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• Peña y la neutralización del enemigo • ¿Qué aprender de Colombia?

Aunque el ambiente sí nos remita a los tiempos ácidos de la “lucha contra el narco” de Felipe Calderón; el discurso de Enrique Peña Nieto, en público, no crece en decibeles. 

Escuchaba ayer los discursos por la conmemoración del 5 de mayo en el Campo Marte. (Aclaración a los gringos y latinos desmemoriados así como a algún otro despistado: no, no es el festejo de nuestra independencia). 

• Peña y la neutralización del enemigo• ¿Qué aprender de Colombia?

Si bien el presidente sí hizo referencia a los 6 militares muertos por el arranque de la “Operación Jalisco” y mandó condolencias a sus familias y compañeros de armas, el tono peñanietista se quedó por debajo del tuit que puso hace 4 días cuando tecleó (o teclearon por él pero con su visto bueno): “El grupo delincuencial responsable de los hechos de hoy será desarticulado, como corre con las demás organizaciones del crimen organizado”. 

Ayer piropeó a las fuerzas armadas, que dijo, han contribuido a “neutralizar” (sí, ese verbo que esconde la muerte) a 93 de 122 objetivos relevantes de delincuencia organizada. 

La declaración más fuerte de ayer fue esta: 

“Los actos violentos del crimen organizado, lejos de frenar la acción del Gobierno, fortalecen la determinación del Estado mexicano, para hacer valer la ley en todo el territorio nacional”. 

Tan tan. 

Otro tema es el general secretario Salvador Cienfuegos. Ya van dos discursos en poco tiempo —el de Cuautla del fin de semana y este— en el que, al hablar de los criminales lo liga irremediablemente con la corrupción. Por algo será. 

Lo hizo luego de calificar de “desadaptados, sin escrúpulos ni conciencia ética” a los “apátridas” que lucran con el temor y envenenamiento físico y moral de niños y jóvenes, es decir, los narcos. 

“A los cobardes criminales hay que combatirlos con unidad ciudadana y todo el peso de la ley. No permitamos que se mezclen entre nosotros, denunciémoslos a ellos y a los que los apoyan; desterrémoslos y con ellos a la ilegalidad, la irresponsabilidad, la corrupción y la impunidad que los cobija, donde sea que se encuentren”. 

Incluso llamó a un nuevo momento para “cubrir de gloria a la Nación” (como el histórico comunicado de Zaragoza a Benito Juárez al decir que habían vencido a los franceses) al denunciar, transparentar, rendir cuentas, combatir con la impunidad. 

“Recalco. Todo criminal que ha pretendido dañar a la sociedad con actos ruines, desafiando la fortaleza del Estado mexicano, ha sido aprehendido o nulificado por las fuerzas del orden; ha sido puesto a disposición de las autoridades correspondientes. 

Ese seguirá siendo su destino y también el de sus cómplices. 

Que quede claro, las Fuerzas Armadas siempre estaremos con los ciudadanos de bien. A ellos nos debemos, de ellos se nutren nuestras filas, por ellos estamos dispuestos al máximo sacrificio”. 

Suena a que el país, aunque formalmente no está en “guerra”, tiene un ejército que sí lo está. 

Al menos ya sabemos, como escribía ayer Cecilia Soto, con respecto a lo sucedido en Jalisco, con las armas con las que cuenta el enemigo. Es importante. 

Será hasta 2017 cuando podremos saber con certeza si el de Jalisco es el primer helicóptero del Estado Mexicano derribado por el narco. 

Es que, aunque hay explicaciones razonables de por qué cayó (impericia de pilotos más banco de niebla), la secretaría de Comunicaciones y Transportes, en una decisión rara, reservó los detalles de las investigaciones por 12 años en 2005. 

¿A qué me refiero? Al accidente en donde perdió la vida Ramón Martín Huerta, entonces titular de la secretaría de Seguridad Pública; además de otros funcionarios públicos entre ellos el comisionado de la Policía Federal Preventiva, Tomás Valencia Ángeles… 

En buen momento llega a nuestro país el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. El jueves llega para estar en el Foro Económico para Latinoamérica, en la Riviera Maya y el viernes estará en la Ciudad de México. 

Santos, quien fue secretario de Defensa de Colombia y ahora es Presidente, sin duda que podría darnos muchos ejemplos de buenas políticas públicas para atención a víctimas y también, ni modo, aunque duela… de cómo sobrevivir esta creciente “colombianización” mexicana. Ouch. 

En la edición on line, ¿y dónde está Marcelo Ebrard? No está en París, pero tampoco en México, y las excusas electorales de gobernadores en problemas.