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Reunión sadomasoquista

La inversión extranjera directa sigue en descenso desde la cancelación del NAIM

Ni dentro ni fuera de México se ha visto con buenos ojos el viaje presidencial. Para quienes saben que en política la forma es fondo, no podrían ser peores los signos previos a la reunión, con Trump en campaña que reenvía desde su cuenta oficial fotos del muro fronterizo con México y reitera en redes el agravio contra los mexicanos.

De entrada ¿a quién conviene esta reunión bilateral entre un AMLO achicado y un Trump necesitado electoralmente de mostrar punch ante un electorado que nos ve como adversarios? Ninguno de los dos mandatarios es atento al mínimo cuidado de las formas, pero en las consabidas asimetrías el mexicano, a 19 meses de gobierno, está a un tris de pasar de la cautela a la sumisión.

Reunión sadomasoquista

Dos empoderados atípicos –el siempre opositor líder social populista y el agresivo empresario y promotor inmobiliario— ¿revisarán públicamente o en lo oscurito los complejos temas de la verdadera agenda bilateral en seguridad pública y narcotráfico, en economía e inversiones o la situación migratoria?

Aunque el acuerdo es de tres, el festejo del T-MEC será de dos, sólo Canadá y Estados Unidos parecen conformes con los términos del tratado. Para México persisten numerosas incógnitas en las letras chiquitas del texto. 

Tener más certeza en las reglas regionales del comercio trilateral entre Canadá, México y EU siempre será benéfico, pero de acuerdo con especialistas, México perderá parte del terreno comercial que ganó con el tratado precedente. 

La inversión extranjera directa sigue en descenso desde la cancelación del NAIM; una baja agravada por cambios de facto en el cumplimiento de contratos energéticos ya suscritos, algunos de los cuales, en el sector eléctrico, han obtenido resoluciones judiciales favorables de la Suprema Corte de Justicia para que sean acatados.

Si México requiere inversiones productivas urgentes, parece difícil que la reunión sea el marco para que México anuncie un cambio de 180 grados en su recelosa actitud hacia la inversión nacional y extranjera.

Sería preciso que AMLO se comprometa a respetar el Estado de Derecho y los Tratados que garantizan la certeza y confianza de los inversionistas. ¿AMLO será capaz de modificar la orden de Trump que mantiene 27 mil guardias formando el muro humano que cuida a EU del embate migratorio? ¿Tendrá la posibilidad de exigirle al presidente de EU que no queremos ver más fotos de niños migrantes enjaulados?

AMLO y Trump guardan similitudes, siguen en campaña electoral, amenazan e insultan a los medios y a opositores, gobiernan para sus seguidores y destruyen instituciones. Ambos exhiben temperamentos egocéntricos, desprecian el conocimiento, la cultura y la educación, invocan la democracia pero rechazan la pluralidad, carecen de la empatía que tuvieron como candidatos con sus electores, no permiten en sus equipos opiniones diferentes. Son autoritarios, menosprecian el derecho de las mujeres y usan a los pobres como su bandera para aumentar su clientela electoral.

Este viaje no beneficiará ni a AMLO ni a México, es una reunión forzada impuesta por Trump en donde ha demostrado la sumisión que AMLO le guarda. Sorprende que no se hayan agendado, cuando menos reuniones con representantes y líderes de comunidades de mexicanos para escucharlos, apoyarlos y tenderles la mano, así como no haber buscado un acercamiento con Nancy Pelossi, líderes y candidatos demócratas. Eso hubiera sido lo adecuado para un Jefe de Estado, está visto que AMLO es un buen líder opositor, pero pésimo gobernante.

Esta entrevista más que reunión de buenos vecinos, parece la fotografía de una relación sadomasoquista.