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¿Victoria pírrica?

La victoria pírrica se pone de manifiesto cuando los propios congresistas muestran una división que no se había visto previamente

La decisión de los republicanos en el Senado de los Estados Unidos en el sentido de no citar a testigos ni admitir más pruebas en el juicio que iniciaron los demócratas en la Cámara de Representantes contra el presidente Donald Trump, convertirá a éste (apenas el tercero en toda la historia de la Unión Americana), en el proceso más corto que se ha seguido contra un mandatario en funciones y, aunque los partidarios de la administración lograron salirse con la suya, puede ser que se trate de una victoria pírrica.

Este figura literaria se utiliza desde los tiempos del avance avasallador de las legiones romanas sobre los territorios helénicos, cuando el rey Pirro defendió sus reinos en lo que fue designado la batalla de Heraclea en la que logró un triunfo contundente; pero, a cambio de pérdidas enormes en soldados y en pertrechos de guerra, a tal grado que los historiadores aseguran que respondía cuando lo felicitaban: “Otra victoria como ésta, y tendré que regresar a Epiro solo”, dando lugar al término ‘victoria pírrica’.

¿Victoria pírrica?

Los distintos medios que han dado cuenta de la crónica de la jornada del viernes en el Senado, dejan percibir un sentimiento de inconformidad y de cierta frustración por parte de algunos de sus integrantes menos radicales, como la senadora Lisa Murkowski (R-Alaska), quien expresó: “Tengo que averiguar a dónde vamos desde aquí, porque en este momento, en mi opinión, este es el día más triste que he visto en el Senado". Ciertamente que algunos políticos esperaban que votara diferente a la mayoría; pero, no fue así y se adhirió a su bancada, quebrando la posibilidad de un empate que decidiría el juez.

El líder de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, había dicho que conduciría este juicio basándose en el modelo de juicio político de 1999 contra el presidente Bill Clinton, con un formato que permitiría a los fiscales de la Cámara presentar su caso, hacer que el equipo legal del presidente lo refutara y luego entraría en una sesión de preguntas y respuestas de dos días, logrando que el Senado se elevara por encima del fervor entre facciones para unir a la nación. Parece que no fue así.

Este proceso ha dejado más inconformidad y resentimiento que los que se hubieran generado si se deja correr el juicio y se gana mediante argumentación sólida y consistente. La misma senadora Murkowski emitió un comunicado el viernes por la mañana, antes de tuviera lugar la votación para llamar a más testigos, diciendo que: “El Congreso ha fallado”, dando a entender que el Senado era incapaz de celebrar un juicio justo, pero sin llegar a explicar las causas que motivaron sus apreciación ni su voto.

La victoria pírrica se pone de manifiesto cuando los propios congresistas muestran una división que no se había visto previamente. Mientras que el congresista Patrick McHenry afirmó orgulloso y satisfactorio que: “Con los republicanos, Trump es fuerte como un tanque”, su colega Kurt Schrader afirmó que: “Habrá un día en que los republicanos se despierten y se pregunten qué han hecho por este hombre. No creo que el Partido Republicano exista ya a nivel nacional. Ahora es el Partido de Trump”. A nivel de calle también se han acendrado las diferencias, pues mientras el 51 por ciento de la gente de a pie se mostró proclive a un juicio con mayor certidumbre, un 45 % deseaba que este terminara pronto y que se absolviera al presidente para que se ocupe de las tareas que tiene pendiente el gobierno de los Estados Unidos, entre los que deben mencionarse las guerras comerciales, la migración indocumentada y las epidemias que azotan a la población del planeta. Ahora se han cumplido los tiempos y los modos.

Nuevamente, La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, echó su gato a retozar y afirmó, luego del voto del Senado que rechazó a testigos en el juicio político del presidente Trump. que: “Este es un día triste para Estados Unidos por ver al senador McConnell humillar al Presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos para que presida una votación que rechaza las normas, precedentes e instituciones judiciales de nuestra nación que respetan la Constitución y el estado de derecho", palabras que son congruentes con las que había dicho a finales del año pasado, cuando afirmó que los senadores republicanos debían decidir su lealtad al presidente o a la Constitución. Palabra estas que por muy duras que sean, ponen de manifiesto la polarización política.

Por su parte, la senadora Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, había preguntado que: “En un momento en que grandes mayorías de estadounidenses han perdido la fe en el gobierno, el hecho de que el presidente del tribunal supremo presida un juicio político en el que los senadores republicanos han rechazado testigos o pruebas ¿contribuye a la pérdida de legitimidad del presidente del tribunal?, ¿La Corte Suprema de los Estados Unidos y la Constitución, también? No fue lejos por la respuesta.

Por medio de su cuenta de Twitter, el representante Andy Biggs, republicano de Arizona, un partidario radical de Trump, acusó a los demócratas de atacar “la legitimidad y credibilidad de todo lo que está a la vista: las elecciones de 2020, el poder judicial y más. Primero senador Warren y ahora la presidente Pelosi cuestionan la legitimidad del presidente del tribunal Roberts y el Poder Judicial”.

Las escaramuzas seguirán por el resto del periodo que falta para las elecciones del 3 de noviembre.