De lo bueno a lo mejor

Magnífica en todos los sentidos fue la firma del convenio mediante el cual Petróleos Mexicanos entrega en comodato 16 hectáreas del predio que ocupaba la refinería de Reynosa, que dejó de operar desde 2004. Con ello se culminan exitosamente las gestiones realizadas por el gobernador del Estado, Francisco García Cabeza de Vaca ante la dirección general de la empresa a cargo de José Antonio González Anaya.

El logro es de la mayor importancia y con justicia ha sido calificado de histórico, pues puede ser la piedra angular para cambiar el destino de Reynosa, que ha mucho tiempo parece dejada de la mano de Dios. Las posibilidades que ofrece el rescate de un predio de esa magnitud en medio de la mancha urbana de alto y medio poder económico, son extraordinarias para retornar a la comunidad en rumbo de un desarrollo equilibrado.

El proyecto inicial presentado por las autoridades es bueno en principio; pero, desde luego, es susceptible de mejorarse para que pueda dar el mayor rendimientos en todos los aspectos. El propio gobernador ha demostrado inclinación por los conceptos multidimensionales que puedan llevar al desarrollo sostenible, impulsen el progreso de las personas en lo particular y de la comunidad en general y solucionen problemas.

Precisamente, como parte de ese interés, a principios de noviembre se llevó a cabo en esta frontera La Semana de Desarrollo Urbano, “Tamaulipas hacia un Desarrollo Urbano Sostenible”, durante la cual notables eruditos en los aspectos económicos, políticos, físicos y sociales del ordenamiento territorial, expusieron cómo lograr un cambio estructural de los asentamientos humanos, para protección y conservación del medio ambiente; incentivación de empresas para invertir; la promoción de servicios púbicos y privados eficientes y al mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Asegura un viejo y conocido refrán que a la oportunidad la pintan calva y el gran logro de haber rescatado los terrenos de la refinería para beneficio de los habitantes de esta frontera y de todo el norte de Tamaulipas, debe aprovecharse en todo su potencial, con una visión moderna, más amplia y con mayor proyección. Hacer de este proyecto un espacio de encuentro, de identidad, de convivencia, donde los fronterizos vuelvan a sentir el amor por la tierra, la fraternidad, la alegría de vivir y de trabajar a plenitud.

Hay tiempo para ir enriqueciendo el proyecto inicial y sacarle el mayor provecho; lo importante es que ya el gobernador García Cabeza de Vaca dio el primer paso con la firma de convenio de cesión en comodato. Este evento y otras acciones que ha llevado a cabo desde el primer día de su gobierno, recuerdan los versos de Antonio Machado en su libro Proverbios y cantares: “Caminante, son tus huellas/ el camino y nada más;/ Caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar”.

Cabe recordar que en los terrenos rescatados por el gobernador Cabeza de Vaca, el 26 de diciembre de 1950, por disposición del entonces presidente de la República, Miguel Alemán Valdez, y del director de Pemex, don Antonio J. Bermúdez, entra en operación la refinería de Reynosa, con una planta desintegradora térmica Dobbs, con capacidad para procesar 4 mil barriles de petróleo crudo. El 19 de diciembre de 1955, se inaugura la planta de absorción con capacidad para procesar 300 millones de pies cúbicos de gas al día.

La refinería de Reynosa pudo abastecer de gas, gasolina y keroseno a las industrias ladrilleras locales, algodoneras de la región (incluyendo Matamoros), a la siderúrgica de Monterrey, N. L., Altos Hornos de Monclova., e industrias de Saltillo y Torreón, Coah., además de abastecer las redes de gas doméstico de Cd. Miguel Alemán y Monterrey. También se instaló un ramal específico para la exportación de gas a los Estados Unidos.

Eran otros tiempos; ahora, volverán a servir a la frontera y a sus habitantes con un gran proyecto que se puso en marcha con la firma de comodato, promovido por l gobernante que sí está dando resultados.