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‘Casi perfecto’

«Cuando tiene mucho de lo que buscas en una pareja, pero…»

Llega una de mis pacientes al consultorio, la saludo y se desploma en el sillón. Tenía como seis meses de no verla. Le dije, cuéntame cómo vas. Inmediatamente comenzó a decirme que había conocido a un hombre espectacular. Sus palabras fueron las siguientes: “No sabes Gerardo, es un hombre increíble, tiene un trabajo espectacular, me encanta el tiempo que pasamos juntos, hay mucha química y, sobre todo, disfruto la forma en la que platicamos, pareciera que nos conocemos de toda la vida”. Hizo una pausa, pasó saliva y naturalmente le pregunte: “¿Pero…?” Después de un silencio, me dice: “Es casado”. ¿Y cómo te hace sentir eso? -le pregunté. Está casado, pero ya no tiene nada que ver con ella -me respondió. ¿Y por qué sigue con ella? Lo que pasa es que divorciarse implica mucho trámite y hay muchos intereses en riesgo. Pero él ya me dijo que puede estar conmigo, sólo necesita que yo entienda que no todo el tiempo podemos estar juntos porque él necesita cumplir compromisos con sus hijos y familia. 

Todo parecía indicar que ella me quería explicar (o convencer) que, aunque él fuera un hombre casado, en el fondo estaba libre emocionalmente y que además él estaba dejando muy en claro cuál era la situación y las condiciones. Por supuesto que la situación está muy clara para él, ¿y para ti? -le pregunté- Se quedó callada. 

‘Casi perfecto’

Estas situaciones son más comunes de lo que se imaginan y en este artículo no vamos a debatir si es buena o mala idea ser “la otra”, al final del día es una decisión muy personal. Lo que si podemos abordar es precisamente los puntos que le expliqué a mi paciente, mismos que comparto ahora con ustedes. 

Cuando una persona llega a tu vida, llega con todo un escenario, situaciones y circunstancias que irás conociendo en el camino y lo importante no es dar un juicio de bueno o malo. Lo importante es saber si te puedes adaptar a su su escenario, situaciones y circunstancias. En estas situaciones hay dos trampas. Una que tú construyes y otra que él construye. 

• Tu trampa es creer que con el tiempo lo vas a cambiar. Que con tu amor él se decidirá por ti y que lograrás ser su prioridad. Te diré algo, muy pocas veces sucede. 

• La trampa que te pone él es que cuando tú te canses de ser la otra y quieras reclamarle o exigirle tiempo, él desfachatadamente te dirá: “Tú ya sabías la verdad, yo siempre fui honesto”.

Seamos adultos y hablemos seriamente. Fíjense bien lo que le pasó a mi paciente. Ella primero lo conoció, se trataron, platicaron, tuvieron sus momentos “románticos” y de pasión y de repente, el personaje le confesó que era casado y que no tenía nada que ver con su “brujer” pero que no podía divorciarse. A ver, detengámonos un momento. ¿Por qué le confesó la verdad después de haber probado la mercancía y no antes? Lo ideal hubiera sido que desde el principio le dijera la verdad, pero no lo hacen porque entonces existe el riesgo de no llevársela a la cama. 

Reflexionemos en algo. Observen la forma en cómo este personaje (el casado que no tiene “nada que ver” con su esposa) maneja y “resuelve” sus problemas. Discúlpenme, pero no es una forma adulta de enfrentarlos. Él tiene problemas con su mujer y los “soluciona” acostándose o enamorando a otras. Lo mismo va a suceder cuanto tenga problemas contigo. Es muy probable que el personaje se defienda argumentando que él es muy honesto y eso es una total mentira. Decir “la verdad” DESPUÉS de haberse comido el caramelito no es decir la verdad. Eso es acomodar “la verdad” en el orden y secuencia que le conviene. Esto equivale a tener una enfermedad de transmisión sexual y acostarte con alguien (sin protección) y después decirle que estás infectado. ¿En qué cabeza cabe? 

Se fijan como el orden de los factores sí puede alterar el producto. Así como el casado tiene claro que quiere estar contigo y seguir casado, la pregunta para ti sería: “¿Qué es lo que tú quieres?” Asegúrate que más grande que la química sea tu autoestima. No puedes elegir “el infierno” pero si el diablo. Y, por último, te daré mi definición de autoestima: 

“Saber quién eres, saber qué mereces y no confórmate con menos.” #Anótele y nos leemos pronto. 

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Coach Gerardo Moreno