Editoriales > ANÁLISIS

Con el enemigo dentro

El presidente de los Estados Unidos no es un monedita de oro, no le cae bien a muchos y existe la posibilidad de que durante su ejercicio de gobierno sus malquerientes hayan crecido de forma exponencial; sin embargo, es un hombre que sabe jugar a la política y a la economía para ganar siempre. Ayer, nada menos, el reporte de los precios del petróleo y sus derivados indica que fueron a la baja, no obstante el incendio provocado de barcos petroleros en el mar de Ormuz.

Con dos petroleros ardiendo después de que fueron atacados cerca del estrecho de Ormuz en las portadas de los principales medio mundiales, los precios del petróleo resultaron mucho menores que hace dos meses. El crudo de referencia Brent ha caído casi 20 por ciento desde sus máximos en el mes de abril, en la gama promedio de los 70 dólares por barril. Ayer, el Brent estaba cotizado en  62 dólares, amortiguando las acciones en compañías de energía, mientras la gasolina bajo 0.03.

Con el enemigo dentro

El incidente, que el presidente Trump insiste en achacar a Irán, en otros tiempos hubiera provocado unas crisis en el mercado petrolero y los precios se hubieran ido al alza de manera contundente; ahora, sin embargo, Estados Unidos no sólo es autosuficiente, sino que, además, se ha convertido en un exportador de productos petrolíferos, con clientes tan importantes como México y otros, cuyas industrias energéticas se dejaron caer para provocar la dependencia de hoy.

Y, mientras el mandatario de la nación más poderosa de la tierra ve fortalecidas sus posibilidades de reelección y lanza nuevas amenazas sobre países a los que tiene cierta potestad, éstos pasan momentos amargos por la resistencia de los dueños del gran capital, las alrededor de 30 familias que dominan totalmente la economía mexicana y que tienen vela en todo los entierros del país, han emprendido una feroz resistencia y hasta beligerancia en contra de quien quiere imponer la ley y hacer más justa la relación obrero-patronal para que los trabajadores coman 3 veces al día.

El presidente de la Cuarta Transformación es un hombre de grandes luces que ha sabido moverse entre las aguas infestadas de tiburones; pero, no podrá llevar adelante la tarea de corregir las graves deficiencias institucionales si tiene que defenderse cotidianamente de las feroces tarascadas de que no quieren soltar sus canonjías ni compartir la cobija para que todos puedan taparse en los momentos en que la economía mundial pende de voluntades voluntariosas.

Al presidente Trump lo critican por esto y por aquello; pero, aún no se ha podido cerrar la trama en su contra; por el contrario, parece fortalecerse con cada embate de sus detractores, que ya no ven por dónde ir para mellar su coraza. En cambio, al presidente López Obrador, todos los días le salen nuevas trampas en que lo quieren embrollar para que no cumpla con la tarea de limpiar a México de la terrible corrupción que corroe sus entrañas. Su popularidad se mantiene en muy altos niveles, pero si sus propios colaboradores no funcionan, quizá no pueda seguir estable.

En la literatura clásica se hace mención frecuente de la gota que con el tiempo acaba por taladrar la roca. Así puede suceder con el empeño de los enemigos del actual régimen, al que le achacan todo lo malo, desde los muertitos anteriores y recientes hasta los que vengan en los años por venir. Bien sabido se tiene que los altísimos niveles de delincuencia que padece el país se deben a la rampante impunidad con que actúan los malhechores y que en el aparato de procuración y de administración de la justicia siguen los mismos, hoy sumados a los inconformes con la austeridad.

Trump, quien acaba de lanzar una nueva amenaza a México, diciendo que si las medidas que acordó la semana pasada fallan, México tendrá que convertirse en un tercer país seguro para albergar a los migrantes que esperan una resolución de las autoridades migratorias de EU. Aseguro que: "Es totalmente correcto y es lo que va a suceder". Si bien se mira, las palabras tienen como destinatarios a los votantes americanos; pero, no dejan de ser preocupantes.

Preocupantes porque los mexicanos no están defendiendo a su país, a su gobierno y a la oportunidad histórica de recuperar la grandeza de México, como están haciendo los vecinos del norte, a quienes los conflictos del Oriente Medio los tienen sin preocupación porque han logrado la autosuficiencia energética, esa que aquí se propone y que ha recibido tantas críticas.