Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Cuando el amor se acaba

Una mala relación de pareja

Nos encontramos en plena decadencia del matrimonio, es un concepto en el que pudiéramos considerar como el cimiento de la familia, y desafortunadamente, el matrimonio tiende a desintegrarse, qué podemos esperar de la familia. Yo me casé a los 19 años la primera vez, sé lo que es un divorcio y todos los daños que genera, sé de mis errores, de mis aciertos y ahora, tengo 25 años de casado, por segunda vez, yo decía, es el mismo infierno, nomás cambie de diablo, no veía el cumulo de defectos que me distinguía,  cierto,  recuerdo, con muchos intentos de divorcio, con algunas separaciones cortas, otras prolongadas, pero, al menos, solo por hoy, disfruto de una buena relación de pareja y tengo que ver las actitudes que dañaron mi matrimonio, mi vida de pareja, hablando de mí, de mi vida, no ha sido nada fácil, hoy poseo un gran capital, una experiencia que puedo usar para no repetir errores, aunque hay que recordar, lo que dice el dicho y dice bien.- El Hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces.- y dice también otro.- En la casa del jabonero, el que no cae resbala.- Quiero decir, que no es nada fácil llevar la fiesta en paz.-Nunca digas de esta agua, no he de beber.- Mas pronto cae un hablador que un cojo.-

Cuando el amor se acaba

No te ama, quien te insulta, denigra, agrede….

No hay peor lucha que la que no se hace.- Cuando ofrezco mi experiencia a través de mis talleres, encuentro una gran apatía en la mayoría de los hombres, igual, cuando escribo, o hablo en televisión o en la radio, o doy una plática sobre codependencia, relaciones destructivas, relaciones enfermizas o simplemente, el por qué muere el amor, son las mujeres las más interesadas, pero resulta que quieren el máximo resultado ante el más mínimo esfuerzo y no es por que tengas la varita mágica y la solución inmediata, muchas de ellas, creen que esto es instantáneo y lo único instantáneo es el Nescafé, la sopa Maruchan y todo lo que se mete al micro, bueno casi todo; tienen la idea fija, que el marido es quien debe cambiar,  cada taller de Matrimonios en Armonía, o de Liberación emocional, me doy cuenta coma anda el agua y como dicen por ahí, hago una dinámica para medirle el agua a los camotes, primero, las motivo a que me escriban lo que más gordo les cae de su pareja, lo que aborrecen, lo que odian, lo que les rechoca, y ya te habrás de imaginar, hay quienes necesitan como mil 570 hojas, escritas por los dos lados, claro, muchas lloran y lloran y hacen catarsis, luego, de un tiempo razonable, tres horas después… No, no es cierto, más o menos en media hora, hago el complemento, escribe por favor, les digo, las cualidades, lo que admiras de tu marido, lo que te  gusta de su manera de ser, de pensar, de actuar, requiero honestidad, honestidad al máximo y ahí te puedes dar cuenta, si la pareja puede tener solución o no, todo depende de lo que escribas con la verdad, con el corazón en la mano.-Todo es según del color del cristal con que se mira.- Como en la guerra, yo contaba lo que me hacía y me decía, pero nunca lo que yo le hacía y le decía.-.

Lo más importante, la comunicación

A pesar de que me las doy de muy cuco, de que tengo más 4 décadas en medios de comunicación, de que doy conferencias, soy escritor, productor teatral  y todo ese rollo, debo de reconocer que mi talón de Aquiles es mi comunicación con mi pareja y es algo que he estado trabajando con honestidad, debido a que tengo muchos defectos de carácter que no aceptaba, que me costó mucho trabajo reconocer y no quería cambiar, por ejemplo, soy infantiloide, inmaduro, soy él bebe eterno, el de los berrinches, el que no sabe pedir las cosas, sino es con enojos o reclamos, no sé escuchar, no tengo ese gesto de humildad, soy ególatra, primero yo, siempre yo y después de todo, otra vez yo, quiero que todo giré al modo que yo quiero, al tono que toco es el que quiero que todo el mundo baile, por supuesto soy autoritario, tajante y no acepto mis errores, ni reconozco que me equivoqué, soy ese típico macho mexicano, tipo raro, aislado, seco, inexpresivo, incomunicado, agresivo, violento, merecedor, que no valoro y todo lo quiero al instante, en el momento que yo digo y hace muchos años que comencé a trabajar mis defectos de comunicaciones, mis defectos de carácter, mis patrones de conducta equivocados y mis actitudes nefastas, me enojaba y lo que hacía, me orillaba al silencio, me aislaba, me refugiaba en mi computadora y mi falso orgullo no me permitía ofrecer disculpas, ni pedir perdón.