Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

La vida del nacido para perder

Significado de Mediocre. ¿Qué es ser mediocre?

Mediocre indica algo o alguien que no presenta la calidad ni el valor que sea mínimamente aceptable para su entorno La palabra mediocre proviene del latín mediocris que significa “medio” o “común”. Etimológicamente está compuesto por el vocablo medius que expresa “medio o intermedio” y ocris que significa “montaña o peñasco escarpado”, por lo que indica a algo o alguien que se queda a mitad del camino siendo la cima de la montaña el destino final. El término mediocre es un adjetivo usado para indicar algo de escaso valor o algo hecho con el mínimo esfuerzo como, por ejemplo, la expresión amor mediocre indica una forma de amar que no vale nada pero aun así se insiste en llamarlo de amor para indicar que existe una relación amorosa. Mediocre, usado para describir a una persona, es peyorativo ya que indica que ese alguien no posee habilidades ni intelecto. En el catolicismo, se utiliza la palabra mediocre para indicar a aquellos fieles que no practican ni obedecen las enseñanzas de dicha religión. La palabra mediocre es utilizado como sinónimo de: mezquino, mediano, vulgar y común. Algunos antónimos de mediocre son: excelente, magnífico, brillante y superior. La palabra mediocre traducida al inglés es mediocre, por ejemplo, “His presentation was mediocre” que en español significa: “Su presentación fue mediocre”. Se llama mediocre a aquel individuo que no es capaz de realizar actividades de manera satisfactoria o bien, que no se esfuerza lo suficiente para que estas sean apreciadas por la colectividad. Igualmente, un objeto es mediocre cuando no cumple con los estándares de calidad impuestos y por ende, no puede llevar a cabo las actividades para las que fue diseñado. Etimológicamente, el término mediocre proviene del latín “mediocris”, cuyo significado es “el que se quedó a media montaña”, haciendo referencia a aquellos que optaban por establecerse en un medio común y ser personas corrientes. Generalmente, este es aplicado a los sujetos con cualidades, habilidades y metas que no se adecuan a las expectativas, resultan insuficientes. Esta pregunta me la formulo una pequeña jovencita durante una plática que di en una primaria.- Sabes, me dijo, mi abuelo no puede o no quiere dejar de beber.- Tengo la triste experiencia de haber tratado de ayudar a muchas personas, de todas las edades, sexos, posiciones económicas y no se han puesto las pilas, quieren seguir siendo mediocres, dañando su cuerpo y dañando a sus seres queridos, la obsesión por tomar no los abandona, sufren de una compulsión enorme que ni sustanciándose logran calmarse, por supuesto, le dije, hay muchos que se han traicionado a sí mismos. Ya perdieron el trabajo, los corrieron de la escuela, han tenido serio problemas en sus casas, viven solos, divorciados o separados, decaídos, apagados y cobardemente refugiados en el alcohol y las drogas, creen que la vida va a ser así de fácil todo el tiempo, creen que las personas que viven a su alrededor, padres, esposas o hijos, van a soportar ese ritmo inútil y mediocre de vivir, tu, le dije a esta niña, les demuestras que pueden vivir libres de sustancias toxicas, los mantienen limpios tres, cuatro o más meses y a las primeras de cambios, rompen con su pactos. En un corto impulso se prenden de la botella, de la mariguana o de cualquier toxina y un borracho como yo, está lleno de pretextos y de justificaciones para ser un enano emocional, un verdadero cobarde que no tiene amor propio, ni ganas de vivir, mucho menos voluntad.- Vete a drogar al cerro, vete a emborrachar lejos de tu casa, con qué derecho te emborrachas en la casa de tus papas o de tu familia, con qué derecho te drogas? .- La pequeña niña lloro, se levantó de su banca y me abrazo.- Yo no quiero ser como mi abuelo, ni como mi mapa que se droga con mariguana.- Yo no quiero, me dijo con lágrimas en sus ojos.- Por eso vengo a tu escuela, a prevenirte de este infierno.-

El alcohol y las mujeres

La vida del nacido para perder

Por muchos años, pensábamos que el alcoholismo era exclusividad de los hombres, nos acostumbramos al ver al borracho tirado en las banquetas, miado, apestoso, incongruente, vimos, al macho típico mexicano golpeando hijos y mujeres, el tipo celoso, nefasto, como yo, vimos al mexicano en las películas y esa imagen se arraigó en el mundo, pocas veces, vimos a la mujer borracha, como que no había cultura en las cantinas, y era muy extraño cuando una dama entraba a un lugar propio de hombres, hoy en día, está lleno de mujeres, igual empinan el codo al ritmo del varón, se ponen como arañas fumigadas, lloran, hacen sus panchos, se hacen pipi y a veces popo, se quedan tiradas con las medias rotas en las banquetas, vil reprocho, si en un hombre es todo un espectáculo desagradable, en una mujer, es indignante verlas vomitar, todas embarradas de sus vómitos.