Salad Days

Los Raiders de Oakland… me agradan como al mismo tiempo me generan un sentimiento de impotencia y escepticismo. Una franquicia peculiar, que de una u otra forma ha logrado ser contendiente en algunos periodos de tiempo. Su último Súper Bowl disputado fue hace ya más de quince años, allá en el 2003 cuando su ahora entrenador los aplastara por más de veinte puntos con los Bucaneros de Tampa Bay. 

Un cotejo de aventureros. Antes, en el ya remoto 1981, tuvieron el momento de gloria, cuando ganaron el Súper Bowl XV, de la mano de los legendarios Tom Flores, Jim Plunkett, Art Shell, entre otros. ¿Podrán regresar esos “salad days” que añoraba el personaje H.I. de la cinta “Raising Arizona”? Bajo mi apreciación, este citado conjunto, sin duda el más gitano y nómada de la NFL, que en un par de años se asentará en Las Vegas, Nevada (un movimiento muy acertado, a propósito), se mantendrá como un simple pretendiente, por lo menos la siguiente temporada. 

Salad Days

Lástima por su afición, una de las más leales y extravagantes de la liga y que en nuestro país cuenta con una muy amplia legión de seguidores. En honor a la verdad, todos los equipos son un reflejo de su propietario o máximo directivo. 

El dueño, Mark Davis, como su padre, empieza o ya había empezado, a adoptar esa personalidad excéntrica (por decir lo menos) que se refleja en contrataciones o canjes disparatados. Prueba de lo anterior es brindarle la dirección de tu equipo, con un sueldo millonario y a largo plazo, a un personaje que suele tener arranques de genialidad y de locura como Jon Gruden, o integrar un atleta decadente llamado Marshawn Lynch y dejar libre a alguien de la talla de Kalil Mack. 

Como los Browns de Cleveland, fueron una de las organizaciones más agresivas en la agencia libre, y en el próximo draft colegial, tendrás variados “picks” altos, así que en lo que respecta a material humano, los “malosos” serán un equipo con altas expectativas. Observemos sus nuevas incorporaciones: Y hablando de contrataciones controvertidas, Vontaze Burfict, linebaker veterano, conocido por ser “sucio”, aterriza desde Cincinnati, todo un volado.

Así mismo, el liniero ofensivo Trent Brown (4 años y 66 millones de dólares), proveniente de Nueva Inglaterra, protegerá el lado ciego de Derek Carr (esperemos que no sea un producto de los “Pats”, que como muchos, funcionan en un sistema bien establecido y dirigido y en otros esquemas resultan excesivamente caros, pero terminan siendo jugadores promedio (recordemos a Nate Solder en los Gigantes)). Lamarcus Joyner (Rams), apoyará la defensiva secundaria y podría ser una revelación. 

Por supuesto, la adición más relevante es la de Antonio Brown, uno de los mejores receptores del circuito y quien debe ser alguien de alto impacto y disruptivo en su ataque. Ya veremos la conexión que emplaza con DCarr. Los Raiders pelearán en una de las divisiones más competitivas de la AFC en la siguiente campaña, al margen de algunas muy promisorias adquisiciones vía agencia libre y seguramente un draft colegial robusto, la clave de su éxito dependerá de su mariscal de campo. 

Derek Carr ha demostrado ser tibio o titubeante en momentos clave, críticos, además de ser un tanto propenso a lesiones, por ello es fundamental que su crecimiento como líder dentro y fuera de la cancha tenga un avance radical hacia arriba, y también, el binomio Davis-Gruden deberá implementar una dirección que tome decisiones donde mayoritariamente la razón impere sobre cualquier excentricidad. Abundaremos.