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Sin freno

Pues la espiral de violencia no cesa por nuestra querida Reynosa, y la noche de este pasado domingo, cuando la gente ya se preparaba, unos para el retorno al trabajo y otros para recibir a los “Reyes Magos”, se armaron tremendas balaceras que ya no son solo por las colonias de las orillas, sino que ya se suscitan en las colonias viejas comprendidas como del sector centro, entre ellas, la prolongación Longoria y la Loma Linda, en las que los tableteos mortales de las metralletas estuvieron aterrorizando a kilómetros a la redonda. Y lo peor es que no hay autoridad que por lo pronto encienda el semáforo ciudadano para alertar en qué puntos de la ciudad hay violencia.

Tampoco hay quién informe el saldo de los encontronazos que ya debieran convencerse que a punta de balazos no van a acabar con los malandracos que de plano ni se doblan ni se rajan, siguen en su actividad delictiva. No hay consejo que los haga recapacitar, aunque provengan de sus respectivas mamacitas o abuelitas.

Sin freno

Es una generación totalmente perdida que dentro de una década lo más probable es que la mayoría de ellos o unos terminen en el panteón o bien otros en los reclusorios, un futuro negro pero que ellos no lo ven así.

Lo peor es que abundan los prospectos a sicarios. Tan pronto causan baja dos o tres cuando ya están listos los relevos.

Todo lo anterior nos explica porqué está convertida en una guerra sin fin el combate a la delincuencia, lo que obliga a los organismos privados a urgir una reunión lo mismo con la alcaldesa MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ que con el delegado de la fiscalía General de Tamaulipas, así como con el delegado de la Fiscalía General de la República. Y ahí, en esa reunión hablar como dicen en el rancho, a cazón quitado.

Ya es insostenible lo que está pasando por nuestra querida Reynosa. Están todavía frescos los hechos violentos registrados por las filas vehiculares al puente a Hidalgo, Texas, que, por cierto, hasta la fecha las autoridades investigadoras no han dado con los responsables de esos delitos. El ciudadano de a pie supone que los autores no han de vivir muy retirados de los lugares en donde se cometieron, no les resulta racional que un malandraco que digamos habita en las Cumbres o en las Jarachinas se venga hasta el sector del puente Internacional a cometer delitos.

Sabe que está totalmente fuera de su territorio y por lo mismo la deducción es que quienes por ahí atacan, por ahí viven.

Pero es una deducción elemental, la investigación profesional es por parte del Ministerio Público, que no se sabe con cuántos agentes ministeriales se cuenta en Reynosa para investigar la ya larga cadena de delitos que han estado quedando en la impunidad, de ahí lo obligado de que la autoridad local tome el toro por los cuernos.

Paralelamente ya también deberían ir reactivando la policía municipal preventiva, que no está borrada de la Constitución Política de México. Aquí en Reynosa causaron baja los agentes por pérdida de confianza, que era fama pública andaban ya haciendo todo, menos cuidando la seguridad de la ciudad.

Los dieron de baja hace unos cinco años, tiempo más que suficiente para que ya se hubiera reunido una plantilla de personal policiaco confiable, desde luego preparada para las ya peligrosas tareas de vigilar las calles de nuestra querida Reynosa.

Por supuesto que nadie va a pretender que los policías municipales salgan a hacerle frente a los grupos delincuenciales. La función de estos sería para atender quejas de vecinos y vigilancia por las calles más propensas a cometer delitos, es una labor preventiva que sumada a la de la policía estatal y a la que se supone ya debiera realizar por aquí la Guardia Nacional, esas tres corporaciones ya se hubieran obtenido mejores resultados en materia de seguridad pública.

Quienes conocen de legalidad me han dicho que en sus tiempos la policía municipal fue una eficaz corporación de investigación del delito, pero por abajo del agua. Las tristemente famosas comisiones de Seguridad y el Servicio Secreto, con todo y los abusos de sus agentes, reportaban beneficios. Pero eran otros tiempos, los entonces alcaldes le entraban a los problemas. 

Por aquí se recuerda cómo don ERNESTO GÓMEZ LIRA desde las cuatro o cinco de la mañana andaba en su vehículo en compañía de ÓSCAR PRADO, quien desde esa hora temprana le entregaba un parte de novedades, y así, el alcalde para cuando llegaba al palacio municipal ya estaba enterado de todo lo que había pasado, y ya había gente violenta.

Lo mismo hacía RIGOBERTO GARZA CANTÚ, quien desde temprano era informado por TEODORO Lolo GONZÁLEZ, de lo que pasó en la noche, también para estar enterado y tomar decisiones.

Y si había abusos ya estaban dando lata los oficiosos organismos de derechos humanos, estorbando como siempre, pues desgraciadamente en estas agrupaciones se incrustan gentes que no la brincan sin huarache que luego echan por la borda el buen trabajo de defender derechos humanos, pero una cosa es pedir respeten garantías individuales y otra que anduvieran pretendiendo que encarcelaran a los policías a los que se les pasó la mano al realizar su trabajo.

Definitivamente la policía municipal debe reactivarse, el tiempo se acabó, se desperdiciaron cuatro años y ahora van a tener que trabajar a marchas forzadas en la contratación de personal, trabajo en el que insisto deben coadyuvar y muy decididamente los síndicos y regidores que cada una de ellos se fije como obligación encontrar a 20 prospectos para la policía preventiva.

Como representantes populares que son se supone son personas ampliamente conocidas en sus entornos o bien conocen mucha gente, de otra forma no se explica cómo fue a dar al cabildo alguien al que ni en su barrio lo conocen, que, si así están las cosas, estamos bien jodidos.

Pero por dignidad debieran renunciar al insultante ingreso de alrededor de 100 mil pesos mensuales. Es toda una mentada para la ciudadanía tener funcionarios públicos con estos sueldos, pero no se cuenta con 400 agentes de policía que debieran ganar mínimo 20 mil pesos mensuales más las prestaciones de rigor.

Y sí sería una inversión costosa pero no onerosa. Tener una corporación policiaca con 400 agentes preparados y sobre todo confiables, entre sueldos, equipamiento y operación le costaría al ayuntamiento reynosense alrededor de 10 a 12 millones de pesos. 20 que fueran, a como están las osas, se justifican. Sería un gasto de 240 millones de pesos anuales, que los mochen de los 800 millones de pesos que dicen van a invertir en obras en este 2020.

Nada le va a pasar a Reynosa de como ya está el que sigan en mal estado las calles, finalmente ni con mil millones de pesos van a dejarlas en buenas condiciones. Ese dinero no lo tienen, pero aun contando con él, de qué nos sirve tener calles en buen estado, incluso alumbradas si luego no podemos transitar con seguridad.

Estamos ya viviendo como si esto fuera la selva donde los depredadores se engullen a los borregos y ninguna consideración. Y no voy a decir que ante la complacencia de los pastores, pero sí ante la ineptitud para impedir que los delincuentes sigan con su festín cada vez que lo estiman necesario.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com