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Decisión magistral

Ya se han hecho algunas declaraciones al respecto por parte de las autoridades educativas; pero, falta la gran decisión del gobierno de la Cuarta Transformación: el decreto por el cual los alumnos de todos los niveles básicos aprueben el grado de escolaridad en que actualmente se encuentran y pasen al siguiente. La medida tiene beneficios y perjuicios; sin embargo, los primeros superan con mucho a los otros y se haría un gran favor a los alumnos que están padeciendo los despropósitos que se observan por el Covid.

Esta propuesta se aplicó primeramente en Italia desde el mes de abril, luego España la secundó. Ya se aplica en Argentina y en Colombia hay un gran debate en el que las mayores resistencias se observan en el sector magisterial, cuyos representantes aseguran que: “Los datos nos dicen que los profesores rechazan la promoción automática porque valoran la cultura del esfuerzo, del mérito y de la justicia”. Sí; pero, viene a resultar que Colombia es el país con más bajos resultados educativos de la Ocde.

Decisión magistral

En México se habla de un curso remedial de nivelación, del que hasta el momento se sabe poco y todo está relacionado con la evaluación de los ‘niveles de conocimiento’ obtenidos por los alumnos luego de copiar en el cuaderno páginas y páginas de los libros de texto. El principio básico de todas las acciones de gobierno es la máxima publicidad, a efecto de que todo el interesado pueda saber, con certeza, de qué se trata y cuáles son los objetivos, circunstancia que no se ha observado en el caso del curso remedial. 

Cabe señalar que al decretarse la cuarentena y por ende, la suspensión de las actividades escolares, se dio la gran oportunidad para empezar la transformación del sistema educativo incorporando las nuevas técnicas pedagógicas apoyadas en los adelantos tecnológicos, de las cuales México fue pionero con el Sistema Nacional de Telesecundarias, que tan buenos resultados tuvieron en la tarea de hacer llegar la educación media básica a todos los rincones del país; pero, no. La educación mantuvo sus viejos vicios.

Un examen pasable de los recursos de la tecnología aplicada a la enseñanza que se han generado en el país a partir del acceso a la Internet, pondría en evidencia los niveles de desaprovechamiento de la tecnología pedagógica, que estimula en los educandos el interés por el aprendizaje de las materias que forman la currícula en cada grado y las resistencias por avanzar en el cumplimiento de las propuestas venidas desde los más antiguos tratados formativos, del maestro como un facilitador del aprendizaje.

De un valor incalculable es el párrafo del ensayo Incapacidad pedagógica y desinterés en la práctica docente, publicado en el número 1273 de la Revista Mexicana de Investigación Educativa, por el Dr. Fernando Saúl Alanís Enciso, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, en el cual hace una profunda reflexión acerca de los principios y práctica del trabajo docente de los historiadores en posgrado; pero que, con algunas licencias, podría aplicarse a todo el aparato educativo en lo general.

Reconoce que: “A pesar de esforzarme por elaborar un buen programa (con temas y lecturas) de las materias que se me asignaron, mis clases eran monótonas, mi método consistía una exposición oral de varias horas, en dejar leer grandes cantidades de libros, su revisión con reportes de lectura y un interrogatorio inquisitorial a cada alumno para saber las ideas centrales del texto, los puntos relevantes de las obras que se habían leído y su opinión; largas horas dando vueltas al mismo asunto sin mayor provecho. En ocasiones también dejaba que los alumnos expusieran una lectura y la evaluación final consistía en un trabajo”. A vista de pájaro, el doctor enseñaba como se enseña en el México actual.

Pero, el mismo, luego de muchos años de insatisfacción laboral a pesar de sus altos grados académicos, cargos y reconocimientos, entendió que: “aprender a enseñar (...) implica tiempo y esfuerzo así como un cambio de enfoque, es decir, enseñar porque sé ejercer la docencia no porque domino un tema, no porque conozco y domino la bibliografía sobre un tema, no porque tengo un doctorado o estoy en proceso de obtenerlo. Si hasta el momento hemos tenido importantes contribuciones bajo un método añejo y anticuado, la superación en el ámbito docente generaría un cambio, una verdadera revolución”. 

Esa revolución educativa que México espera y los mexicanos demandan desde hace muchas décadas y que puede empezar por por un pase automático para emprender el camino de la formación de las nuevas generaciones con el apoyo de las modernas tecnologías para hacer de cada mexicano un ciudadano libre, solidario, participativo, íntegro y feliz. Esa sería una decisión magistral que la historia abonaría a los esfuerzos por llevar al país y a los paisanos al progreso y el bienestar.