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Todos son iguales

Por eso es que la gente luego no los quiere. Y díganme si no tienen razón en el rechazo: se escurrió que RICARDO GAMUNDI, SALOMÓN ROSAS, un delegado que por aquí padecieron los tricolores, como premio a la lealtad al partidazo o más bien dicho, a EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, entre su período y el de EGIDIO TORRE CANTÚ les entregaron en concesión los parquímetros o estacionómetros colocados en el primer cuadro de Ciudad Victoria.

Como las cosas las amarraron bien a bien no había forma de que se las cancelaran.

Todos son iguales

Pero el gobierno estatal hizo uso de las facultades que le concedió el SAT y como esos aparatos no extendían recibos fiscales, bolas don Cuco, los clausuraron, que con colocar equipos que cuenten con esos dispensadores asunto resuelto pero de lo que no se escapan es de una multa por no extender formas fiscales de pago y una auditoría para determinar el monto de los impuestos omitidos durante seis o siete años.

Acciones como ésta son las que mancha la actividad de los políticos. Y no crea usted que en esas prácticas incurren solo los priístas, por las redes sociales se difundió un video en donde un diputado local de San Luis Potosí de filia panista trata de poner a cuota a varios alcaldes de aquella entidad a cambio de no hacerla de tos con sus respectivas cuentas públicas.

Por eso, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en su libro “La Salida”, tilda a los priístas de corruptos y cínicos mientras que a los panistas también de corruptos pero con cara de santos chapuceros.

Son reiterados los casos de corrupción entre los gobiernos priístas y panistas, perredistas y los del Verde Ecologista, todo es cuestión de que tengan acceso al pastel para caer redonditos ante la tentación de embuchacárselo de unas cuantas tarascadas.

Como los del Morena todavía no son gobierno se están dando sus sentones los que aborrecen a López Obrador, lo único que se les ocurre repetir y ya como disco rayado es: ¿de qué ha vivido?, y yo les digo que de lo mismo que todos los demás con la enorme diferencia que no obstante haber sido jefe de gobierno del entonces Distrito Federal y con un presupuesto multimillonario, su tren de vida corresponde al de un ciudadano promedio de clase media.

A él no le han encontrado departamentos en playas exclusivas o residencias fastuosas. Aún así sus detractores ponen en duda su honorabilidad. Se infiere que como ellos son ratas creen que todos son de la misma condición.

También habrá que decirlo, hay casos de panistas y priístas que son ejemplo de limpieza en el servicio público, tan así que en una ocasión MANUEL ESPINO,que fuera presidente del CEN del albiazul, dijo que en su partido había militantes que ni en el PRI los hubieran querido y que en el PRI había militantes que con gusto los hubieran aceptado en el PAN.

En pocas palabras, hay de todo en todos los partidos, lamentablemente son más pero mucho más los casos negativos que los positivos.

Por eso ahora tricolores y albiazules se prestan a la campaña anticorrupción encarcelando a sus correligionarios que obviamente les dieron lata, porque si no hubiera mediado esa circunstancia no creo los hubieran enchiquerado.

Es generalizada la creencia de que los exgobernadores tanto del PRI como del PAN que hoy están tras los barrotes vinculados a proceso, no son las excepciones sino los botones de muestra y con esos entambamientos lo único que hacen es confirmar lo que la ciudadanía piensa de sus gobernantes y esto es que en la mayoría de los casos salen bien forrados de sus respectivas administraciones.

Pero albiazules y tricolores ya optaron por ese camino con la peregrina idea de hacer creer que ahora sí van a ser derechos. Creo es tarde, la opinión pública que es el pueblo, no los comunicadores, ya los juzgó y ya se dieron una calada en el Estado de México,en donde el Morena le pasó por encima al PAN y al PRD juntos, e incluso,obtuvo más votos que el PRI pero éste con la suma de sus partiditos aliados logró conservar la gubernatura mexiquense y en medio de muchos cuestionamientos.

Pero de eso también deben tomar nota los morenistas, que si no hay pruebas no habrá anulaciones. Las suposiciones son para los columnistas o para los politólogos de café que entretienen pero no conducen a dejar sin efecto resultados electorales.

Entre tanto, López Obrador debe ser más cauteloso al hablar, donde regrese a sus expresiones de 2006 se va a venir abajo todo el andamiaje de la estructura que ha venido armando. Eso es precisamente lo que quieren que haga sus adversarios, allá él si les da gusto.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@elmanana.com