Columnas > GERARDO MORENO

‘Mamá gallina’

* Cuando tu amor de mamá trunca la independencia de tus hijos

Estoy convencido que la verdadera labor como madre es que tu hijo no te necesite. Aclaro, no estoy diciendo que tu hijo no te quiera, sino que no te necesite para volar y ser independiente. Es impactante ver a pelagartones mayores de treinta y cinco años viviendo en casa de sus papás y lo peor del caso es que los tratan como si tuvieran ocho años. “No hagan ruido porque está dormido. Recójanle el plato, ya terminó de comer. Cuélguenle las playeras, porque a él no le gustan dobladas”. ¡Háganme el favor! Se los juro que lo que acaban de leer es real.

‘Mamá gallina’

Muchas mamás creen que atender a los hijos es un acto de amor, pero estarán de acuerdo conmigo que una cosa es atender y otra es hacerte cargo de ellos. Atender a un hijo significa tener detalles de vez en cuando, consentirlo ocasionalmente y por supuesto, apoyarlo dentro de tus posibilidades. Pero si para “apoyar” a tu hijo necesitas desacompletar la mensualidad de la casa, dejar de pagar tu tarjeta de crédito o desatender otras responsabilidades, discúlpame, eso no es apoyar, eso es colaborar para que no sea independiente. ¿Están de acuerdo conmigo?

Se preguntarán cómo un hijo se convierte en atenido y termina haciendo concha en casa de sus papás. Esto viene desde la niñez y el origen es la sobreprotección, ausencia de límites y no querer que los hijos batallen. Señales típicas de sobreprotección son cuando la mamá le resuelve prácticamente todo al niño, desde asuntos escolares (llevarle la tarea que se le olvidó presentar) hasta intervenir en los problemas o discusiones que pueda tener con otro niño, impidiéndole que fortalezca los músculos de la frustración, tolerancia y resolución de conflictos.

A los dieciséis años un adolescente está supuesto a comenzar a generar sus primeros ingresos. Equivocadamente creemos que los más importante es que en todo saque diez, cuando no es garantía que un niño de calificaciones extraordinarias vaya a ser exitoso cuando crezca. A los niños se les necesita enseñar cuestiones domésticas (propias de su edad) y no sólo limpiar su cuarto, sino áreas comunes también, aunque no las hayan ensuciado ellos. 

A menudo escucho: “¡Ay Gerardo! Lo que pasa es que no conoces a mis hijos. Todo el tiempo es un batallar para que me obedezcan.” Les diré algo. Cuando eliges convertirte en madre, estás eligiendo todo lo que implica serlo y parte de ello es educarlo, corregirlo y encausarlo, sin importar que al principio haya una rebelión, es tu chamba. Todo mundo quiere hijos con una obediencia ciega y saben qué, estamos es un grave error. Si lo que quieres es que te obedezcan sin chistar, entonces mejor adopta un perro y entrénalo para que te obedezca ciegamente. 

Si tienes hijos pequeños comienza a fijar límites a partir de ya. Establece los horarios para dormir, bañarse, hacer tarea, tiempo con los equipos electrónicos y las consecuencias de no cumplir con sus responsabilidades. A los niños les da seguridad tener una rutina. También toma en cuenta que es muy importante que los niños se frustren, por que es algo a lo que todos nos enfrentamos de alguna u otra manera cotidianamente. 

Ten presente que tu labor como mamá es criarlos y forjarlos como seres humanos. No lo tienes que hacer perfecto, es imposible. Perdónate porque habrá días en que lo harás muy bien y otros que lo harás fatal. Es parte de la vida, sólo procura ser lo más asertiva posible. También es muy importante que tú, además de tu rol de mamá, tengas otro tipo de metas. El hecho de que te hayas convertido en mamá no significa que dejaste de ser la mujer creativa, inteligente y productiva que sigues siendo. Cuando haces de tus hijos el proyecto más importante (o el único) corres el riesgo de que sean uno parásitos cuando sean mayores, porque han aprendido que mamá siempre estará ahí para resolverles las cosas. Cuando tu hijo te comparta un problema, en lugar de querérselo resolver, pregúntale: “¿Y qué has pensado para solucionar esto? ¿Qué se te ocurre que podrías hacer? ¿Hay algo en lo que yo te pueda ayudar?” Observa como estas fomentando el pensamiento crítico y haciendo que tomen acción para solucionar situaciones, una parte fundamental para que llegado el momento vuelen y hagan su vida. Cuando eso suceda, apláudete. ¡Hiciste una gran labor porque te quieren, pero no te necesitan! #Anótele y nos leemos pronto. 

Sígueme en mi página oficial de Facebook:Coach Gerardo Moreno