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Solito va a caer

Dos Luis Echeverría Álvarez no era un ideólogo, quizá ni siquiera político; pero, acuñó una frase de gran contundencia en los momentos en que el país era vapuleado por una nación belicosa: "Nada podemos contra la injusticia, más que hacerla más injusta". Palabras que en los días que corren tienen una inusitada vigencia, que, además, encierran un consejo muy sabio: déjalos, que solitos van a caer. 

Los españoles aconsejan sentarse frente la casa para ver el cadáver del enemigo pasar.

Solito va a caer

Dentro y fuera de los Estados Unidos campea una pregunta de mucho peso: ¿Por qué doña Nancy Pelosi, presidenta de la Casa de Representantes y líder de la bancada demócrata en la misma, además de ser una mujer de mucho temple, lo que demostró con su discurso de ocho horas continuas parada sobre tacones de diez centímetros, y de ser uno de los políticos más destacados de la Unión Americana, se opone a la defenestración de Donald Trump? La respuesta viene presta.

No es que la señora Pelosi defienda al presidente; sino que está dejando que se enrede en sus propias pifias para que sean otras instancias las que vean la conveniencia de su salida del cargo que está haciendo añicos por su carencia de tacto y de oficio político. Con todas las proporciones guardadas y con un gran respeto, habría que decir que su imagen es la de un chivo suelto dentro de una cristalería. Aún en los momentos y las circunstancias más insospechadas, mete las cuatro.

Calcula la señora Pelosi, como ha ocurrido en circunstancias similares, que si la Cámara baja, en manos de los demócratas, inicia un juicio de procedencia para dar cauce al impeachment, con ello provocará que los republicanos, que son mayoría en el Senado, cierren filas en torno a su presidente y éste salga bien librado, además de que se provocaría una polarización más fuerte aún en un país que está en verdaderos apuros. Los resultados serían harto contrarios a los deseados.

Al respecto, habría que recordar que el Artículo Primero de la Constitución de Estados Unidos contempla que altos funcionarios de gobierno, incluyendo el presidente, puedan ser procesados por mandato de la Cámara de Representantes a causa de delitos graves; sin embargo, corresponde al Senado llevar a cabo el juicio y para obtener una condena son necesarias las dos terceras partes de los votos de sus miembros. Por más que se quiera estirar la liga, no alcanzarían los votos de los senadores de oposición para llevar adelante la moción que la avezada política viene rechazando.

Históricamente, nada más dos presidentes han sido juzgados mediante este procedimiento, Andrew Johnson (1865-1869), quien la libró por un solo voto a su favor y Bill Clinton (1993-2001) quien fue absuelto porque los juzgadores determinaron que el sexo oral no era sexo, sino nada más "comportamiento físico impropio". Caso muy diferente al de Richard Nixon, quien prefirió dimitir luego de que fuera aprobado el juicio de procedencia por parte de los congresistas.

En su edición de ayer, el New York Times publica la opinión de varios senadores republicanos que se han manifestado en contra de la amenaza del presidente Donald Trump de aplicar una escala progresiva de aranceles a las importaciones México, y ni las palabras ni el talante pueden interpretarse como amistosos para el mandatario. Más bien, suenan como los prolegómenos de lo que podría ser su salida, no mediante un impeachment; sino, simplemente dejarlo fuera de la campaña en pos de la presidencia en lo que podría haber sido su reelección, a la que apuesta todo.

Las palabras más contundentes fueron las de los  senadores John Cornyn, republicano de Texas, quien dijo: "Estamos apuntándonos con un arma a nuestras propias cabezas", y de Ron Johnson, republicano de Wisconsin, quien advirtió que podría reunir a una mayoría abrumadora en el Senado para rechazar los aranceles, incluso aunque el presidente vetara una resolución que los desaprobara. Si Trump vetara el rechazo a los aranceles estaría dando la última palada a su entierro, pues, ello daría lugar a que la Cámara de Representantes y el Senado reunieran los dos tercios de mayoría de sus integrantes para vencer al mandatario.

Bien dice el viejo y conocido refrán que: "Más sabe el Diablo por viejo que por diablo".