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Adiós a la depresión

Para quien sufre de depresión, las fiestas y reuniones familiares son ocasiones que les disparan los episodios depresivos, sobre todo si no tienen posibilidad de estar junto a su familia.

Cuando ven como todos los demás disfrutan de la compañía de los suyos y ellos no, llegan a sufrir una crisis depresiva severa. En lugar de disfrutar del feliz acontecimiento del último día del año por ejemplo, o dar la bienvenida a un nuevo año, para quien sufre de depresión la fecha cualquier fecha especial es indiferente.

Adiós a la depresión

La depresión es un síntoma que nos alerta que algo anda mal en nuestro organismo o nuestra vida.

Hay cuatro clases de depresión son: endógena, reactiva, tóxica y psicótica. Aunque los sentimientos de tristeza son naturales cuando se está lejos de la familia en fechas especiales, cuando una persona tiene tendencia a deprimirse, la llegada de las fiestas navideñas o el fin de año pueden afectarle seriamente y las personas cercanas a ella no pueden entender que no pueden sobreponerse, pues no entienden que la depresión les está afectando física, mental y espiritualmente.

La depresión es una combinación de sentimientos negativos que nos agobian, la tristeza se combina con la pena, la melancolía, el desencanto, la desilusión, el abatimiento, y sobre todo con una falta de ganas y energía para vivir.

Para superar la depresión severa se necesita tener apoyo profesional, de un psicólogo  y a veces un psiquiatra, seguir sus indicaciones y tomar las medidas adecuadas, se necesita el apoyo de la familia y los seres que nos estima, y se necesita un apoyo espiritual.

Y si nuestra depresión no es tan grave, pero sigue apareciendo en épocas de fiesta y reuniones familiares, podernos superarla si nos enfocamos en hacer algo por los demás. Si sabemos que no tendremos oportunidad de estar reunidos con nuestra familia, podemos ofrecernos como voluntarios a visitar alguna casa de reposo donde seguramente encontraremos algún anciano olvidado por su familia que disfrutará muchísimo nuestra visita. Hacer algo por alguien necesitado es la manera más rápida de olvidarnos de nuestras tristezas.

También ayuda el mantener unas expectativas razonables, entender que no todo puede ser perfecto. Hay que cuidar de sobremanera el consumo de alcohol, pues aunque parece elevar nuestro ánimo por un momento, hay que saber que en realidad el alcohol es un agente represor, que agudizará la depresión existente y que se contrapone a cualquier medicamento que estemos tomando, afectando a algunos de manera fatal, ya sea en sobredosis o por accidentes relacionados con conductores ebrios.

Si reconocemos que la depresión comienza a manifestarse haz un esfuerzo recordando los buenos momentos del año y lo bueno que está por venir en el futuro, evitar estar solo y ocúpate en hacer algo por los más necesitados, así podrás darle la bienvenida a un nuevo año con optimismo y cero depresión.

…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL, sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.