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Se desgrana la mazorca

Renunciar al puesto del que es indigno, es poca cosa; sin embargo, es la evidencia mayor de que nunca debió estar en los cargos y representaciones que Salinas y contlapaches le encomendaron

La renuncia de Eduardo Medina Mora a una magistratura de la Suprema Corte de Justicia resulta muy  sorprendente; tan sorprendente como su propia designación, pues es un personaje oscuro. Sorprende que no haya puesto pies en polvorosa antes, cuando se dio a conocer la batida contra la corrupción, que es una de las estrategias centrales del régimen de la Cuarta Trasformación. Medina es peón de brega de Salinas, para el cual trabajó durante los últimos tres sexenios.

En su libro El sexenio de Televisa: Conjuras del poder mediático, Jenaro Villamil, una de las columnas de la revista Proceso, asegura que: "Desde su despacho como director del Cicen, el organismo de inteligencia del gobierno federal, Medina Mora veía los asuntos más delicados para los intereses de Televisa y TV Azteca pasando por alto al entonces subsecretario de Normatividad de Medios, José Luis Durán... El cabildeo de Medina Mora fue clave para que el secretario de Gobernación foxista, Santiago Creel, le otorgara a Televisa, junto con otros seis grupos, un paquete de más de 200 permisos para operar centros de apuestas y salas de sorteos de números".

Se desgrana la mazorca

Con el becario de ingrata memoria fue secretario de Seguridad Pública y procurador general de la República para hacer grandes transas del brazo de su socio de siempre, Luis Téllez Kuenzler, que fue designado secretario de Comunicaciones y Transportes. Los lobos cuidando ovejas. El becario lo mandó de embajador a Inglaterra cuando Genero García Luna le explicó que Medina informaba puntualmente a Salinas de lo que hacía el gobierno, especialmente lo relacionado con el narco.

La revista Proceso, en su edición número 1674, de fecha 30 de noviembre del 2008, publicó un texto de Ricardo Ravelo que dice: "Cuando el narcotráfico penetró las áreas más sensibles de la Procuraduría General de la República (PGR) a principios de año, el procurador Eduardo Medina Mora supo que la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) informó al titular de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de esos hechos, pero no se hizo nada para frenar la corrupción". ¿Pos' cómo, si la mayoría estaba dentro del negocio?

Cuando el exministro de la Corte fue ratificado por el Senado, la activista María Santos Villarreal publicó en redes el hashtag: #MinistroMedinaMoraEsInconstitucional., con el cual pretendía juntar firmas para defenestrarlo. Expresó: "Hay que mostrar nuestro rechazo a un Presidente que designa para puestos importantes a gente con conflicto de interés, a un Senado que no pudo tomar en cuenta a la sociedad civil y se pasó por el arco del triunfo a la Constitución Política Federal y a un Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que nada conoce de derecho ni de justicia y que es símbolo encarnado de la impunidad, la violación a los derechos humanos, el cinismo y la enfermiza hambre de poder". Desde luego, sin éxito porque se impuso la santa voluntad.  

Por otra parte, de acuerdo a una columna de Salvador García Soto, publicada por El Universal, un reporte de la National Crime Agency, del Gobierno del Reino Unido, detectó transferencias millonarias hechas desde México a cuentas del Ministro de la Suprema Corte de Justicia, Eduardo Medina Mora, en el HSBC UK BANK de Londres, por un total de 2 millones 382 mil 526 libras esterlinas, que le fueron depositadas en los últimos dos años. Añade que derivado de ese reporte, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, documentó que entre 2016 y 2018, el Ministro mexicano también recibió en sus cuentas de HSBC USA, 2 millones 130 mil dólares en los mismos años. Es lo que ha logrado pepenar por su conducta torcida en fecha muy reciente, habría que ver antes.

Renunciar al puesto del que es indigno, es poca cosa; sin embargo, es la evidencia mayor de que nunca debió estar en los cargos y representaciones que Salinas  y contlapaches le encomendaron, muchas de ellas más allá de sus capacidades personales. Es el primer grano de la mazorca que cae y ya se sabe que saltando el primero, siguen los demás. Ha llegado el tiempo de la transparencia. El senador Félix Salgado Macedonio no es una perita en dulce; pero, asegura que: "Ocho ministros tienen dividida a la República con sus sentencias, en especial Eduardo Medina Mora, quien es multimillonario porque su negocio es la delincuencia y el crimen organizado".