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Libra batalla de 13 años

Es una enfermedad muy costosa, que es muy difícil sobrellevar para las personas de escasos recursos, afirma

“Vale la pena luchar, al final de la lucha, cuando ya todo pasa, te das cuenta de que vale la pena, por los hijos o por una misma, es difícil, al final te das cuenta de lo fuerte que eres”, dijo Marisol Vaca Flores, quien tiene 43 años de edad, sobreviviente de cáncer.

Su familia y la Fundación Teresita se volvieron su aliciente.Libra batalla de 13 años

“Un día bañándome me hice el autoexamen, me toqué una bolita, entonces era solo una, acudo al ginecólogo, me hacen la biopsia, me extrajo dos bolitas del tamaño de un limón, me dice el doctor que era cáncer, que tenia que buscar, si tenia servicio médico, seguro social, porque era maligno”, relata. 

Marisol cuenta a EL MAÑANA que el cáncer, es una enfermedad muy costosa, que es muy difícil sobrellevar para las personas de escasos recursos. 

Acudió a solicitar el Seguro Popular, pero no le ayudaba en gran manera a lo que se iba a necesitar. 

Para poder vencer al cáncer tuvo que pasar 16 quimioterapias y 30 radiaciones: actualmente sigue en remisión, pero es más difícil para las personas que no cuentan con el dinero para medicamentos, para los pasajes o comidas. 

“Al mencionar la palabra cáncer lo primero que se viene es me voy a morir, el cáncer estaba muy avanzado, no tenia los recursos, fue muy difícil verme en esa situación, tenia dos hijos, los cuales iban a primaria y era ver todo, pagada renta, era el panorama muy difícil y pensar si no la libro que va a ser de ellos, pero fue un momento de shock”, dijo.

Acudía a Ciudad, Victoria, para que le practicarán una quimioterapia por semana, posterior una radiación diaria durante 30 días. 

“Si se batalla realmente, hay personas de muy bajos recursos, yo me considerada de bajos recursos, no tenia servicio social, trabajaba para mis hijos, pagaba renta y como hay muchas mujeres que se enfrentan una enfermedad tan larga y tan costosa”, expresó.

Y recordó: “Cuando fui al director me dijo si tienes más de 100 mil pesos para tratamiento, de ya me está dando el balazo, de dónde soy a sacar, me voy a morir es muy difícil”, recalcó.

Marisol no dejó de luchar y consiente de que su madre murió de cáncer de pulmón, pero se aferró a sus hijos.

“Te enfrentas y ves la necesidad que hay, porque me tocó quedarme en el albergue de ciudad Victoria y ver la necesidad de muchas personas, vi personas que no tenían medicamento, vi personas abandonadas prácticamente, iba gente a regalarnos ropa, medicamentos, pero es muy triste estar allá, me tocó estar sola,” recalcó. 

Marisol tiene un tercer hijo, que lo considera un milagro.

“Te cambia todo, absolutamente la vida, hay mujeres que desafortunadamente tenemos que enfrentar muchas situaciones, al final de cuentas, uno está sola, te cambia la perspectiva de la vida, algo en ti cambia, tus ideas, tu manera de ver la vida, cambia mucho, quedan secuelas tanto como muchas de mis compañeritas tenemos altibajos en nuestra salud”, expresó. 

Marisol trabajaba de noche, rentaba, con hijos que cuidar, pero conoció gente y Fundación Teresita que le apoyó para salir adelante, de otra forma no hubiera logrado avanzar.

“Uno batalla con sus gastos personales,  una enferma carga con muchos sentimientos, no solo tratamiento, también necesitamos ayuda psicológica”, dijo. 

Y argumentó: “Vale la pena luchar, al final de la lucha cuando ya todo pasa, te das cuenta de que vale la pena por los hijos o por una misma, es difícil , pero lo más recomendable es que acudan al doctor, no lo dejen en espera, una mujer se conoce y conoce su cuerpo y sabe cuando algo no está bien, acudir al medico, checarse y luchar hasta que el cuerpo aguante, las fuerza se te agoten, vale la pena, al final te das cuenta de lo fuerte que eres”. 

Marisol espera que su historia sirva para otras mujeres que están en la lucha, que no desistan y pide a las jóvenes que acudan al doctor, no lo dejen en espera, ya que una mujer se conoce y conoce su cuerpo y sabe cuando algo no esta bien. 

“Hay que luchar hasta que el cuerpo aguante, las fuerza se te agoten, vale la pena”, finaliza entre lágrimas y valentía, ya con 43 años de edad. 

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Marisol lleva 13 años ganando la batalla al cáncer.



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