanto (no en la cuantía que es esperada). Sencillo: gracias al crédito". 

El huevo o la gallina

Con el retorno del capitalismo salvaje y la globalización, esto es, la desaparición de las medidas de protección en las economías vulnerables, la gestión del crédito alcanzó un alto grado de perfección y con ello se ha convertido en el problema central de la actividad económica. El crédito se despersonaliza y se hace transmisible mediante la creación de documentos llamados títulos de crédito (letras de cambio, bonos del Tesoro, obligaciones, etc.), libremente negociables en los mercados especializados.

Los títulos de crédito a corto plazo son negociados en el mercado monetario; los títulos a largo plazo, en el mercado financiero (bolsas de valores). La administración de estos documentos está a cargo de organismos especializados: los bancos. Paralelamente a los bancos, se han establecido instituciones especializadas, por lo general de carácter público o semipúblico (bancos centrales). En los mercados monetario o financiero, uno de los grandes problemas que el crédito plantea es el de los tipos de interés.

Entendido esto, también se puede ver qué está pasando en el país más poderoso del planeta, en donde ayer mismo se anunció que Estados Unidos está sufriendo el cese más abrupto y generalizado de la actividad económica de su historia, superando una recesión que podría significar la pérdida de empleos, ingresos y riqueza para millones de estadounidenses. En todo el país, el gasto de los consumidores, que apoya el 70 por ciento de la economía, se está deteniendo a medida que los temores de la creciente pandemia de coronavirus alejan a la gente de tiendas, restaurantes, salas de cine y lugares de trabajo.

Ante este panorama, el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin dijo que el presidente se estaba moviendo rápidamente para contrarrestar la epidemia y asegurarse de que la economía repuntara antes de fin de año. La Cámara de Representantes aprobó una ley, respaldada por Trump, que gastará miles de millones de dólares en pruebas médicas, pagará licencia por enfermedad para los trabajadores afectados y el seguro de desempleo. "Esto no es una la crisis financiera. Hay una situación médica que ha cerrado y cerrará partes de la economía como nunca. Pero luego se abrirá de nuevo y habrá mucha demanda".

El remedio está en el crédito. Durante la gestión de Yaneth Yellen al frente del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, se logró reencausar la inversión de capital hacia la creación de empleos bien remunerados, dando como resultado el fortalecimiento de la economía estadounidense de la que presumía el presidente Trump durante los primeros meses de este año; ahora, la crisis y la parálisis de la actividad económica, reorientarán el capital hacia el crédito con el ánimo de estimular el consumo.

La demanda de dinero elevará su costo en beneficio directo de los tenedores de grandes fortunas que se han logrado a base de usura, de especulación y de estrategias para generar necesidades ficticias entre la población consumidora. La Reserva Federal intervino dos veces en los últimos días para inyectar dinero extra con el propósito de suavizar las operaciones del mercado, e implementó un recorte de la tasa de interés el 3 de marzo, de medio punto porcentual; pero, esas estrategias han tenido poco efecto.

A medida que los precios de las acciones se desplomaron, algunos fondos de cobertura vendieron bonos del Tesoro para recaudar dinero en efectivo a fin de poder pagar los empréstitos que habían utilizado para realizar inversiones arriesgadas. Guy LeBas, estratega de Janney Capital Management, explicó que: "Los banco se enfrentan a una opción: apoyar a sus clientes corporativos que quieren una línea de crédito o implementar capital en los mercados. Está claro cuál están eligiendo: sus clientes", lo que significa que las empresas que logren sobrevivir tendrán que bajar sus costos de producción y elevar sus precios.

Por dónde se le mire, el Covid 19 y la crisis económica no tienen otra salida que un mayor endeudamiento y, con ello, el fortalecimiento del mercado de capitales especulativos y del proyecto neoliberal que se niega a morir aunque haya causado tantos y tan graves estragos en la humanidad.

Por lo que hace a México, habría que decir que hoy, como ocurrió durante la mayor parte del siglo XX, con el gobierno responsable, que ha resistido y resiste todas las presiones de dentro y de fuera; que mantiene las finanzas públicas sanas y el niveles manejables; que no recurre a un mayor endeudamiento para solventar sus compromisos y que ha dejado atrás la época de la corrupción y de las componendas en la administración pública, los problemas habrán de superar en breve plazo.

Más, si cada mexicano asume su responsabilidad personal y resiste los cantos de sirena que le ofrecen crédito a pasto con el puro 'poder de su firma'. Ahora, en lugar de casa nueva, coche de lujo y vacaciones en Las Vegas, un consumismo efectivo: con la misma casa, con el mismo carro y a la misma playa. En esta crisis habría que preguntar: ¿qué fue primero, el Covid 19 o la crisis económica?