Editoriales > ANÁLISIS

Pa' hablar de la feria...

Hacer referencia a los acontecimientos del pasado que dieron al traste con el proyecto del México revolucionario, que tantos y tan portentosos logros tuvo para el país y el mundo entero, sin hacer una contextualización y situar los marcos de referencia de cada acontecimiento, es un craso error. Mantener las mismas tesis de entonces, es absurdo, porque el tiempo ha dado oportunidad de ir decantando cada una de las ideas, las acciones y los propósitos; ahora se sabe de causas y efectos.

Cuando México crecía al seis y siete por ciento, sin devaluación y escasa inflación, otros países estaban en guerras al interior o con otras naciones. Las demandas de los poderosos capitanes de empresa de las naciones desarrolladas por acabar con el régimen revolucionario de justicia social, economía mixta con rectoría del Estado y democracia participativa, fueron contestadas por el secretario de Estado de los Estados Unidos, Robert Lansing, quien recomendaba abrir las puertas de las universidades a jóvenes ambiciosos para que se hicieran del gobierno y entregaran al país.

Pa hablar de la feria...

Así lo hicieron; pero, además, dentro del marco de la Guerra Fría que puso en jaque a las naciones que debían aliarse incondicionalmente a algunos de los bloques dominantes (México se puso al frente de los países no alineados, junto con otras naciones civilizadas de Europa), hubo acciones sin precedentes para adoctrinar a la parte más vulnerable de las naciones: los jóvenes. Unos fueron becados para ir a la Academia Militar de West Point; otros fueron seducidos para ir a Moscú y estudiar en la Universidad Patrice Lumumba o a las escuelas guerrilleras del Congo.

Adentro, se crearon organizaciones de todo género, unas como clubes de servicio, otras como logias juveniles; pero, todas con el propósito de ideologizar a las nuevas generaciones y hacerlas proclives a los intereses del capitalismo o del comunismo. A unos se facilitó cumplir con el espíritu emprendedor y fueron empresarios; para otros se abrieron las puertas del mundo intelectual y fueron creadores y filósofos. En los dos casos, se buscaba que renegaran de México y sus políticas.

El presidente don Gustavo Díaz Ordaz lo dijo textualmente en su Quinto Informe de 1969: "Sin bandera programática y con gran pobreza ideológica, por medio del desorden, la violencia, el rencor, el uso de símbolos alarmantes y la prédica de un voluntarismo aventurero, se trató de desquiciar a nuestra sociedad. Incitando al rechazo absoluto e irracional de todas las fórmulas de posible arreglo, a la negación sectaria y a la irritación subjetiva, se quiso crear la confusión para escindir al pueblo. Utilizando todos los medios de comunicación y recursos para envenenar corrientes de opinión generalmente sensatas, se intentó empujar a la nación a la anarquía...

Unos buscaban que los acontecimientos exaltaran la resistencia a los cambios y se provocara un retroceso nacional, con miras a ganar posiciones o recuperar caducos privilegios. Otros, habitualmente inactivos, de súbito obsedidos por la acción, pensaron hacer realidad inmediata sus anhelos ideológicos, nutridos en la ensoñación y en lecturas mal digeridas". No entendían al país.

Hacía pocos años que el Club de Roma había llegado a la conclusión de que el crecimiento no podía ser ilimitado; que había que poner coto a la explotación de los recursos del planeta como única vía para garantizar su sustentabilidad y para garantizar la viabilidad de la vida de las distintas especial que lo pueblan. Por ello las potencias que se disputaban la hegemonía planetario hicieron mayores esfuerzos por logra el dominio de las naciones ricas en recursos naturales y humanos.

Cumplida la tarea que recomendaba Lansing, los jóvenes educados en los países desarrollado se apoderaron de la Presidencia y, como era su compromiso, impusieron el modelo neoliberal que tantos y tan graves daños ha provocado. Ganaron los clubes a las logias juveniles y los disque guerrilleros fueron a parar a la cárcel de donde ahora están saliendo, algunos de ellos, para su mal, con la misma idea de imponer un modelo económico, político y social por la vía de las armas.

Quizá, sería mejor que se revalorara al México revolucionario que logró en la ONU la legislación en pro de la libre autodeterminación de los pueblos, avances en el desarme nuclear, tres Premios Nobel y la más prolongada era de estabilidad, paz y desarrollo que ha tenido país alguno.

Para hablar de la feria, hay que haber estado ahí.