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Se fue el caballeroso don Mario Martínez

En los corredores de la presidencia municipal, en el café, en la plaza; donde hubiera un grupo de periodistas y políticos riendo, a veces a carcajadas, necesariamente estaba don Mario, dueño de un carácter amable y de un humor tan bueno como contagioso. Si no había más, se reía de sí mismo, haciendo chistes blancos, cargados de gracia.

Se fue el caballeroso don Mario Martínez

Reynosa

, Tam.- 

Figura señera de la vieja guardia del periodismo fronterizo, don Mario Martínez García, miembro de una destacada y extensa familia de comunicadores, fue ayer a integrarse al cosmos, luego de una vida fructífera y productiva.

En los corredores de la presidencia municipal, en el café, en la plaza; donde hubiera un grupo de periodistas y políticos riendo, a veces a carcajadas, necesariamente estaba don Mario, dueño de un carácter amable y de un humor tan bueno como contagioso. Si no había más, se reía de sí mismo, haciendo chistes blancos, cargados de gracia.

Don Mario, junto con sus hermanos Salvador, Lauro y Homero Martínez García, bajo la atinada dirección de su padre, don Salvador Martínez Martínez (hermano de doña Ninfa, esposa de don Heriberto Deándar Amador), se hicieron cargo de EL MAÑANA en su etapa incipiente, logrando reunir en Reynosa a las plumas más importantes de la comarca, del Estado y de otras partes del país, fincando las bases de lo que posteriormente sería el Gran Diario Regional Independiente.

La vocación periodística (en el medio se dice la tinta en la sangre), lo llevaron a fundar uno de los diarios más importante de la época, Noticias, cuyos talleres estuvieron ubicados frente a la plaza Treviño Zapata.

Muchos de los periodistas que en este momento cumplen la difícil, pero gratificante tarea de informar y formar opinión, tuvieron en don Mario un consejo, una palabra de aliento y una sonrisa que se complementaba con la chispa de sus ojos claros. Los periodistas del Reynosa, en especial los de EL MAÑANA, desean a su familia una pronta y piadosa recuperación de este duro golpe. 

¡Descanse en paz el buen amigo!

 




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