Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Quien no recuerda su historia, tiende a repetirla

Yo soy ese tipo bronco, nefasto, inestable, irritable, intocable, explosivo, el que pateaba puertas y paredes, marcaba los puños en las paredes cubiertas de yeso, el que aventaba ceniceros, lámparas, platos, vasos, soy ese neurótico empedernido, el huracán rugiente, el cavernícola emocional descontrolado que vertía toda esa cascada de ira contra su esposa, contra sus hijos, soy el gritón, el mecha corta que intimidaba e irrumpía la paz del hogar, si se habla de violencia doméstica, tengo que acordarme de dónde vengo y quien soy, recordar como aventaba la comida, por si estaba fría o caliente, por si en ese momento me reclamaban algo o me fastidiaban, simplemente, tomaba el plato y lo estrellaba contra la pared, soy el que golpeaba a sus hijos, pegándoles hasta el cansancio con la mano o lo que fuera, marcando sus nalguitas y dejando la huella de mi neurosis en su cuerpecito, igual, soy el de los arranques de ira, el que desborda con furia y no mide la consecuencias, sin olvidarme, que soy el macho típico mexicano, autoritario, cerrado, cuadrado, y agrégale mis adicciones compulsivas, me convertí en un alto riesgo para mi familia, a quien tenían que tratar con pincitas, con delicadeza para evitar que explotara en ira.

Hoy sé que hay alguien como yo por todas partes

Quien no recuerda su historia, tiende a repetirla

Comprendo que una persona violenta como yo, entre más grita, entre más explota, sin duda alguna, está más llena de miedos y de frustración, hoy sé, el porqué de mis patrones de conducta neuróticos, hoy tengo que ver mis heridas del alma y actúo a la defensiva, reacciono cuando mis egos se ven lesionados, cuando me siento agredido y no doy oportunidad a que me sigan molestando, acción reacción, exploto y salgo de esas máscaras de la apariencia y demuestro mi cruda realidad, la verdad de quien soy, un neurótico. Muchos de nosotros, los drogadictos, alcohólicos, patinamos por la neurosis, en mi caso, primero fui neurótico y después adicto, sé de mi enfermedad y el por qué reacciono violentamente,  gracias a Dios, ese Ernesto violento, neurótico, agresivo, ha bajado de niveles muy considerablemente, aunque de repente el cavernícola quiere salir de su caverna y volver a repetir los patrones nefastos de conducta, he venido trabajando mucho esa parte de mí, le he bajado al mecha corta, pocas veces lo dejo actuar y lo más triste de un neurótico como yo, es que lesionas, hieres, maltratas a tus seres cercanos que no se pueden llamar queridos, debido a que no se vale tratarlos con la punta del pie y esta enfermedad, que es mental, física, emocional, espiritual y de personalidad, se contagia, uno contamina a su  familia y en la casa de un neurótico como yo, hasta el perro es explosivo.

•Mecha Corta

Esta enfermedad es mental, los trastornos mentales son la característica de los adictos, por esa razón fracasan en todos las áreas de su vida, en lo laboral, social, sexual; fracasan como ciudadanos, son los que manejan violentamente y andan provocando a medio mundo. Salvo muy honrosas y distinguidas acciones.

¿Qué es neurosis?  

La neurosis es una condición de orden psicológico que altera la percepción de la vida de quien la enfrenta, e influye en su entorno y su relación con las demás personas. El término data de 1769 y fue aplicado a todas las enfermedades del sistema nervioso. 

La enfermedad ha ido evolucionando en la forma como es interpretada, ya convertida por algunos en muestra de una personalidad excéntrica, en definición para una forma de ansiedad, se convirtió en palabra de uso común y en muchas ocasiones para nada ligada a lo que la neurosis como enfermedad es realmente.

Hoy se sabe, o al menos así la interpretan muchos médicos, es un estado de ansiedad, una situación derivada del estrés que mediante conductas negativas o demasiado compulsivas tratan de buscar una salida a esa situación de apremiante ansiedad y nerviosismo. 

La neurosis ha sido durante mucho tiempo investigada por la comunidad médica. Ya algunos le atribuían desmayos y fiebres, y Freud la denominó psiconeurosis aplicando a la misma una escala de clasificación de distintas formas de neurosis, que ya no se utiliza.