Tamez rinde tributo al cuerpo marginado
Cuando la Limón Dance Company celebre este año en Nueva York su 75 aniversario, lo hará con el estreno de una pieza comisionada para la ocasión al mexicano Raúl Tamez
Se trata de una obra nacida en respuesta a Tonantzintla, la coreografía de José Limón (Culiacán, 1908-Nueva Jersey, 1972) situada en el siglo 18 y cuya escenografía, a cargo de Miguel Covarrubias, recreaba la nave principal de la iglesia barroca de Santa María en Tonantzintla, Puebla, con música de Fray Antonio Soler.
"La pieza de Limón más bien festejaba el mestizaje, y en mi caso, no lo festejo, sino que lo denuncio", ataja Tamez en entrevista.
El coreógrafo alude en su obra, cuyo título tentativo es Madre migrante, a un proceso de "dominio y de aniquilamiento de una cosmogonía".
Limón estrenó Tonantzintla con gran éxito en el Palacio de Bellas Artes hace 71 años, en 1951.
De acuerdo con la investigadora Patricia Camacho, Covarrubias invitó un día a l coreógrafo a la iglesia de Tonantzintla y "convinieron en realizar un montaje inspirado en su exuberancia, ingenuidad y belleza".
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En la época prehispánica, en el cerro del sitio, existió un adoratorio dedicado a la diosa Tonantzin, y se fundó el templo en su honor, "el lugar de nuestra madrecita", nombre que los españoles tomaron y asociaron a la Virgen María, según las investigaciones de Antonio Rubial García y Pedro Rojas, recogidas en la guía del INAH sobre el sitio.
Como Limón, Tamez también visitó Tonantzintla, durante la Semana Santa, y comparte que, al entrar en la iglesia, experimentó una mezcla de tristeza y melancolía por la forma en la que "estos símbolos se tuvieron que integrar con el pensamiento judeocristiano".
Su proceso de investigación involucró la consulta de diversos materiales de archivo, como el registro de la pieza original resguardado en la Biblioteca Pública de Nueva York, así como de una versión bailada por Valentina Castro, quien interpretó a una sirena, y otra más titulada Memorias de Tonantzintla, pieza de 2005 lograda por la propia Castro junto a Rocío Sagaón y Martha Castro con base en la estructura seminal.
Implicó también ver la representación de la Danza de los Quetzales, como aprender las bailes regionales Del Venado y De la Pluma, que más que buscar reproducir en su pieza son tratados, a manera de tributo, como una reconstrucción contemporánea.
"Tuve que hacer una respuesta a la pieza, y lo que he intentado es mostrar un panorama general de nuestra cultura a nivel corporal y estético", refiere.
Pasó tres meses preparándose para construir un lenguaje coreográfico que tuviera relación con la obra y la búsqueda de una metodología a partir de la teatralidad, un hallazgo que ha dado nueva dirección a su pieza con la creación de personajes, el trabajo con las emociones y el hecho de privilegiar la interpretación sobre el movimiento mismo.
"Podemos ver cuerpos que migran, cuerpos marginados, cuerpos que bailan desde el sentido de la tierra, del ritual, cuerpos que son dominados y conquistados", describe Tamez.
En la pieza, construye una Madre-Tierra, señora de la fertilidad, espiritual y divina, "puntos en común entre Guadalupe y, en este caso, Tonantzin con las muchas deidades asociadas, como Coatlicue".
Mediante el uso de ilusión óptica, Tamez representa la falda de serpientes de la Coatlicue, esa cierta "monstruosidad" de la deidad.
La pieza involucra a diez intérpretes de la compañía fundada por Limón en Nueva York en 1946, elegidos por el propio coreógrafo para el estreno de su pieza, programado para el 26 de abril en el Joyce Theater.
Tamez, quien viajará del 16 al 20 de marzo a la sede de la agrupación, planea una escenografía con tierra y flores, aunque es algo aún motivo de negociaciones. Anticipa, eso sí, vestuarios "espectaculares" que, por sí mismos, ya ofrecerán una estética.
La compañía está satisfecha con la propuesta, pero, como reconoce el coreógrafo, el inicio no fue sencillo debido al abordaje de temas como el genocidio y la violación de mujeres durante el proceso de la Conquista, así como los cuerpos de migrantes mutilados, a los que también se hará referencia, al montar el tren La Bestia.
Adelanta Tamez que su pieza ha despertado el interés de programadores y se abre la posibilidad de presentarla incluso en el MoMA de Nueva York.
"Sería fantástico. Parece que la pieza cumplió su propósito", dice satisfecho, ya de cara al estreno.
¿UNA GIRA POR MÉXICO?
Tras el estreno en Estados Unidos de Madre migrante, la Limón Dance Company prevé emprender una gira por México para el verano.
Contempla arrancar el tour en Bellas Artes el 6 de agosto, aún por confirmarse; el mismo foro donde Limón estrenó Tonantzintla.
De acuerdo con Tamez, la gira abarcaría varios estados: Nuevo León, Chihuahua, Guanajuato, Veracruz y Sinaloa, la tierra del padre de la compañía.
"Es un festejo, son los 75 años de la compañía", subraya el coreógrafo y bailarín.
La agrupación viajaría también por los Estados Unidos y, posiblemente, Europa.
...Y ALISTA BAILE COMUNITARIO
Con 40 aficionados al baile, ya sea de la Colonia Guerrero, Tepito, Ecatepec o Iztapalapa, Tamez trabaja en una pieza para conmemorar el Día Internacional de la Danza.
Todo a partir del baile social, los sonideros y la cumbia.
Los intérpretes de este proyecto, Cityquiero, serán personas de 17 a 67 años, y estrenarán la pieza el 28 y el 29 de abril en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con el pianista Rodrigo de la Cadena a cargo de la musicalización.
"Es muy padre para mí trabajar con otro tipo de cuerpos y con otro tipo de performatividades", dice Tamez, quien creció en Iztapalapa.
"El baile (en mi entorno) era parte del día a día, de la comunidad, con todas las historias que se entretejen en esos sitios, permeados por la violencia, las carencias, mucha injusticia. Pero con el baile social, por algunos segundos, se liman todas esas asperezas".
Este proyecto de danza comunitaria es iniciativa de La Infinita Compañía, dirigida por Rodrigo González y el propio Tamez.
La Infinita Compañía tiene sus orígenes en 2008, como Rising Art A. C. Tras cerca de 14 años, su objetivo, según remarca en su página oficial: producir, promover y difundir el arte y la cultura sin fines de lucro, y contribuir así al desarrollo social.
En su programa destacan diversos talleres, que pueden consultarse en su perfil de Instagram (@estudio.lainfinitacia).
Desde este año, la agrupación anunció como su sede el Teatro Varsovia, ubicado en Varsovia 9, esquina con Reforma, en la Colonia Juárez.