Editoriales > ANÁLISIS

Las cuentas pendientes

Los bancos que han adoptado la decisión de restringir el crédito a proyectos productivos para destinarlo

El mejor negocio de los tiempos, es la deuda. Clásica es la historia de la persona que acudió a una tienda departamental para preguntar por las televisiones. Luego de recibir información completa de las monerías que hacía el aparato, se decidió por el que consideró la mejor opción tomando en cuenta calidad, funcionalidad y precio. Cuando iba a pagar, fue informado que el precio de venta era a plazos, no de contado. Alegó que era mejor pagar al 'chas-chas'; pero, le dijeron que 'nones'.

La mejor parte del negocio era la deuda, que se saldaría al paso del tiempo con abonos pactados en los que ya iba incluido el sobreprecio que finalmente obligaba al comprador a pagar tres veces el valor real del aparato. El televisor es sólo un ejemplo, pues lo mismo ocurre con otros bienes en los que el consumidor es dirigido para hacer sus comprar con 'el poder de su firma', que, al final se convierte en un grillete que deberá cargar por el resto de sus días. Los bienes se van, la deuda no.

Las cuentas pendientes

El ejemplo típico son los créditos hipotecarios que llegaron a extremos irracionales e hicieron trizas al sistema financiero norteamericano, contagiando a las economías dentro de su zona de influencia de los estragos derivados de la burbuja inmobiliaria. Para contener la especulación y poner orden en el sistema financiero, se aplicaron drásticas reducciones en las tasas de interés, llegando hasta el cero en América, y a las tasas negativas en países del Asia y algunos de Europa.

Solamente en México, luego de una baja importante cuando el país recibía carretadas de dólares por la exportación de petróleo y otros bienes ilícitos e ilícitos, todo fue para arriba, el presidente del Banco de México que ahora hace daño en otras latitudes, no se tentaba el corazón para incrementar el nivel de las tasas de fondeo, arrastrando con ello toda la cadena financiera que llegaba siempre al eslabón más débil, el consumidor. Dijo beneficiar a la gente; sí, la de los bancos.

Los bancos que han adoptado la decisión de restringir el crédito a proyectos productivos para destinarlo, casi exclusivamente, a estimular el consumo, con la variante del crédito hipotecario y crédito a gobiernos que ha sido una auténtica mina de oro en la que todos quieren meter mano. ¿Pos cómo no?, si con alguna palanca en la administración pública es fácil convertir tierras ejidales de bajo precio en condominios horizontales que valen una fortuna, con viviendas lamentables vendidas como residencias de lujo. La ventaja mayor, es que las casas duran pocos años pero la deuda es eterna. O gastar ahora para que los que vienen paguen, si es que pueden.

En ese sentido, la decisión del Banco de México de reducir en .25 puntos base la tasa de referencia, es una ganancia; no por el monto, sino por la tendencia. Parece llegada la hora de racionalizar la economía para hacerla más humana y más amigable con el planeta. Quizá es tiempo de que los préstamos, con tasas sensatas, se canalicen para proyectos productivos que generan el círculo virtuoso de inversión, trabajo, producción, contribuciones y justa distribución de los beneficios.

Un vistazo a la evolución de la dinámica financiera que ha protagonizado el devenir de la economía mundial durante las últimas décadas, presenta múltiples indicadores que señalan a la deuda como uno de los negocios más lucrativos. En el plano internacional, por ejemplo, calculando a partir de los datos del Banco Internacional de Pagos, donde está ya se sabe quien, resulta que el peso relativo de los préstamos bancarios internacionales netos sobre el Producto Interno Bruto mundial ha venido creciendo, cuando menos durante el periodo de 1984 y 2010, entre 6,2% y el 31,5%.

A nivel local, la situación es mucho más dramática. Según el estudio dado a conocer recientemente por Jorge Camus, cofundador y director general de la plataforma financiera Destácame: "Los créditos personales, líneas de crédito o tarjetas, son algunas alternativas económicas que los mexicanos utilizan ya sea para salir de sus deudas o simplemente obtener una alternativa económica que les permita realizar un gasto o inversión mayor. Sin embargo, se calcula que en México, el monto medio de endeudamiento es de 35,499 pesos (sin considerar crédito hipotecario)". 35 mil, 500 pesos que no todos pueden saldar y que, con base a las tasas promedio, seguirán creciendo permanentemente. ¡Las tasas moratorias llegan hasta el 180%! Así, la deuda se convierte en un grillete.