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Sin titubeos

Los tres encuentros que definieron las finales de conferencia de la NBA, que se llevaron a cabo en este fin de semana pasado, corroboraron lo que hemos comentado este espacio: la competitividad y el espectáculo están de regreso en el mejor circuito de baloncesto del mundo. 

Me parece hubo un ajuste bien aplicado por parte de dueños y directivos de la liga. Y hablando de ajustes… soy escéptico con James Harden y su filosofía de juego. Pienso que es un atleta muy egoísta y con marcadas carencias de liderazgo y defensa, al margen de su gran capacidad ofensiva. Sin embargo, si debemos señalar con el dedo al gran responsable de que los Rockets de Houston se hayan quedado cortos de nueva cuenta, yo empezaría por su entrenador: Mike D’Antoni. En el cotejo cinco, Harden y compañía se sentían inspirados, con el “momentum” de su lado. 

Sin titubeos

Por si fuera poco, se lesionó Kevin Durant en un punto clave del enfrentamiento, y aunque los actuales campeones cuentan con gente más que capaz para resolver situaciones complejas, dicha coyuntura era única para que D’Antoni hubiera realizado ajustes en su esquema de juego, algo, como sabemos, no sólo no sucedió, sino que repetiría el patrón en el juego seis definitorio, nuevamente con los Warriors sin un fundamental Durant y con un Draymond Green con problemas de faltas en los minutos finales (además de terminar empatado en el medio tiempo, con ¡cero puntos de Stephen Curry hasta ese momento!). 

Es decir, no aprovechó una única oportunidad de oro y vivió y murió con “la barba”, cuando algunos jugadores como P.J. Tucker o Eric Gordon, que estaban jugando de manera muy sobresaliente, fueron rezagados a la segunda opción de tiro. Por parte de los Warriors, me queda más que claro que siguen manteniendo su estatus de campeones. El hecho de que “Durantula” haya salido lesionado, fue una manera que obligó a sus otros estrellas a explotar (tengo la impresión que los de la bahía se encienden como los bulbos). Por cierto, por sentido común y por respeto, la gerencia de los de Oakland no debe titubear para ofrecer un contrato millonario a Klay Thompson para los próximos cinco años, se quede o se vaya el citado Durant, KT es esencia fundamental de este histórico equipo que está a punto de forjar una dinastía. Golden State enfrentará en la final de la Conferencia del Oeste a los Blazers de Portland, una escuadra muy diferente a los Rockets. 

Por supuesto que G.S. es favorito, tiene la localía, la experiencia, el personal y es muy probable que para un cuarto partido regrese K.D. Empero, Portland no puede ser menospreciado bajo ninguna circunstancia. Para empezar, Terry Stotts es uno de los mejores entrenadores de la NBA, y lo ha demostrado campaña tras campaña. Cuentan con uno de los más peligrosos perímetros del circuito: el binomio Damian Lillard y C.J. McCollum, además de elementos como Zach Collins o el polémico Enes Kanter, que saben desempeñarse con base en la entrega, sacrificio y en lo colectivo. 

Durante el juego siete definitivo versus los Nuggets de Denver, nunca dejaron de pelear, a pesar de estar como visitantes y prácticamente en desventaja en el marcador durante los tres primeros cuartos. Son dignos representantes de su división y seguramente serán un rival incómodo para los actuales campeones. El día de hoy arranca en el Oracle Arena una serie que promete ser espectacular y esperemos con ansia… cerrada y espectacular. Abundaremos.