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Recordando a José ‘Pepe’ Ángel Vivian

‘Sino te correteó ‘Pepe’, no eres de Río Bravo’

Hoy quiero invitarte a realizar Un Viaje al Pasado para recordar a un hombre muy conocido por todos, a quien le gustaba corretear a las muchachas guapas de la ciudad, alegre y muy querido, me refiero a José “Pepe” Ángel Vivian Mosqueda. 

José, nació el 29 de octubre de 1958, en un rancho muy cerca del canal el Culebrón, sus padres el señor Santiago Vivian Ávila, y la señora Ana María Mosqueda, llegaron y vivieron una temporada con unos tíos de él, allá por los años 40’s, provenientes de la ciudad de Morelia, Michoacán, cuenta la señora Ana María, que se mudaron a la ciudad de Río Bravo, en busca de una mejor calidad de vida, unos parientes les comentaron que en la frontera norte de Tamaulipas se vivía mucho mejor y que había trabajo tanto en la ciudad como en los campos algodoneros, tiempo después, allá por el año de 1950, con sus ahorros logran comprar un terreno y hacer su casa en el fraccionamiento Río Bravo.

Recordando a José  ‘Pepe’ Ángel Vivian

El señor Santiago empieza a trabajar en una refaccionaria propiedad de la familia Vivian, ganando 50 pesos diarios que en ese tiempo era una fortuna y la señora Ana en las pizcas de maíz, tiempo después se mudaron a un ranchito que adquirieron con sus ahorros y es ahí precisamente donde nace Pepe, cuando la mamá de Pepe como cariñosamente lo llaman, estaba embarazada fue atendida por una partera, por no encontrar un hospital o doctor cerca de donde radicaban, plática la señora Ana que Pepe nació bien, pero culpa a la partera por no hacerlo que llorara, como es la costumbre de tomarlos de los pies colocarlos boca abajo y pegarles un par de nalgadas para provocarles el llanto y que al contrario lo estrujó y lo apachurró, y eso le causó un incapacidad mental.

De niño su madre batalló mucho con él, a la vez afortunadamente le tuvo mucha paciencia, a la edad de 10 años, Pepe empezó a caminar, a comer  y hacer sus necesidades por él mismo, siempre fue un niño muy inteligente, alegre risueño y juguetón, recuerda doña Ana que un día que la dejó encerrada en el cuarto de baño, y se fue a caminar al centro de la ciudad, y regresaba con algunas monedas, otras veces regresaba con refrescos y pan que la gente muy atenta le regalaba, otra de las travesuras de Pepe, las cuales hacia sin malicia, era el de corretear a las muchachas más bonitas en la salida de la escuela con la simple finalidad de darles un abrazo.

Los padres de Pepe, le inculcaron buenos principios y modales, incluso, lo llevaban todos los domingos a las iglesia, en donde se portaba muy bien, le gustaba mucho convivir con los niños y adultos, sobre todo con los ancianos, era muy querido por todos ellos.

Cuenta Doña Ana que un mal hombre, chofer de un autobús, se aprovechaba de la situación de Pepe, para hacerlo pedir limosna en las calles de la ciudad, juntaba muchas monedas en su cachucha, pero chofer aprovechado se lo quitaba casi todo, dejándole sólo unas cuantas monedas.

Muchas veces Pepe fue objeto de discriminación, otras tantas la gente le tenía miedo al verlo en la calle, por su manera tan peculiar de dirigirse hacia los demás, pero él no es una mala persona, al contrario, le gusta jugar con los adolescentes y niños, siempre muy risueño, balbuceante intentando platicar con todos, sobre todo con las chicas guapas de Río Bravo.

Actualmente vive con su madre que tiene 90 años, Pepe a sus casi 60 años de edad, camina apoyado de un andador de aluminio, pero aún conserva esa alegría que lo ha caracterizado siempre.

Es por eso y más que hoy recordamos a José “Pepe” Ángel Vivian Mosqueda, como una leyenda viviente, muy querido por todo el pueblo de Río Bravo, quienes lo recordamos con mucho cariño, por ahí dicen que si no te correteo Pepe, no eres de Río Bravo.

¡Muchas gracias por hacer juntos Un Viaje al Pasado, hasta la próxima! 

Nachobecerril58@gmail.com