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La Seguridad Interior

Tal vez para cuando esté leyendo estas líneas ya haya sido aprobada por el Senado la Ley de Seguridad Interior y con ello asunto consumado, aunque luego vendrán pillidos y protestas por parte de organismos defensores de derechos humanos que francamente resulta incomprensible su parcialidad, porque si bien es correcto salgan a defender a los ciudadanos, no lo es que se lancen con todo contra los elementos de la ley pues también, al igual que los ciudadanos son presuntos inocentes pero lo que se ha visto es que para ellos lo mismo soldados que marinos o policías cuando se les pasa la mano o aún con justificación de antemano son presuntos culpables.

Pero bueno, estos señores y señoras no van a cambiar lo cual no quiere decir que deben desaparecer este tipo de organismos pero si es necesario que cambien de actitud, que así como brincan para protestar por los abusos en contra de ciudadanos muchos de ellos nada recomendables también lo hagan cuando pretenden linchar a las fuerzas de la ley porque ¿se imagina usted, amigo lector, qué pasaría por ejemplo aquí en nuestra querida Reynosa si de un día para otro desaparecieran por las calles las patrullas de soldados, marinos, policías federales y policías estatales?…

La Seguridad Interior

Nada más de pensar en este escenario creo que a cualquiera le dará escalofrío nomás de imaginar que esta frontera se convertiría en tierra de nadie.

El que entren al quite fuerzas federales es algo así como una coadyuvancia que ya sabemos ni soldados ni marinos son para esas tareas pero al no poder con el tercio las policías se tiene que echar mano de lo que hay y esa Ley de Seguridad Interior viene a reglamentar la presencia o intervención de soldados y marinos en tareas que de hecho ya venían haciendo como son las de prevención aunque ahora los facultan trabajos de investigación que desde luego no van a suplir al Ministerio Público como con toda mala leche lo han propalado algunas voces.

Esa función no va a ser de la competencia de soldados y marinos. Lo que investiguen se lo aportarán y ya éste se encargará del resto como es llevar ante los jueces a los que andan en malos pasos pero con pruebas que sustenten la acusación porque de por si los jueces nuestros no tienen fama de ser muy férreos y si les turnan casos débilmente soportados se presta para que entre la mano corruptora y resuelvan “conforme a derecho” que ese derecho significa la libertad del malandraco.

Entonces la Ley de Seguridad Interior en mi personal enfoque no es todo lo perjudicial que algunos dicen. Tampoco es la panacea que vendrá a resolver el asfixiante problema de seguridad que padecemos por nuestra querida Reynosa y por Tamaulipas en general y por los demás estados de la República, salvo dos que tres pero esas excepciones ni nos sirven de consuelo ni tampoco son botones de muestra, más bien son casos excepcionales que confirman que la seguridad interior del país está bastante mal.

Ahora bien, si no queremos ver policías y soldados por las calles primero vamos cambiando nosotros como ciudadanos con tareas bien sencillas como es inculcar valores éticos y morales en su respectivo entorno familiar.

Resulta espeluznante saber como hay padres que sin ninguna pena dicen que el chamaco “anda jalando con la compañía”.

Supe de un caso en una escuela primaria del sur de la ciudad en donde a un niño le llamaron la atención por molestar a otro. El padre de este acudió al plantel escolar a pedir que lo disciplinaran, le llamaron la atención al costroso y me dicen que al salir de la escuela muy ufano le gritó al niño molestado: ‘‘Le voy a decir a mi papa que es maruchero para que se eche al tuyo”.

También hay madres de familia que no muestran ningún pesar porque la hija anda de novia o ‘‘buchona’’ con un malandrín y al contrario hasta se ufanan de que la escuincla ande en esos pasos, aunque después cuando les pasa algo andan con el grito en el cielo.

Entonces, todas esas actitudes se tienen que dejar de lado. Eso es por cuanto hace al ciudadano, por cuanto hace a los gobiernos estatal y municipal van a tener que cimentar sus políticas en la formación de agentes de policía.

No se trata de contratar más personal y que apruebe los cursos de adiestramiento, se requiere de policías conscientes del riesgo que asumen y sobre todo del compromiso.

Reactivar la policía municipal tampoco será una panacea. Sus elementos cuando salgan de labores estarán expuestos por no decir que en manos de los delincuentes que viven por sus barrios. Eso es una realidad, todavía hasta la década de los 80’s la policía municipal controlaba las pandillas y a estas ni por asomo se les ocurriría agredir a un policía. Sabían que la respuesta iba a ser muy severa. Hoy en día lo mismo agreden a soldados y marinos que a policías federales y últimamente aquí por nuestra querida Reynosa agarraron de encargo a los estatales, clara señal de que no tienen miedo a las respuestas.

A ese tipo de delincuentes se están enfrentado y así quieren los organismos defensores de los derechos humanos que no se les pase la mano a los policías cuando hacen su labor.

Hay que tener mucha cautela en este asunto.

La Ley de Seguridad Interior no está creada para afectar al ciudadano, al contrario, es para protegerlo.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com