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Bendito sueño

Con los niños y jóvenes disfrutando de sus vacaciones de verano, sin necesidad de cumplir con un riguroso horario, muchos padres les permite dormirse hasta la madrugada y levantarse pasado el mediodía, lo cual parece inocuo pero puede tener consecuencias. 

La relación entre los trastornos del sueño y la depresión se está estudiando muy seriamente, aunque los científicos e investigadores no se ponen de acuerdo en “que fue primero: el huevo o la gallina”, o sea que reconocen que las noches de insomnio prolongado por más de cuatro noches seguidas, o a veces por semanas, produce en el individuo fatiga, cansancio, y depresión’ al mismo tiempo cuando alguien padece depresión suele dormir largas horas durante el día, por lo que le cuesta mucho dormir durante la noche.

Bendito sueño

Hasta hace poco tiempo no se reconocía  que hay individuos que padecen los cambios climáticos, ahora se conoce como el síndrome de aflicción por los cambios en el clima que presentan las diversas estaciones, el SAD (Seasonal Affective Disorder) afecta a hombres y mujeres, y aunque es más característico padecerlo durante la temporada de invierno, hay personas que lo sufren durante los días más calurosos y soleados del verano.

Los síntomas  que lo caracterizan durante el invierno son: fatiga, sentirse aletargado, dormir de más, antojarse de carbohidratos y de chocolate, aumentar de peso, recluirse y evadir los compromisos sociales, y por supuesto, depresión. Para los que padecen el SAD durante el verano, la depresión es un factor común, pero esta viene acompañada del no poder dormir, sentirse en extremo agitado e irritable, y tener desgano para comer, en el caso de los jóvenes, que además agravan la situación al desvelarse constantemente a propósito, la situación puede agravarse.

Este trastorno de horario tiene relación directa con los niveles de serotonina en el organismo. La serotonina es un neurotransmisor que además de regular los patrones del sueño, tiene que ver también con el apetito y la temperatura corporal.

Con tan solo 20 minutos de exposición a la luz natural diariamente ayuda a nivelar los niveles de serotonina y melatonina, que son los químicos  de nuestro cerebro responsables por el sentimiento de bienestar y buen dormir cuando los producimos  en cantidades adecuadas, cuando los producimos en cantidades adecuadas, sin embargo la potente luz de las pantallas del celular, la computadora y la televisión, puede transformar fácilmente los patrones de sueño pues el exceso de luz y calor tiende a subir los niveles de adrenalina que producimos, dando como resultado los síntomas de irritabilidad y dificultad para dormir de los que hablábamos cuando nos referimos al SAD de verano.

Utilicemos estos conocimientos y tratemos de regular nuestro patrón de sueño de una forma natural, sin depender de medicamentos en el caso de los adultos, y disciplinando a los niños y jóvenes para que duerman a horas regulares, aun cuando están de vacaciones, para no actuar en prejuicio de nuestro organismo.

…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Licenciado en Sagrada Teología. Es terapeuta familiar y consejero profesional con licencias.