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CLETO GARZA

La madrugada del sábado escuché el timbre del teléfono. De inmediato di por descontado que ese timbrazo significaba una mala noticia. Lamentablemente mi corazonada no se equivocó. Me llamó VÍCTOR GARZA MENDOZA, para con voz entrecortada comunicarme que mi amigo y compadre, el inolvidable CLETO GARZA, acababa de fallecer.

Hice lo que en esos momentos alcanza uno a discurrir: palabras de aliento mezcladas con tristeza. Mi comadre MANUELITA MENDOZA hoy viuda de Garza; Víctor, David y Alma, los hijos de Cleto bien saben de la relación muy afectuosa que hemos mantenido con ellos y a través de muchos años, de muchas anécdotas porque EL MAÑANA ha sido una gran familia y hoy mi compadre se suma a los “mañaneros” que ya están allá en el cielo, desde don HERIBERTO DEÁNDAR AMADOR, doña NINFA MARTÍNEZ DE DEÁNDAR, pasando por el inolvidable jefe ARTURO CANTUALLA, MAURO PÉREZ GALINDO, GILBERTO M. REYNA, EFRAÍN NARVÁEZ, JUAN RAMOS RODRÍGUEZ, ÓSCAR CONTRERAS LARTIGUE, ARTURO LOZANO, MISAEL TORRES TREVIÑO, JUAN VÍCTOR DELGADO ORTA. Y de talleres, el compadre Cleto y el también inolvidable RODOLFO HEREDIA, entre otros. Allá seguramente están disfrutando de la vida eterna.

CLETO GARZA

Descanse en paz mi queridísimo compare Anacleto, que en vida fue puro corazón y por lo mismo de mucha lealtad a esta casa editora, sobre todo en las malas que es cuando se calan los buenos sentimientos.

Personas así no se encuentran por doquier y por lo tanto se suma a la legión mañanera a la que se le extraña, pero se les recuerda y los que estamos aquí en esta tierra por el tiempo que nuestro Dios considere necesario nos queda como obligación seguir el ejemplo de ellos para mantener viva la flama mañanera.

Lamentablemente por la pandemia no pudo tener un funeral a la altura de su altura, válgame la redundancia. Pero él bien sabe que espiritualmente muchos estaremos con él al momento de que físicamente se despida de este mundo. Espiritualmente siempre estará presente.

Descansa en paz, querido compadre.

Por otra parte, la madre naturaleza comienza a cobrar facturas por ser tan ingratos con ella. Afortunadamente a nuestra querida Reynosa no la ha sacudido, solamente la ha bendecido con lluvias que mucho van a ayudar por el campo mientras que en la ciudad hizo que descendiera la temperatura, y la verdad, ya nos hacía falta una buena.

Pero en Nuevo León les ha dado a llenar. En Apodaca un sorpresivo tornado sembró el pánico y destrucción. Se vieron escenas como de película en donde vimos por el aire volando pesados objetos, y hubo una mujer, guardia de seguridad de una empresa camionera que perdió la vida al materialmente llevársela por los aires e impactarla contra un espectacular.

Se queda uno perplejo al ver ese tipo de escenas que solamente en películas las habíamos visto al tiempo en que por Monterrey el tráfico vehicular se congestionó. Las calles convertidas en ríos y por la autopista a Saltillo los taludes de los cerros se desgajaron ante los enormes chorros de agua que comenzaron a caer desde la Sierra Madre Oriental.

Todo lo anterior causó muchos daños económicos y eso llega en los momentos en que la economía regiomontana, como la de todo el país, está pasando las de Caín por la pandemia.

Pero así es la naturaleza, indiferente ante los clamores cuando no se atienden las señales que nos envía por andarnos pasando de la raya con el medio ambiente.

Lamentablemente lo más probable es que estas experiencias queden prontamente en el olvido. Con excepción del tornado no es la primera vez que agua a raudales cause daños, perjuicios y muerte por Nuevo León y Tamaulipas.

En esta ocasión nomás nos llegó un ramalazo y hasta eso, no muy fuerte. Truenos, relámpagos y fuertes vientos presagiaban daños en las redes de electricidad, así como encharcamientos por las colonias bajas, pero no hubo ninguna de las dos cosas, excepto en el aguacero del viernes que una buena parte de la ciudad quedó sin energía eléctrica, aunque sorprendentemente no hubo encharcamientos por los primeros aguaceros de la temporada.

Y no se dieron porque al no haber el cúmulo de la gente habitual por las calles no hubo basura que luego arrastraba el agua de lluvia que al taponear las alcantarillas del drenaje sanitario no impidió que ingresara el agua al drenaje. Qué cosas. De la que nos salvó la pandemia.

Y uno se pregunta, ¿de veras no podemos ayudar a que se mantengan limpias las calles de nuestra querida Reynosa?

Sé que mis lectores dirán rotundamente que no. Abundan los irresponsables y mientras no los metan a varas esas conductas persistirán.

A esto agréguele que nunca faltarán los defensores de los derechos humanos, pero tampoco se anotan para recriminar a los que sin un comedimiento para la ciudad en donde se desarrolla nuestra vida, lo mismo tiran basura a la vía pública que a los drenes y canales.

Ya nos hemos visto muy afectados en otras ocasiones por esas nocivas prácticas, pero repetimos el error, lo que obliga a que la autoridad local se faje los pantalones y someta al orden a los ciudadanos.

Hay que tener cuidado. El Servicio Meteorológico está pronosticando más lluvias para la presente semana. Ya tenemos muchos problemas como para cargar con otro más.

Por lo pronto, a no bajar la guardia en las medidas para evitar ser contagiado por el COVID-19 que ya no sabe uno que tan ciertas sean las cifras oficiales lo mismo de infectados que de decesos, aunque por nuestra querida Reynosa no tenemos motivos para dudar de los datos que da a conocer la Secretaría de Salud de Tamaulipas. Hasta este fin de semana estaban registrados arriba de 819 infectados con 45 defunciones a la hora de redactar esta columna.

Desde luego que hay gente que ha fallecido, pero por otro tipo de enfermedades. Incluso sé de casos en donde los que fallecieron ni siquiera llegaron al hospital y lo puntualizo porque hay quienes dolosamente a cuanta persona saben que entra a un hospital inmediatamente suben a las redes sociales que fue por coronavirus.

Y por hoy, BASTA.

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