Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

¡No tiene la menor importancia!

Esta enfermedad, perra, es de fondos

Hace algunos años.- Eran cerca de las 5 de la mañana , la madrugada de ese sábado, cuando sonó mi celular, era Úrsula, mama de Eva María.- Por favor ayúdame, mi hija tuvo un accidente, ella está bien, pero está detenida en Validad, conoces a alguien para sacarla de inmediato?- Tome aire y bebí un poco de agua.- Ella siguió con la narrativa.- Iba Borracha Ernesto, ya vez que no quiere ayuda, el carro quedo destrozado y no tiene seguro.- No sé qué voy a hacer, ayuda mente por favor Ernesto.-  Mira, discúlpame, déjala ahí para que toque su propio fondo, no pasa nada, que sufra las consecuencias.- Es que me muero de angustia.- Me interrumpió.- No hay peligro, es un lugar seguro y habrá de llegarle la cruda moral.- Puedes ir a verla por favor.- No, no es conveniente.- Habla con ella, te lo suplico, a ver si ahora si te hace caso.- Sabes, le dije, yo no tengo la varita mágica, pero de buena voluntad hablo con ella.- ´Pues venir mañana en cuanto despierte a la casa.- Por favor, ayúdame, esta niña me está volviendo loca.-  Ahora sí, la voy a anexar en un centro de rehabilitación.- Ya no puedo, te lo juro, estoy harta de sus borracheras .- Úrsula soltó el llanto de frustración, como muchas madres secuestradas en esta maldita enfermedad perversa del alma, La Saliva del Diablo. El accidente  es una consecuencia, acá en Chihuahua, la multa por conducir en estado de embriaguez superan los 7 mil pesos, más los daños a la ciudad por haber tumbado un poste y rayado el pavimento, agrégale los daños al auto, sin seguro de protección,  pérdida total, según dijo el perito, más aun, Eva María, habrá de quedarse un rato sin carro y vienen todas juntas, una tras de otra, las consecuencias no se dejan esperar y es lo que un borracho como yo no entiende, tienes que vivir tu propia experiencia para que despierte  el sano juicio y te haga responsable de tus actos, d tu vida, en lo personal, fueron muchos fondos los qué toque, me hice infinidad de daños y dañe gravemente  los míos, yo no lo entendía, no escucha, no tenía la humildad de pedir ayuda, tuve que arruinarlo todo, quedarme solo, volverme loco y todo ese rollo, que un adicto como yo, toca y tiene que vivir.- Sufrir para merecer.-

¡No tiene la menor importancia!

La soberbia por delante

Con un lenguaje vulgar comencé a escuchar a Eva María.-  Traía un fuerte golpe en la frente, debido al impacto contra el poste.-     ¡No mames carbón!- Me reclamo.-  ¿Por qué no quisiste sacarme? .- La mire a los ojos y le dije.- No soy Dios y no quise molestar a nadie, son tus consecuencias.- Aun destilaba alcohol hasta por los poros.- Le echo la culpa una coladera abierta  en la que cayó la llanta y no pudo controlar, no quería hablar  de sus excesos, el de velocidad y el de su manera de beber, no aceptaba la enfermedad y no quise insistir mucho, a veces, pienso, que es mejor y que  vuelvan a sufrir  sus propias consecuencias y que toquen fondos,  me  retire, dejándola con un clámato con cerveza, con una sensación de triunfo, de líder por haber insultado a los patrulleros y amenazado con hacer un gran escándalo por la alcantarilla  abierta y efectivamente, fui al lugar de los hechos con ella y vi el santo trancazo que le dio al poste.- Voy a demandar al municipio.- ¿Tu qué opinas Ernesto?.- Opino qué vas a perder, por haber venido intoxicada, borracha,  en tus cinco sentidos, no hubiera pasado nada, y, le mostré la bola de cristal, ahí en plena calle, le hable de mí,  de la ruina económica, moral, familiar, económica y social a la que mi consumo toxico me había llevado, le hice ver su presente y su futuro, como que le entro por un oído, y le salió por el otro, los  episodios, tragos no se hicieron esperar, el novio le propano una santa golpiza  que la mando al hospital y la mama, ya te la imaginas, buscándome para que fuera a verla a la clínica, luego, la corrieron de la escuela donde daba clases, pero  por faltista y por llegar alcoholizada le dieron las gracias, se quedó sin dinero, tenía serios problemas con su papá y hermanas, logro mantenerse limpia un buen rato, luego le llamaba para saber cómo estaba y me evadía, me mandaba a buzón, no respondía a mis recados, un día, la mamá cansada, la interno por tres meses en un anexo, se aventó cinco procesos y no lograba la libertad de vivir sin consumir, hoy, la veo, libre de alcohol y drogas, recuperó su vida, su trabajo, se casó con un buen hombre, tiene dos hijos y solo por está gozando de la vida. Sé que se hubiera ahorrado mucho dolor y consecuencias, pero los tiempos son de Dios, lleva tres años y medio en recuperación.

Gracias por leerme y más por escribirme ernestosalayandia@gmail,com  contáctame 614 2 56 95 20, más información, en miontrealquebeclatino.com Saludos a mi amigo José Luis Flores del IMSS.