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Un deleite visual

El Museo Soumaya dedica su revista de diciembre al artista francés Pierre-Auguste Renoir

Ciudad de México.

Un deleite visual

En el marco del centenario del fallecimiento del artista francés Pierre-Auguste Renoir (Limoges, 1841-Cagnes-sur-Mer, 1919) el Museo Soumaya, el cual alberga algunas de sus obras, dedica un ejemplar especial a su vida y sus creaciones. 

      “Diariamente pasaba horas en las galerías del Louvre admirando a los titanes del Humanismo y el Barroco; se interesaba como pocos en la pintura del siglo XVIII: ¡Cuántas veces he pintado El embarque para Citerea [1718]! Así eran los primeros pintores con los que me familiaricé, Watteau, Lancret y Boucher”, recordaba. 

INFANCIA ENTRE ARTE

El texto aborda desde el nacimiento de Renoir y su acercamiento a la pintura, por la cual mostró interés cuando ingresó con los hermanos de las Escuelas Cristianas, a los siete años de edad, pero su padre prefirió que cultivara el dibujo. Aunque acudió a la Escuela de Bellas Artes, la rigidez académica nunca lo cautivó y aprendió el desnudo en el estudio de Marc Charles Gabriel Gleyre, a cuyas clases se inscribió. 

      “Los tubos de colores al óleo, fácilmente transportables, nos permitieron pintar del natural. Sin tubos […] no hubiese habido Impresionismo”, apuntó Renoir, quien —distanciado de su generación— empleó el negro de hueso, pues declaraba que se debía usar, pero mezclado como se encuentra en la naturaleza, como indica Alfonso Miranda Marquez, director del museo, en su texto. 

LA CURADORA

      En tanto, la curadora Francesca Conti describe en “El pintor sereno” a un Renoir cuya producción artística es grata, alegre y delicada, marcada por una seria frivolidad, lo primero al comprometerse con la labor hasta los últimos días de su vida, y lo segundo por lo que concierne a los temas y a su manera hedonista de interpretar el arte, cuyo propósito era deleitar e incluso decorar. 

      “Paisajes, retratos y desnudos fueron plasmados con una habilidad técnica”, señala, tras lo cual la autora dedica un apartado a los diferentes géneros que abordó el pintor, como lo fue el retrato, el cuerpo y la línea, los paisajes y trazos; y la escultura, a la que se acercó en la última fase de su vida, pues padecía una avanzada artritis reumatoide.



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