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Cajita de sorpresas

Caras vemos, emociones no sabemos.

Estamos viviendo una época emocional sumamente difícil, por de más complicada, resulta casi imposible, llevar la fiesta en paz,  en la relación de pareja hay brotes de violencia.  En estos noviazgos de jóvenes posesivos,  controladores,  manipuladores,  chantajistas.  celosos, tóxicos y lo más triste del caso es que nadie se quiete dar cuenta de la cruda realidad emocional que estamos viviendo,  pasa el tiempo y estos noviazgos tóxicos,  enfermizos se unen matrimonio y lo que instalan en su hogar no es más que una guerra de variedades y un cuartel sin  paredes, propiamente un costal de perros y gatos,  muchos de ellos no soportan los defectos de carácter,  del otro,  estás parejas neuróticas explotan ante la más mínima provocación y la salida ante esta psicosis se llama divorcio y por eso hay tantos pleitos y tantas separaciones,  porque las parejas no se entienden,  porque las parejas no buscan ayuda y la razón es muy simple, porque no hay amor. Desde novios establecen una pésima comunicación,  por supuesto que no saben hablar mucho menos discutir, y  es a través de la comunicación donde las relaciones tóxicas cometen muchos errores y se hacen daños garrafales,  como las mentiras o las actitudes infantiles que al pasar del tiempo manteniendo secuelas muy drásticas. En una relación tóxica tarde que temprano el que la hace la paga,  es decir,  es como si estuvieras en un restaurante,  nadie se va sin pagar y después de tronar como espárragos,  tus actitudes,  tus malos juicios,  son consecuencias muy dolorosas.  Que tienes que pagar.  Sea como sea,  por haber permitido o por haber fomentado lo tóxico de tu relación de pareja

Cajita  de sorpresas

Tiempos difíciles 

Nos encontramos en plena decadencia del matrimonio, es un concepto el que pudiéramos considerar como el cimiento de la familia y el matrimonio tiende a desintegrarse, qué podemos esperar de la familia. Yo me casé a los 19 años la primera vez, sé lo que es un divorcio y todos los daños que genera, sé de mis errores, de mis aciertos y ahora, tengo 26 años de casado, cierto, con muchos intentos de divorcio, con algunas separaciones cortas, otras prolongadas, pero al menos, solo por hoy, disfruto de una buena relación de pareja y tengo que ver las actitudes que dañaron mi matrimonio, mi vida en pareja, hablando de mí, de mi vida, no ha sido nada fácil, hoy poseo un gran tesoro, una experiencia que puedo usar para no repetir errores, aunque hay un dicho por ahí que dice y dice bien, “El Hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra”, y dice también otro, “En la casa del jabonero, el que no cae resbala”. Quiero decir, que no es nada fácil llevar la fiesta en paz. Con el tiempo, fuera máscaras, la cajita de sorpresas se abrió y Oh sorpresa alcohólico, adicto, neurótico, celoso, mecha corta, inestable irritable y un pésimo comunicador la cajita de sorpresa con el tiempo da a conocer todas las máscaras de las personas tarde que temprano nadie se escapa así que caras vemos emociones no sabemos. 

Los daños emocionales quedan para siempre

Estoy consciente de que fui llenando a mi  actual mujer de resentimientos, de coraje, de decepción a través de los años, siempre tuvimos una relación neurótica, enferma, destructiva, cultivé con mis actitudes un matrimonio conflictivo, lo que generó un hogar disfuncional, cometí muchos errores, como el pelear con ella delante de mis hijos, el insultarla en cualquier lugar y a toda hora y delante de quien fuera, con el tiempo la relación fue mermando, causando mucho dolor, tristeza y frustración, y como consecuencia, una enorme carga emocional, tanto para mi esposa como para mis hijos, y yo seguí lleno de soberbia, sin querer cambiar, sin aceptar mi enfermedad, mis adicciones, mis celos y todo el estuche de monerías que me cargaba, hoy, gracias a Dios, he podido ir cambiando ese infierno en el que vivíamos mi familia y yo, pero no me olvido del secuestro del cual mi mujer y mis hijos fueron víctimas, del cavernícola que fui, de ese ser humano enfermo, macho, agresivo, neurótico, despreciable que les dio una vida de infierno nefasto. Gracias a Dios y solo por hoy, mi vida y la de mis seres queridos ha cambiado radicalmente. 

Mil gracias por leerme y más por escribirme. ernestosalayandia@gmail.com Como siempre a tus órdenes 614-256-8520, búscame en Facebook, mis libros están a tus órdenes, pídelos por correo electrónico.