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Tamaulipas: el fin del autoritarismo

Cuando Francisco García Cabeza de Vaca ganó la elección de 2016, la soberbia, su sello personal, lo cegó.

Siendo gobernador electo, se negaba a contestar las llamadas telefónicas de los alcaldes o alcaldesas electas que no eran de su partido.

Tamaulipas: el fin del autoritarismo

Ya en el poder, desde la cúspide del ejecutivo estatal, Cabeza de Vaca imponía su crudo autoritarismo para doblegar a los presidentes municipales, a los de su partido y a los de la oposición.

Alcalde o alcaldesa que no se sometiera, recibía el desdén, la prepotencia del entonces gobernador, quien, al visitar el municipio, ni siquiera convocaba al presidente o la presidenta municipal. Eso era una actitud irrespetuosa, un abuso de poder.

Por si faltara algo, en su desprecio e indiferencia hacia los gobiernos locales, se le ocurrió crear una representación del gobernador en el norte y sur de la entidad, una absurda oficina burocrática con la que pretendió relegar la autoridad municipal.

El tramo final del sexenio cabecista fue de terror para algunos alcaldes de extirpe morenista, los que sufrieron una persecución política y judicial con órdenes de aprehensión en su contra por delitos que no habían cometido. 

Esa época autoritaria llegó a su fin con el voto de los tamaulipecos. Una nueva etapa se construye en el estado con la llegada a la gubernatura de Américo Villarreal Anaya. El cambio en la forma de gobernar es notorio, evidente a todas luces.

Eso quedó de manifiesto ayer cuando el gobernador Américo Villarreal recibió a los alcaldes de Tamaulipas en el salón Independencia del Palacio de Gobierno.

Ahí estuvieron todos los presidentes municipales tamaulipecos, de todos los colores partidistas, morenistas, panistas y priistas. El único ausente fue Chucho Nader, de Tampico, quien envió como su representante al secretario técnico del Ayuntamiento.

El nuevo estilo de gobernar Tamaulipas se reflejó en un mensaje político del doctor Américo Villarreal: 'Entre nosotros mediará siempre el respeto, que es un valor en el que creo firmemente y que he practicado toda mi vida'.

Así es: el gobernador será respetuoso de la investidura de cada uno de los 43 presidentes municipales.

Esto, que suena lógico y normal en una democracia, en una sociedad democrática, en una relación institucional entre poderes, no existía en el pasado inmediato, donde se practicó el más aberrante y pestilente autoritarismo.

En el encuentro con los alcaldes, el nuevo gobernador de Tamaulipas dejó en claro que los representantes y los enlaces con los municipios llegaron a su fecha de caducidad. Ahora, esa tarea la hará -así lo dijo- 'con mucho gusto', el gobernador, quien, de paso, se calificó como 'amigo' de los presidentes municipales.

En este sexenio, la comunicación entre el gobernador y los alcaldes será directa, sin intermediarios, sin figuras burocráticas que sirvieron de poco o, mejor dicho, de nada, salvo engordar la pesada nómina.

A diferencia de lo que sucedió en el pasado reciente, el mandatario estatal escuchó a los presidentes municipales, conoció sus problemas, sus peticiones, sus propuestas. La falta de recursos para obras y servicios es la constante.

En un acto de confianza y de plena colaboración, Américo Villarreal les comentó que les hará llegar el anteproyecto del Plan Estatal de Desarrollo, a fin de que lo conozcan y lo nutran. 

Este espíritu colaborativo fue planteado por el doctor desde el día que tomó protesta simbólica en el Teatro del Pueblo en Ciudad Victoria.

En esa ocasión, Américo Villarreal dijo a los presidentes municipales que se renovarán los vínculos institucionales y que se estrechará la coordinación, siempre con respeto a la autonomía constitucional del municipio.

La idea central de esta nueva relación entre el gobierno de Tamaulipas y los 43 municipios es que la colaboración acreciente la confianza ciudadana y, por tanto, impulse una sociedad cada vez más participativa.

Hace tres meses, el presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrallah, programó un estudio general de su salud en una clínica de la Ciudad de México.

El médico definió la fecha: lunes 17 y martes 18 de octubre.

Cuando el viernes pasado se comunicaron de la oficina del gobernador para avisarle de la reunión que sostendría Américo Villarreal con los 43 alcaldes, Chucho Nader lamentó la coincidencia en las fechas y se disculpó e informó que no podría asistir a la reunión.

De hecho, Chucho Nader habló directamente con Américo Villarreal, quien, como buen doctor, entendió perfectamente la situación. Palabras más, palabras menos, le dijo que no se preocupara, que ya habría tiempo para platicar.

El presidente municipal jaibo envió como su representante a Ricardo Avendaño, secretario técnico del Ayuntamiento, el funcionario que conoce y articula los planes y proyectos de la administración porteña. Avendaño tomó nota de todo lo que se dijo en la reunión de ayer en Palacio de Gobierno.

Américo Villarreal y Chucho Nader ya tuvieron un primer acercamiento institucional cuando el gobernador tamaulipeco fue a Tampico para estar presente en el funeral del senador Faustino López. También dialogaron, de manera breve pero respetuosa, el día de la toma de protesta del mandatario estatal en Ciudad Victoria.

Se espera, tal como lo dijo ayer el doctor, una relación de respeto y de plena colaboración entre el gobierno del estado y Tampico. No hay duda: existirá pleno entendimiento entre Américo Villarreal y Chucho Nader.

Ese entendimiento también se dará con los alcaldes de Altamira y Ciudad Madero, Armando Martínez Manríquez y Adrián Oseguera Kernion, quienes asistieron puntuales al encuentro convocado por el mandatario estatal.

Pues resulta que Gabriel Guerra, quien todavía cobra como gerente de la Comapa de Tampico y Ciudad Madero (última trinchera del pestilente cabecismo en la zona sur), es fan de los 'Cowboys' de Dallas, el equipo de fútbol americano.

Al inicio del más reciente juego de 'Los Vaqueros', el funcionario cabecista escribió una especie de mensaje 'cifrado' en sus redes sociales: 'Ready for the battle'.

¿Qué tal? Gabriel Guerra (cuyo libro favorito es esa grotesca aberración titulada 'Las 48 leyes del poder') se declara listo para la batalla... ¿Neta? Really???