Columnas > EL MENSAJE EN LA BOTELLA

M.I.E.D.O.

Esas ideas erróneas, que no existen más que en nuestro cerebro, nos roban la oportunidad de lograr cosas que valen la pena

Todos hemos sentido los síntomas alguna vez: Sudoración en las manos, ansiedad, angustia, deseos de salir huyendo, piernas como de gelatina. Cuando estamos ante esos síntomas, no hay duda, su majestad el miedo ha hecho su aparición.

Y es éste un monarca que tiene muchos súbditos. Hay mucha gente que se doblega ante él y se priva de hacer muchas cosas porque su alteza el miedo no le da permiso de hacerlas. Pero ¿de dónde viene el miedo? ¿Cómo es que a veces lo dejamos alojarse en las mejores habitaciones de nuestro corazón y  mandamos a nuestros sueños al cuarto de servicio? (si bien les va a los sueños; si no, a veces los desterramos porque al miedo no le gusta convivir con ellos).

M.I.E.D.O.

Para explicar a mis alumnos lo que es el miedo, hago un acróstico con las letras de esa palabra, las escribo hacia abajo y utilizándolas como siglas, les enseño que el miedo no es más que: Muchas Ideas Erróneas Destruyendo Oportunidades.

Lo que sucede con el miedo, es que nuestra cabecita loca se llena de ideas espantosas de que va a ocurrir lo peor, de que si me atrevo a hacer algo voy a fracasar, voy a quedar en ridículo y un montón de etcéteras que el miedo mete en nuestra cabeza. Y esas ideas erróneas, que no existen más que en nuestro cerebro, nos roban la oportunidad de lograr cosas que valen la pena.

Así que, les digo a ellos y les digo a ustedes: Dense el permiso de hacer cosas que no se creían capaces de hacer.

En una ocasión, dando un curso de hablar en público a un grupo de maestros y personal de la Universidad Autónoma de Nuevo León, les puse una dinámica en donde tenían que pasar al frente a dirigir un mensaje a un público determinado. Había una señorita, asistente de un departamento, que se veía que tenía, no miedo, PÁNICO a hablar en público. Cuando le tocó el turno pensé que se iba a desmayar. Empezó a hablar y le temblaba la voz, pero a fuerza de animarla y desafiarla, fue tomando confianza y al final ya estaba ella bien “prendida”, hablando con firmeza y gesticulando para dar más énfasis a sus palabras. Cuando todos hubieron pasado les pregunté: “¿Qué aprendieron de esta dinámica?”. Se levanta esta señorita y me dice: “Yo aprendí que NO PASA NADA”. Exactamente, le dije, cuando nos damos el permiso de hacer cosas que no nos creíamos capaces de hacer, vamos a descubrir que no pasa nada. Nada de lo espantoso que creíamos que pasaría.

Así que la próxima vez que quieras hacer un nuevo amigo, dar una opinión, cantar en público o cualquier cosa que hasta ahora tu miedo no te lo permitía, simplemente HAZLO. Date el permiso. Tus miedos no le sirven al mundo. Y mucho menos a ti.

Muchos de esos miedos surgieron por algo que ocurrió en un pasado que hace mucho quedó atrás, pero el miedo se quedó ahí, alojado en tu cerebro. Por ejemplo, a lo mejor en la primaria intentaste decir una poesía al frente del salón, empezaste muy bien, a media poesía se te olvidó, los demás niños se rieron de ti y te fuiste a tu lugar sintiéndote profundamente herido y humillado. El miedo a hablar en público se instaló en tu corazón en ese momento y ahí se quedó anclado, “atorado”, aunque la causa hace mucho que se olvidó. Y hoy en día tienes 20 o 30 años y te sigue dando miedo hablar en público, porque cada que intentas hacerlo, aflora ese niño herido gritándote que no lo hagas porque no quiere sentirse lastimado otra vez. Y eres entonces como los elefantes del circo, que con una fuerza descomunal, no son capaces de librarse del grillete y la estaca a la que están atados porque éste les fue puesto desde pequeños, cuando no tenían la fuerza suficiente, y su cerebro se convenció de que era inútil luchar contra esa atadura.

Dicen que el valiente vive hasta que el cobarde quiere. Así que el miedo seguirá viviendo en tu corazón hasta que tu cobardía sea capaz de enfrentarlo (darle la cara) y confrontarlo (retarlo).

Ya casi no hay monarquías en este mundo. No permitas que el miedo, ese tirano, se convierta en el soberano de tu vida. Te invito a que, para ti, las letras de esa palabreja tengan otro significado y representen en tu vida lo siguiente: Monarca Inútil Expulsado, Doblegado y Olvidado.

jesus_tarrega@yahoo.com.mx

Facebook: El Mensaje en la Botella