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Colosio vive

Podría parecer una exageración. Una más en el cúmulo de expresiones mediáticas que se harán este día con motivo del 25 aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta en Lomas Taurinas de Tijuana; sin embargo, hay suficientes elementos, todos ellos certificables, para decirlo. El régimen que no pudo ser con Colosio, el gran líder transformador que, con un lenguaje llano expresó claro su visión de México en el famoso discurso del 6 de marzo de 1994, existe ahora.

Luis Donaldo creció en un pueblo pequeño del estado de Sonora, donde, como todos los niños de provincia, cursó la primaria mientras ayudaba a sus padres. Su empeño y notable claridad de pensamiento lo llevaron a ser parte del selecto grupo de los mejores estudiantes del país y obtuvo como premio viajar a la ciudad de México para visitar al presidente de la República, Adolfo López Mateos, lo que marcó para siempre su destino. Fue desarrollando un espíritu alegre, conciliador, con un gran liderazgo y enorme facilidad para comunicarse. Fue campeón de oratoria como ALM.

Colosio vive

En el momento de decidir su profesión, se inclinó por la Economía, lo que lo llevó a trasladarse a Monterrey, N.L., único lugar posible por la diferencia de calendarios escolares de aquella época y porque en Sonora no había esa carrera. Ingresó becado al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de la urbe norteña y se desempeñó como prefecto del internado de la institución para costear sus gastos. Esa experiencia siguió forjando su carácter pues ejerció su tarea con simpatía.

Se graduó con mención honorífica, lo que le abrió las puertas de las universidades de los Estados Unidos, primero en Pittsburg y luego en Pensilvania, donde obtiene la maestría en Desarrollo Regional, para luego trasladarse a Viena, Austria, invitado por el Instituto Interamericano para el Análisis de Sistemas Sociales Aplicados para incorporarse como investigador académico, donde realiza estudios de Doctorado en Economía Regional y Urbana, además de compartir experiencias con especialistas de todo el mundo. Como muchos jóvenes mexicanos, prefirió volver a su tierra.

Comparado con los políticos de su época, su preparación era muy superior, aún por encima de los que se había graduado en Yale y Harvard. Hay quienes quieren hacerlo pasar como uno más de los priistas apátridas legatarios de la maldición de Robert Lansing; pero, no hay punto de comparación; más bien, habría que decir que estuvo más cerca de los políticos que hicieron carrera trabajando con la gente, gente de carne y hueso, de leche y pan. Que forjaron su carácter sirviendo a los demás, sobre todo a los más débiles, a los oprimidos, a los expoliados. "Su plumaje era de esos".

En 1979, regresa a México y dedica sus afanes a la cátedra para formar un grupo de jóvenes que puedan aportar sus talentos para el desarrollo de México. Ingresa al PRI en donde prontamente es aprovechado. En 1985 buscó una diputación, pues: "Quise ser diputado; sería una experiencia nueva que podría complementar mi experiencia académica y administrativa. Más que nada quise ser diputado para retribuirle a mi comunidad lo mucho que ésta me ha dado. Lo conseguí siendo diputado por Magdalena, Primer Distrito Electoral de Sonora y el más grande de la República".

En mes de octubre de 1987, es designado Oficial Mayor del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional y al poco tiempo Coordinador de la Campaña Presidencial de Carlos Salinas de Gortari, en donde de manera por demás ejemplar coordina un importante grupo de priistas, mostrando gran capacidad para ello. Expresó que: "Señalemos de entrada que para nosotros modernización significa rescate del origen, ratificación de principios, vigencia de nuestra esencia y razón de ser. El PRI o es la vanguardia política o su existencia histórica carece de sentido.

Lo que vino después escapó de su voluntad y deseos. Entre los aspectos de la presidencia de Salinas que criticó fue el crecimiento anárquico que sus reformas habían ocasionado en algunas partes de México y la exclusión de las zonas rurales más pobres del país.  Quizá por ello, durante la Décimo Cuarta Convención Nacional del PRI realizó la colosal tarea de que la elección de delegados dejara de ser por dedazo y a conveniencia de los poderes políticos locales para convertirla en una elección desde las bases. Se realizaron asambleas en cada municipio y cada distrito del país, con buenos resultados. 

Ya como candidato del PRI, se propuso recorrer todos los municipios, todos los estados, todas las regiones del país para entrar en contacto con la gente. El discurso histórico pronunciado durante la Décimo Sexta Convención Nacional del PRI, marcó su destino y su legado, que ahora vive en la Cuarta Transformación.

"¡México tiene hambre y sed de justicia!".