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"¿Yo preparo la ensalada?"

Don Chinguetas y su esposa Macalota estaban celebrando el acto connubial. La ocasión, sin embargo, no estaba resultando grata para ninguno de los dos: faltaba el ardimiento y la emoción que dan plenitud a la entrega mutua a fin de que no sea el mero in and out que decía Anthony Burgess. Al ver la frialdad de las acciones doña Macalota le preguntó a su esposo: "¿Qué nos pasa? ¿Tú tampoco puedes pensar en alguien más?".

La lección había tratado acerca de Julio César y su famosa frase "Alea jacta est", "La suerte está echada". La profesora observó que Pepito había estado distraído a lo largo de la explicación, así que le preguntó de pronto: "¿Puedes repetir la frase que dijo César?". El chiquillo arriesgó una respuesta: "¿Yo preparo la ensalada?". Un pequeño señor se acercó en el súper a una linda chica. "Perdone, señorita -le dijo respetuoso-. ¿Me permite hablarle unos instantes?". "¿Para qué?" -se sorprendió la joven. Explicó el señorcito: "Es que no puedo encontrar a mi esposa, pero si hablo con una muchacha bonita de inmediato se aparece".

¿Yo preparo la ensalada?

Hace unos días la Universidad Autónoma de Guerrero presentó un panel virtual sobre el tema de la educación inclusiva, a la cual esa casa de estudios ha dado particular importancia. El conversatorio -así se dice ahora- fue moderado por el propio rector de la UAGro, doctor Javier Saldaña, y en él participó en forma destacada el doctor José Cárdenas Cavazos, fundador del modelo de educación inclusiva en México. Conozco la benemérita obra realizada a lo largo de muchos años por este ejemplar educador.

En varias ocasiones escuché a don Gilberto Rincón Gallardo calificar de admirable la labor del maestro regiomontano, que tanto empeño ha puesto en crear oportunidades de educación para las personas que tienen algún impedimento físico, ya sea motriz, visual, auditivo, etcétera. De esas personas suele decir el doctor Cárdenas Cavazos: "Tienen limitaciones, pero no tienen límites". Merece reconocimiento la universidad guerrerense, y en especial el rector Saldaña Almazán, por promover este tipo de educación, y por hacer que germine la semilla que sembró primero en Monterrey, en Nuevo León después, y luego en todo México el doctor José Cárdenas Cavazos, apóstol de la educación inclusiva.. Ya conocemos a Afrodisio Pitongo: es un hombre proclive a la concupiscencia de la carne. En cierta ocasión su esposa escuchó ruidos en el cuarto de la empleada doméstica. Abrió la puerta y vio a su marido en más que estrecho abrazo con la mucama. Le preguntó, furiosa, al hombre: "¿Qué haces, canalla, infame, descastado, vil?".

Afrodisio se frotó los ojos con simulado asombro y respondió: "¿Qué no es éste nuestro cuarto? ¿No eres tú la mujer con la que estoy? ¡Ah,  bien me dice mi madre, que necesito lentes!". Babalucas era mesero en un restorán. Un enojado cliente le reclamó: "En mi sopa encontré varias monedas. ¿Qué clase de lugar es éste?". "Caballero -replicó Babalucas-, recuerde que me dijo que no regresaría aquí si no había algún cambio en la comida". Don Algón, gerente de la empresa, reprendió al empleado Ovonio: "Es usted el último en llegar a la oficina, y el primero en irse a su casa". "Jefe -explicó muy serio el tal Ovonio-, no puede uno llegar tarde a todas partes". Después de un largo y romántico noviazgo contrajeron matrimonio el changuito y la jirafa. De regreso de la luna de miel un amigo del mono le preguntó cómo le había ido. "Bastante bien -respondió el mico-. El único inconveniente es que a veces, cuando le estoy haciendo el amor, la jirafa me pide que le dé un besito, y eso me hace perder bastante el ritmo". FIN.

MANGANITAS.

Por AFA.

". En una cárcel hay celdas especiales para presos ricos.".

Lujo tan fenomenal

en esa cárcel se da

que sólo le falta ya

tener suite presidencial.