La marcha de la sal

La marcha de la sal fue la acción que inició el movimiento pacífico por la independencia de la India del Imperio Británico. Se ha convertido en un emblema para todos aquellos pueblos que padecieron la colonización de las potencias a principios del siglo XX, que no es distinta a la expansión del modelo neoliberal y su punta de lanza, la globalización. Resulta que los hindúes debían pagar un impuesto especial por la compra de sal y no podían obtenerla por sí mismos, no obstante ser una riqueza natural.

Para romper el monopolios de la sal e iniciar la lucha por la independencia de su patria, Mahatma Gandhi, a poco tiempo de regresar de Sudáfrica, donde también encabezó acciones por los derechos de la comunidad india, inició el 12 de marzo de 1930, una campaña de desobediencia civil conocida como la Marcha de la sal. Después de un recorrido a pie de 300 km, llegó el 6 de abril de 1930, a la costa del Océano Índico. Ya en la playa, recogió en sus manos un poco de sal. Con este gesto tan simbólico, alentó a sus compatriotas a violar el monopolio del estado sobre la obtención y distribución de la sal.

Gandhi no fue un alumno destacado durante sus primeros años de escolaridad; sin embargo, logró ser admitido una universidad británica, por lo que se traslado a Londres en 1888. Durante esos años, se sumergió en los vericuetos de la cultura occidental para entender cómo se percibía a la cultura de Oriente. Tras conseguir su título de abogado tres años después, Gandhi regresó a la India. A su vuelta todo cambió: su madre acababa de fallecer y su familia había perdido influencia. Además, su carrera como abogado no despegó por lo que aceptó el cargo de asesor jurídico de una empresa en Sudáfrica.

En este país sintió en carne propia el aguijón de la discriminación y el racismo de los blancos con el resto de los habitantes que eran de otro color, negros o morenos. Cuando se disponía a regresar a la India, se enteró de que se estaba redactando una ley que prohibiría el sufragio a los ciudadanos indios, por lo que decidió aplazar su partida. Una de sus primeras acciones por los derechos civiles de su gente, fue la fundación el Partido Indio del Congreso de Natal para poder reunir a toda la comunidad india. 

En 1906, en una protesta masiva en Johannesburgo, Gandhi adoptó la novedosa postura, conocida como satyagraha, que se entendió como la lucha no violenta y la resistencia pacífica. Para entonces, ya había adoptado una vida sencilla y comunitaria que le llevó a ser reconocido internacionalmente; sin embargo, todos sus logros en Sudáfrica quedaron en el olvido con la instauración del atroz Apartheid. Luego de varios ingresos a la cárcel y de una persecución sistemática del gobierno, volvió a la India.

En su tierra, se enteró de la Ley Rowlatt que negaba los derechos civiles a los indios, por lo que comenzó una serie de protestas que llevaron a la prisión. El 18 de marzo de 1922, Mahatma Gandhi fue condenado a seis años de cárcel; pero, fue puesto en libertad dos años más tarde, tras ser diagnosticado de apendicitis. A su salida, vio con pesar que el Partido del Congreso se había dividido y que la unidad entre los hindúes y los musulmanes había desparecido, determinando apartarse de los asuntos políticos.

Retornó el 1927, promoviendo diversas actividades que ponían en evidencia la injusta colonización británica y el deterioro de los derechos de los nativos. Su etapa de mayor actividad comenzó con la Marcha de la Sal, a partir de la cual fue encarcelado varias veces, pues la Corona inglesa lo consideró un agitador peligroso para sus intereses. Sus huelgas de hambre llamaron la atención de los medios internacionales y pronto se convirtió en una figura de referencia por la lucha contra el colonialismo.

Ya para entonces era conocido por el sobrenombre que le puso el poeta bengalí Rabindranath Tagore, Premio Nobel de Literatura en 1913: Mahatma, que significa Alma Grande. Al fin de la Segunda Guerra Mundial y luego de varios ingresos a prisión y huelgas de hambre, logró la independencia de la India; pero, se enfrentó a un nuevo problema muy agudo: la división del territorio de la India y la separación de Pakistán, uno para los hindúes y el otro para los musulmanes, que no fue de su agrado.

Finalmente, se produjo un enorme éxodo y una gran masacre en la que murieron cientos de miles de personas. Gandhi intentó parar las luchas fratricidas; pero, sólo consiguió atraer el odio de los radicales de ambos bandos. Tanto fue así que atentaron contra su vida en más de una ocasión. Por fin, el 30 de enero de 1948, un joven radical hindú lo abatió a tiros el 30 de enero de 1948. Gandhi se fue, queda su ejemplo.