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La revolución del siglo XXI, a 107 años de 1910

Habían pasado alrededor de 30 años de que el General Porfirio Díaz Mori asumiera el poder al frente del gobierno de la República. Muchas acciones había realizado en pro de la modernización del país después de que éste se encontrara en el siglo XIX viviendo una etapa de postguerra de independencia bastante convulsionada, con conflictos internos e inclusive intervenciones extranjeras como la de Estados Unidos y la de Francia, Benito Juárez había sentado ya las bases de una serie de leyes, las llamadas de Reforma y había establecido la constitución  de 1857.

Porfirio Díaz contó con el carácter y la pericia política para echar a andar el aparato productivo del país generando prosperidad macroeconómica, sin embargo, descuidando a las clases media baja y baja, la clase campesina estaba por demás oprimida y esto generó una tensión social que ya no se contendría más.

La revolución del siglo XXI, a 107 años de 1910

Un joven hacendado del estado de Coahuila, Francisco I. Madero organizó un movimiento político enfilado a contender en las elecciones presidenciales contra Porfirio Díaz, y buriló para la historia la frase de “Sufragio efectivo, no reelección”. 

Pero Díaz mandó encarcelar a Madero por sedición y lo arrestó en San Luis Potosí, mas este último logra escapar hacia Estados Unidos y desde la Ciudad de San Antonio, Texas, un 20 de noviembre de 1910, lanza el plan de San Luis en el cual llamaba a tomar las armas en contra del gobierno de Porfirio Díaz, iniciaba así la primera gran revolución del siglo XX, “La Revolución Mexicana”.

A 107 años de ese importante evento en la historia de nuestro país, este goza de la solidez de instituciones que vinieron a satisfacer las diversas demandas sociales de salud, educación, seguridad, vivienda, entre otros, la revolución así, cumplía con muchas de las demandas sociales que la inspiraron, aun cuando la democratización del país se vio tergiversada con la estancia en el poder, desde 1929 hasta el año 2000 de un partido hegemónico: el PRI.

Ahora, la sociedad mexicana toda sabe lo que es la alternancia en el poder federal, ha podido ver el desempeño de un partido distinto al PRI en la Presidencia de la República, inclusive ha podido ver el desempeño de actores de la izquierda mexicana como Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador al frente de la Ciudad de México. 

La democracia en México comienza a madurar, la sociedad es ahora más participativa, los niveles de educación se han elevado aun cuando se pueda ver un marcado contraste en la bonanza económica de los estados del norte y la pobreza de los estados del sur.

A 107 años de aquella gesta revolucionaria inspirada en el Plan de San Luis, México está demandando otra revolución, una revolución sin armas, una revolución promovida por todos los actores de la sociedad, desde la clase política, la iniciativa privada, la clase trabajadora, el campesinado, en fin por todos.

Nos encontramos a menos de un año de que se lleve a cabo la elección federal del próximo 1 de julio para elegir al nuevo Presidente de la República. Aún vemos a una clase política titubeante y ansiosa por el poder que da la silla presidencial; la nueva revolución sin armas, es la que demanda de esa clase política el que ya no vea a la Presidencia de la República como un puesto para servirse, sino para servir, en donde en realidad se pongan los intereses de la nación por encima de los de grupo o partidista, esa es la mayor demanda de la nueva revolución sin armas.

A 107 años de la gran revolución del siglo XX, estamos a punto de vivir una elección sin precedentes en la historia política mexicana, por primera vez en la historia contaremos con un candidato independiente, vemos a fuerzas políticas antagónicas como el PAN, PRD y MC formar un frente para así multiplicar sus posibilidades de triunfo, a un PRI desgastado como consecuencia del ejercicio del poder y a un izquierdista en la figura de Andrés Manuel López Obrador que pareciera nada lo detendrá para ganar la elección del próximo año. 

Ya veremos si esa nueva revolución sin armas, demandada por la sociedad puede materializarse, esperemos en Dios que así sea.

Hasta la próxima, primeramente Dios.

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