Columnas > UN VIAJE AL PASADO

Librado Leal Peña ‘el Chiflador’

Librado Leal Peña, nació el día 5 de diciembre de 1952 en los Aldamas, Nuevo León, hijo del señor José Leal Garza y la señora Rafaela Peña Martínez, tuvo 6 hermanos; 3 hombres y 3 mujeres, Juan, Dolores, José, Antonio, Amelia y Sanjuana Leal Peña. Debido a su economía sólo estudió hasta el cuarto año de primaria, a los 8 años trabajó en China, Nuevo León en un restaurante llamado Guadalupe Victoria.

Sus padres le daban un pasaje para venir cada semana la ciudad de Rio Bravo, Tamaulipas, el primer año vino a jugar beisbol toda la temporada, por lo general venía cada 15 días a jugar, para poder jugar tenía que trabajar 24 horas, entraba sábado a las 7 de la tarde y salía a las 7 de la mañana el domingo para poder jugar doble juego. 

Librado Leal Peña ‘el Chiflador’

Se regresaba cuando se terminaba el baile, por lo general casi siempre se acababa a 12 de la noche y tomaba el autobús a las 2:45 de la mañana para llegar trabajando.

Finalmente llega a Río Bravo a jugar beisbol invitado por los señores Santos Treviño y Bernardo Treviño en el año de 1971 a la colonia Benito Juárez, cuando sólo contaba con 19 años de edad. Ya estando en esta ciudad, comenzó a trabajar de albañil en la obra y de alijador en la sección 62 en la Estación de Ferrocarriles Nacionales de México donde duró 7 años trabajando, después empieza a trabajar en la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) por alrededor de 4 años, por cuestiones económicas regresa nuevamente a trabajar como alijador en el sindicato para el cual jugaba.

Un día jugando beisbol en el parque, conoce a una bella dama, que era la madrina del equipo la cual se llama Carmen Treviño Pérez de quien se enamora y le pide ser su novia, ella le dice que sí, tuvieron un noviazgo de 3 largos años, finalmente deciden casarse y fruto de ese amor, procrean 3 hijos, Verónica, Javier y Carlos Adrián Leal Treviño.

Estando trabajando como alijador hubo escasez de trabajo porque la gente ya no sembraba sorgo y maíz, entonces su puso difícil la economía y en el año de 1987 ya casado empieza vender tacos los cuales eran preparados por su esposa, el salía a venderlos en una olla de peltre que por vergüenza la sacaba de su casa en un costal de ixtle, hasta que llegaba a la estación de ferrocarriles y ahí la sacaba para empezar la venta, generalmente también se subía al tren para ir en el trayecto vendiendo tacos algunas veces a Camargo, Pedro Ochoa y otras veces a Matamoros, Tamaulipas, embarcándose en esta ciudad por las mañanas y regresándose por la tarde en el otro tren. Recuerda que, en esa época, ofrecía y vendía 5 tacos por 2 pesos.

Tristemente tuvo que dejar el juego del beisbol porque sus nuevas actividades ya no se lo permitían, además nacieron sus hijos a los cuales les dio prioridad al igual que a su señora esposa, madrugaba mucho pues tenía que trabajar muy duro para sacar el sustento diario y poder mantener a su familia y darles estudio a sus hijos. Pero gracias al apoyo de su familia logró establecer su negocio propio en el año de 1990 al cual le puso como nombre Taquería “el Chiflador” pues es su costumbre silbarle a cuanto carro y persona pasa.

becerrilignacio49@gmail.com