Editoriales > ANÁLISIS

El arte de la política

México, en manos de un gobierno que entiende la política como al arte de la negociación para llegar a los fines superiores del Estado, que no son otros que atender, resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad, ha entrado en el camino de la regeneración social, esto es, la reconstrucción del tejido social para acceder a la conciencia ciudadana; que cada uno se asuma como parte de un todo con derechos y deberes.

En la economía, donde se esperaban las escaramuzas más fuertes, los personajes, los tiempos y los modos se han acomodado, de tal suerte que se han librado los escollos más importantes y ahora todo se ve cuesta abajo. La transitoria devaluación del peso debida a las infaustas declaraciones del presidente de los Estados Unidos, es transitoria y no llegó a los niveles que tuvo en épocas recientes de crisis en las relaciones con el coloso del norte. En mayo del 2018, estuvo en 19.9135 por encima de los 19.6172 que tuvo ayer. La economía navega como una balsa en mar de aceite.

El arte de la política

Los amagos mediáticos siguen con fuerza; pero, cada vez con menos credibilidad porque, sin lugar a dudas, el pueblo mexicano no es tonto y sabe desde los tiempos de don Porfirio que cuando un medio de cuestionable naturaleza profesional, emprende una campaña de denuestos con escasos elementos probatorios, es porque "quiere su maicito".         Las cifras millonarias que iban a las bolsas de los gurúes de los medios, ahora sirven para llevar agua y luz a las comunidades desamparadas.

La derogación de la reforma educativa es uno de los grandes logros del gobierno de la Cuarta Transformación, lo mismo que la limpia en el sector salud. Más que enfrentar a los maestros y a los profesionistas y trabajadores de la salud, se han fincado las bases para que sean ellos los que llevan a cabo las tareas de depuración.   El sindicato de maestros ya se manifestó en favor de la evaluación de su desempeño profesional y el fortalecimiento de la carrera magisterial, para que sólo los buenos maestros están en el aula y su trabajo se premie con ascensos; igual en la salud.

De esta manera, los presupuestos para atender esos aspectos fundamentales para el desarrollo del país y el bienestar de los paisanos, habrá de ser suficiente para tener maestros, médicos y enfermeras bien pagados y con las prestaciones justas. En la escuela se recobrará la mística de los grandes maestros que hicieron el México de la justicia social, y en clínicas y hospitales el sentido humano de los médicos, enfermeros y trabajadores de la salud que se recuerdan con veneración.

Las resistencias son fuertes y lo serán más, pues ya lo dijo Nietzsche: "Mientras más alto se escala en la montaña, más fuertes son los vientos que desaniman a los espíritus endebles"; por ello es imperativo que los mexicanos de buena voluntad, sobre todo los que conocieron el México revolucionario de los que emergieron como muestra prestigiosa los tres Premios Nobel otorgados a personajes que entendieron qué es ser mexicano y cómo a partir de ello, ser universal.

Ahora se ciernen sobre el país amenazas muy fuera de lugar, que obedecen a intereses harto alejados de la calidad humana, quizá sea pertinente recordar la definición de calidad humana que hace la maestra Margot Dow: "Calidad humana es tener principios sólidos, que se noten en el día a día; es tener valores como la generosidad, la lealtad, la alegría, el optimismo y sobre todo saber dar a los demás, sin esperar recompensa o paga alguna; tolerar a los otros en sus creencias, luchas trabajos...". Con el ejercicio de la política, el actual régimen impulsa la recuperación de los valores.

Todavía hay corrupción y rebeldía en importantes sectores de la vida nacional; pero, los rumbos han sido marcados y en algún momento se habrá arribado a buen puerto, luego de librar una y mil escaramuzas y sortear fuertes caporales. México y los mexicanos saben dónde están y hacia dónde quieren ir. Después de la noche oscura del capitalismo salvaje que tanta desgracia y tanta miseria trajo al Anáhuac, se vislumbran los arreboles del nuevo amanecer; se atisban las luces del puerto.

Como en los viajes de Ulises, también se escuchan los cantos de las sirenas, seres mitológicos con voz muy dulce y expertas en el tañido del laúd, con los que atraían a los hombres que se atrevía a cruzar el estrecho de  Escila y Caribdis para enloquecerlos y ahogarlos; ahora quienes se oponen a la pérdida de sus privilegios, siguen con el cuento del peligro para México y otras zarandajas.

Por ello, visto el manejo magistral de la política, no hay más que remar en el mismo sentido para hacer un país de ciudadanos con derechos y con deberes.