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¡HAGAN CASO!

Aunque ya lo saben mis lectores, en mi personal enfoque no está de más restregar que ya ocupamos el liderato en casos de contagiados y decesos por el COVID-19, en Tamaulipas altiva y heroica.

Lo peor es que a como se están registrando las cosas, nos vamos a despegar muy notablemente de las cifras que registran en Matamoros, y en este mal no solamente los que andan en la calle tienen la culpa. No son pocos los negocios donde no atienden las medidas sanitarias y no se diga en el transporte público, que en todos estos casos debiera ser inflexible la medida de que si el cliente no llega al negocio con un cubrebocas no se le debe permitir la entrada. Por lo mismo se debe rechazar al pasajero que no suba al autobús o a la pesera con este adminículo que resulta obligatorio.

¡HAGAN CASO!

Lo peor es que ya circulan versiones, y para no variar, por las benditas redes sociales, en el sentido de que tanto al gobierno federal como el estatal y el municipal viendo que la gente nomás no hace caso ya optaron por dejar que se contagie quien se quiera contagiar y que fallezca el que quiere irse de este mundo.

No es propiamente un suicidio, pero sí una muerte imprudencial, y si la gente anda en ese plan las medidas sanitarias no van a poder aplanar el pico de la pandemia, así que ya lo sabemos, o nos cuidamos o terminamos en el hospital de donde a lo mejor ya se sale con los pies por delante.

Por ello me extraña que el gobierno oculte la cifra real de contagiados y decesos, al contrario, hasta debería exagerar, tal vez así la gente tome con la debida precaución este asunto de la pandemia por la sencilla razón de que la economía no puede quedar paralizada permanentemente aun poniendo en riesgo la salud de los descuidados.

Muy pocos son los que se pueden quedar en casa sin necesidad de trabajar, unos porque son pensionados y otros porque tienen suficiente guardadito, pero como ya lo dije, esos son minoría. La mayoría tiene que salir a trabajar, lo mismo por su cuenta que laborando para terceros.

Hagamos caso y si vamos a salir usemos cubrebocas y guardemos la sana distancia. El hecho de que no presentemos síntomas del COVID no exime de someternos a las medidas sanitarias por el bien de nosotros y por el de los terceros con quienes lleguemos a tener contacto.

Y por el mundo de la política ayer el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, en su “mañanera” desde el palacio nacional, a pregunta de un reportero televisivo, que ya sabemos son preguntas de pechito para que se vuele la barda, abordó el tema de las facturaras, y anticipó que de entrada el monto del quebranto al erario es por 50 mil millones de pesos.

No dio a conocer nombres tanto de personas físicas como morales que han cometido el fraude fiscal por cuestiones de la legalidad. La presunción de inocencia es una garantía constitucional que si se viola abre las puertas de par en par para que el acusado, así como entra al reclusorio salga. Algo así, como una puerta giratoria.

Y por esa situación es que no darán a conocer quienes se pasaron de vivos, pero es fácil suponer que son gentes de recursos económicos. Los de salario mínimo están exentos de impuestos y por lo mismo no tienen que recurrir a la facturación apócrifa para justificar gastos. Tampoco los burócratas o los empleados de las empresas privadas a quienes les descuentan mensualmente el pago del Impuesto Sobre el Producto del Trabajo.

Son, en todo caso, medianos y grandes empresarios y algunos de los pequeños que de repente tuvieron un año mucho muy bueno y al final del ejercicio se encuentran que no tienen con que justificar el billete que recibieron, obvio que no de sobornos pero recurrieron al soborno para obtener contratos de proveeduría, prestación de servicios, y quien los recibió no da recibo y al final del año ese pequeño comerciante o prestador de servicios se encuentra con que no tiene como justificar todo el dinero que salió de su cuenta bancaria.

Este tipo de casos son frecuentes y por lo que ayer dijo López Obrador, habrá mayor cuidado en el trato. Los prevendrán para que se acerquen ante el SAT a finiquitar, y que entiendan que de aquí en adelante deben abstenerse de andar haciendo gastos sin la factura correspondiente, que desde luego no deberá ser de las apócrifas.

Es una cruzada gigantesca la que emprendió el gobierno federal y ello va a aumentar el número de reclamos. A nadie nos gusta pagar y menos cuando nos cobran con el SAT en la mano, pero tan mal están las cosas que ya no quedó de otra, esto de las facturaras estaba convertido en un gigantesco fraude nacional.

Entre tanto, ahora resulta que nadie, ni en pensamiento y menos en obra anda fraguando cómo tumbar al presidente López Obrador. Todos los que delató como componentes de la BOA, cada quien por su lado ya se escurrió.

Por ello causa risa lo que los comentócratas les recomiendan que le agarren la palabra a AMLO y acepten que sí hay un Bloque de Oposición Amplio, para primero, quitarle el control de la Cámara Baja del Congreso de la Unión en junio del 2021 y luego revocarle el mandato en marzo del 2022, pero por la rajadera que se está viendo, la BOA ya está cercenada.

Y andan por ahí los gobernadores, pero estos están peleando otra cuestión, que es que el reparto del presupuesto sea más equitativo, nada que ver con las supuestas intenciones de la BOA.

El problema es que los gobernadores también tienen problemas con la pandemia y no se diga con la crisis económica, factores que finalmente los terminarán orillando a estar más al pendiente del problema sanitario que amaga con derrumbar la economía nacional y las economías estatales y municipales, obvio que están en el mismo barco, de ahí que no creo les vayan a quedar arrestos para enfrascamientos de tipo político.

Ellos bien saben que en México lindo y querido no hay quien tenga más poder que el presidente y andarlo calando nunca ha sido buena decisión.

Hay en la historia casos al respecto, por ejemplo, cuando MIGUEL ALEMÁN era presidente, el sindicato petrolero pidió un aumento salarial, a lo cual el gobierno no estuvo de acuerdo. Amagó el Sindicato con paralizar las refinerías y su respuesta seca no esperó: los líderes sindicales aturdidos y ya asustados mejor pidieron una reunión por medio del entonces director de Pemex, ANTONIO J. BERMÚDEZ.

Cuenta la anécdota que MIGUEL ALEMÁN no quería platicar con ellos con todo y que el STPRM cedió y hasta en menor porcentaje el aumento que originalmente les propusieron,

El encuentro finalmente se llevó a cabo y en un inter de la comida, uno de los dirigentes se acerca a MIGUEL ALEMAN para decirle: para qué se enojaba señor presidente, si nomás lo estábamos calando, a lo que el mandatario respondió: ah, sí, pues ya me calaron hijos de la …, y obvio que vino el silencio sepulcral. Ahí comprobaron que al presidente no se le cala.

Y por hoy, BASTA.

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