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Cuando fui reina de belleza

Cuando era niña mi hermana y yo solíamos jugar a “Miss Universo”, el juego tenía dos variantes una era  con las muñecas “Barbies” y la otra,  con nosotras de participantes…

Algunas veces jugábamos ella y yo solas y otras con amigas,  y sus hermanos o nuestros vecinitos eran el jurado calificador; ellos eran tan inteligentes que en cada juego le daban la corona a una niña diferente, así todas en algún momento de nuestra infancia fuimos ganadoras del Miss Universo.

Cuando fui reina de belleza

El jurado nos hacían preguntas de lo que ellos consideraban alguna problemática de aquel tiempo  (Años 80), teníamos que caminar por la pasarela que no era más que un corredor de un patio o el pasillo de la sala, subir y bajar los escalones con gracia, y hablar de algún tema, creo que fuimos muy profesionales… al paso de los años considero que fue uno de mis mejores juegos, recuerdo a todos con mucho cariño, nos divertimos mucho sanamente.

Sin embargo los tiempos  cambian y hoy La comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados quiere desaparecer los concursos de belleza, por considerarlos “violencia simbólica”.

La presidenta de la comisión María Briseño Zuloaga dijo que consideran que los certámenes son eventos que exhiben a las mujeres mediante patrones socioculturales y estereotipos de género como un instrumento para enaltecer la concepción del cuerpo de la mujer como objeto, limitando el desarrollo personal de las participantes.

Con el dictamen se busca definir a la violencia simbólica como la expresión, emisión o difusión por cualquier medio, ya sea en el ámbito público o privado, de mensajes, patrones, estereotipo, signos, valores icónicos e ideas que transmiten, justifican o naturalizan la subordinación, desigualdad, discriminación y violencia contra las mujeres en la sociedad.

Por su parte, la diputada María Eugenia Hernández Pérez sugirió que se solicite a las instituciones educativas prohibir concursos de belleza, “como los reyes de la primavera”, porque son elementos que fomentan estas prácticas.

“Se considerará violencia simbólica a la realización de concursos, certámenes, elección o cualquier otra forma de competencia en la que se evalúe total o parcial la belleza de mujeres, niñas y adolescentes. También en eventos de reinas, princesas y otras expresiones similares. Las instituciones públicas no podrán asignar recursos públicos, publicidad oficial, subsidios ni cualquier tipo de apoyo económico para la realización de los eventos”.

Las diputadas que promueven  ferozmente esta  iniciativa son Guadalupe Almaguer Pardo y Frida Alejandra Esparza Márquez, del grupo parlamentario PRD, y Beatriz Rojas Martínez, del grupo parlamentario MORENA, aprobada por la Comisión de Igualdad que preside la diputada Wendy Briseño.

Las opiniones de las reinas de belleza no se hicieron esperar, encabezadas por Lupita Jones quien fuera Miss Universo en el año de 1991 y nuestra actual reina de Mexicana Universal de Tamaulipas Patricia Morato, dejaron un mensaje claro,  no están de acuerdo con esta iniciativa, asegurando que los concursos de belleza empoderan, les dan seguridad, confianza, les ayudan a crecer como personas buscando hoy en día una belleza integral.

Estos eventos ayudan a promover el turismo de cada región o país, su cultura y tradiciones y más que buscar la mujer perfecta, buscan una mujer con una vida saludable y un propósito. 

A las diputadas de la comisión de Igualdad de Género les quiero decir que están equivocando el camino, estoy de acuerdo que los hombres y las mujeres tenemos el mismo valor ante la ley y la sociedad, merecemos al mismo trabajo igualdad de salario, merecemos respeto, seguridad, confianza, dignidad, queremos caminar seguras por las calles, que acaben los feminicidios… pero señoras legisladoras muchas mujeres como yo no queremos que nos conviertan en hombres, ¡nos gusta ser mujeres!, bañarnos todos los días, usar perfume y oler rico, maquillarnos, comprar un lindo vestido, caminar sobre unos tacones de miedo y usar unas joyas de escándalo, queremos vernos bonitas.

Nos gusta ver historias de amor, hablar por teléfono con las amigas,  bailar hasta que amanezca,  llorar con la cenicienta, y pensar que existe el único y verdadero amor; por una simple y sencilla razón somos mujeres y tenemos esas hormonas que nos motivan a ser femeninas, quizás porque así nos hizo Dios.

Señoras Diputadas al paso que van que es lo que sigue  ¿prohibirnos usar falda, maquillaje, arreglarnos las manos o ir al salón de belleza, solo porque a ustedes no les gusta y lo consideran un estereotipo sexista?

Con el paso de los años me he convertido en jurado calificador de certámenes de belleza profesionales y de escuelas de todos los niveles, así como concursos de baile, y cada vez que estoy calificando lo hago recordando  a la niña que caminaba con emoción por la pasarela del patio de la casa,  esperando que fuera mi momento de portar la corona; un sueño que ninguna diputada debería romper jamás a alguna otra niña.

Hoy mis aspiraciones cambiaron, y solo quiero ser la reina en el corazón de mi esposo y portar esa corona por siempre.

P.D. Si tienen tiempo busquen a las Diputadas de la comisión de igualdad de género por internet, puede que se aclaren sus dudas.