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Mejora tu imagen

Regularmente, los primeros meses del año cuando los gimnasios y otros lugar para hacer ejercicio están a máxima capacidad, todo el mundo está decidido a verse mejor, perder las libras ganadas durante los banquetes navideños y de fin de año, etc., indudablemente que incrementar la actividad  física mejora la salud, y con tiempo y constancia, también tu aspecto físico, pero a veces lo más simple para verse mejor es reforzar la autoestima de cada uno.

Durante las etapas del desarrollo del ser humano se presentan diversas imágenes  físicas de sí mismos que deben adaptarse o reconciliarse con lo que vemos reflejado en el espejo. En la mayoría de las personas se observa una búsqueda de sí mismos durante la adolescencia, los jóvenes experimentan con su pelo, su ropa, las perforaciones corporales, los tatuajes, en fin, su comportamiento en general cambia con el fin de ser diferentes, de ser originales, auténticos.

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La autenticidad está correlacionada  con los conceptos de bienestar mental, vitalidad, autoestima y los mecanismos de autodefensa.

Cuando una persona es auténtica y vive de acuerdo al concepto que tiene de sí mismo se siente satisfecho con su vida pues no tiene nada que reportares, lo que le brinda un bienestar mental, paz consigo mismo.

El autoconocimiento de nuestras habilidades y también debilidades nos hace sentir más seguros de las decisiones que tomamos. Una persona con autoestima saludable puede enfrentar la vida seguro de que sabrá manejar cualquier problema por sí mismo, sin temor de cara presa de comportamientos autodestructivos como la dependencia del alcohol y las drogas.

Las personas auténticas saben su valor y confían en sus habilidades lo que les permite superar cualquier reto o alcanzar las metas que se propongan. No se sabe si todas estas características positivas del ser se desarrollan a partir de la autenticidad o viceversa, pero las personas que no son auténticas tienden a ser también seres inseguros , fáciles de apabullar, desconfiados y recelosos. Los filósofos de la antigua Grecia, Sócrates y Aristóteles, mantenían que todos tenemos un ser interno que espera que lo descubramos y que logremos actuar de acuerdo a todo lo bueno que se espera de nosotros.

Después los filósofos en la Edad Media relacionaban el concepto de ser auténtico con la moral y la religiosidad, ellos mantenían que la gente actuaba de buena fe porque era su verdadera naturaleza, la que fue dada por Dios.

Los Existencialistas del siglo XX, como Sartré, comenzaron a preguntarse si de verdad existía algo interno que nos determinara, ellos proponían el concepto que el ser interno se creaba a partir de nuestras acciones.

Para los cristianos el verdadero ser es el alma inmortal la cual cual poseemos todos, sin embargo solo cuando pasamos a mejor vida sabremos a ciencia cierta cómo es nuestra alma pero mientras tanto debemos aceptamos como tal como somos, con defectos y virtudes, y atrevernos a ser auténticos para poder vivir en paz con otros mismos y con la imagen que vemos reflejada cada cía en el espejo.

…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Msgr. Juan Nicolau, Ph.D.STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es terapeuta familiar y consejero profesional con licencias.