Columnas > ERNESTO HERNÁNDEZ ALARCÓN

Anual 2019 Segunda Parte

Lana del Rey, “Norman F Rockwell!”.

Me gusta la manera como fue descrita Lana del Rey, cortesía de una publicación de la Madre Patria: “una “crooner” femenina con sabor ultra-retro”. Quizá podría ser una diva consentida del cineasta David Lynch. NFR! es un trabajo discográfico que por lo menos en la superficie denota aires contestatarios, con temas tanto libertarios como nacionalistas y con guiños coquetos hacia el sonido soul, jazz y gospel de la gloriosa década de los cincuenta e inclusive a la psicodelia de los sesentas representada por The Beatles y los Beach Boys. La referencia de Norman Rockwell, ilustrador que retrataba con ironía el estilo de vida de los estadounidenses evoca la clara nostalgia implícita del álbum. No pude evitar comparar NFR! con “Metals”, aquella joya del 2011 de la canadiense Feist. El sonido, el contexto y la actitud tienen varios puntos en común, pero mientras que Feist lograba llegar a hemisferios álgidos y contundentes en la mayoría del recorrido, la señorita Del Rey termina ciclándose en un eco repetitivo y/o monótono. Aun así, la crítica -en general- parece consentirla. 

Anual 2019 Segunda Parte

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Hot Chip, “A Bath Full Of Ecstasy”.

Una entrega más madura y elaborada que sus trabajos anteriores. De manera divertida y elaborada los británicos tocan temas de toda índole: el optimismo del sonido, los juegos de seducción, historias fantásticas de hechizos y salvación del mundo, la nostalgia, el saber desprenderse de los sentimientos, el amor engañoso: anhelante, obsesivo y claro, no correspondido; la percepción de los desamparados y las enfermedades “modernas”. En términos generales: un canto al amor, a la esperanza y al color. Séptimo disco de estudio en casi dos décadas de existencia de la agrupación  británica, que además contó con la participación de Rodaidh McDonald, conocido por su labor con The XX; Philippe Zdar de Cassius, que de manera trágica falleció en un accidente un día antes de la emisión del álbum y de la súper estrella Katy Perry. El resultado es un recorrido muy bien hilvanado cuyo encanto va creciendo exponencialmente, gracias a una producción y autenticidad que colocan inexorablemente a Hot Chip como uno de los exponentes del pop-electrónico  más trascendentes del momento.

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Brittany Howard, “Jaime”.

La vocalista de la agrupación Alabama Shakes (entre otras), ha emitido su primer disco como solista, y lo ha hecho en forma intrépida, por decir lo menos. Con criticas que la colocan en un plano superlativo: “…una obra maestra que toca los límites de la voz, el sonido y el alma, hacia nuevos extremos”, esta producción discográfica se estaciona como una de las producciones discográficas más sobresalientes del año. “Jaime” era el nombre de su hermana mayor, quien falleció en 1998 derivado de una retinoblastoma, así que en todo el recorrido del disco se siente un espíritu que guía y brinda forma a la poesía de la nacida en Athens, Alabama. “De digestión lenta, pero placer garantizado”, este disco debut experimenta, juega y coquetea con variadas instrumentaciones y arreglos diversos (la participación de Shawn Everett es -tal vez- la piedra angular). La voz inmaculada y la melancolía que se fusionan con un funk, soul, jazz y hasta hip hop, abren paso a la posible heredera e hija pródiga de leyendas del calibre de Aretha Franklin y Roberta Flack. Así que…todo está dicho. 

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