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El Soliseño

“Las personas que jamás se preocupan por sus antepasados, jamás mirarán hacia la posteridad”.

Un poco tarde empiezo a escribir esta columna, debería haber ocupado un espacio en el domingo, sin embargo hasta hoy lunes podrá usted amigo lector dar cuenta de estos comentarios.

El Soliseño

Entramos al último mes del año, el mes de diciembre, el más emblemático, quizá por que cierra un ciclo. Para muchos representa la alegría de las reuniones familiares, de las posadas y para los más chiquillos de los hogares la llegada del famoso Santa, o Papá Noel, dirían algunos.

Sin embargo, para otra cantidad importante de personas, diciembre es nostálgico, de recuerdos y de ausencias, de presencias que están fisicamente, pero que permanecen ausentes, o bien quienes no están ni físicamente por haber pasado a ocupar una columna en el oriente o bien estar a la diestra de nuestro Señor.

A final de cuentas, despedimos el 2019, cada quien de la mejor manera, con la firme intención de que acabe el año para que el 2020 llegue con nuevos derroteros y mejores expectativas.

Ahora si, paso al fondo del asunto, al tema que les pretendo comentar. Es complicado desarrollar estas ideas que voy a presentar por que tienen que ver con muchas fechas, hechos, situaciones, detalles, anécdotas y referencias que no cuento con toda la información, no obstante ello trataré de presentar un panorama general a reserva de ir recopilando mayor información.

Precisamente en una reunión familiar, este fin de semana, en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, el motivo o el pretexto de la reunión, una mayor interacción de la familia Longoria, originaria del Rancho el Soliseño. 

El primer punto es aclarar, que “El Soliseño” no es un ejido, como muchos piensan. Es un Rancho, que se fundó hace un poco más de 250 años. Sus primeros pobladores 4 hermanos Longoria que arribaron en barco, entrando por playa Bagdad.

Felipe, Cristobal y 2 más, cuyos nombres no recuerdo y disculpen la falta de información, pero es que era muy complicado seguir la plática de Don Rodolfo Longoria Rodríguez, uno de los mayores de la dinastía Longoria del Soliseño que le anda pegando a los 80 años, pero con una lucidez tremenda y con todos los datos al respecto, sin embargo yo no traía grabadora, ni tuve la oportunidad de apuntar todos los datos, ya que la plática estaba muy amena, la cual se encontraba acompañada desde luego por unos ricos cabritos guisados y una serie de platillos regionales.

Pues bien dice don Rodolfo, que en catastro de Matamoros le alegan que es un ejido, siendo lo correcto que el Soliseño es un rancho.

En aquellos tiempos se establecieron además de la familiar Longoria, otras 2 familias los García y los Solís, y entre ellos hay primos, cuñados y un sinfín de parentescos, por lo que esas 3 familias quedaron entrelazadas por muchos años.

Para quienes no conocen la ubicación del Rancho el Soliseño, dicho inmueble se encuentra en el Municipio de Matamoros, Tamaulipas, rumbo a Las Flores hoy Nuevo Progreso y hasta el Río bravo, eras extensiones muy grandes de terreno, sin embargo cuando surge el agrarismo en México, les quitaron parte de esas tierras, que eran sólo en fracciones de 50 hectáreas y algunos sólo de 10 hectáreas.

Durante la plática le estuve realizando varias preguntas a Don Rodolfo, quien a todas respondía con mucha sapiencia y tranquilidad, una de ellas cuando le dije, bueno y hoy por hoy que queda del Soliseño. Me dice nada, poco a poco las nuevas épocas y las formas de vida en esta región han hecho que sus habitantes se vayan saliendo del rancho y algo que si recuerdo que hay un poco más de 100 familiares Longoria enterrados en el panteón del rancho el Soliseño, incluso unos arriba de otros dice entre risas Don Rodolfo.

Una anécdota que me comentó también Don Rodolfo Longoria Rodríguez, es que hace muchos años conoció a Don Manuel García Uresti, que coincidentemente también es originario del Rancho el Soliseño y es el padre de actual Gobernador del Estado de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca.

Un poco mas tarde y a pregunta expresa me contesta, fíjate licenciado que si conocí muy bien al papá del señor Gobernador, pero hace mucho que no lo saludo. Esta y muchas anécdotas más siguieron en una parte de la tarde, donde nos encontrábamos reunidos, primos, sobrinos, nietos en fin muchos descendientes de los Longoria, que dicho sea de paso, este apellido proviene de Oviedo, España.

Me encantaría tener mejor memoria y narrar todo lo que comentaba Don Rodolfo, sin embargo es mucha la información y faltaría espacio. Entre risa y risa me decía: Para que sigas escribiendo tu novela deja te cuento otra historia. Y así continuamos por un largo rato. Nos vemos en la próxima Dios mediante mi correo es mariolongoria55@hotmail.com