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La educación como ariete

La escuela mexicana alcanzó sus más altos niveles durante los regímenes revolucionarios

La escuela mexicana alcanzó sus más altos niveles durante los regímenes revolucionarios. Como hizo ver con ciertas licencias el Indio Fernández en su película Rio Escondido, con María Félix en el papel de la maestra Salazar y Carlos López Moctezuma como el cacique pueblerino, dueño de vidas y haciendas, los maestros fueron los grandes protagonistas de la heroica tarea de llevar la educación hasta los últimos confines del territorio nacional. Por ello, fue la primera afectada.

Quien se dé a la tarea de leer el texto de Le Ley Federal de Educación, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 1973, podrán apreciar uno de los documentos más claros y precisos con respecto de la importancia de la educación y del papel que debe jugar el Estado mexicano en ese empeño. De haberse cumplido una mínima parte de lo propuesto, el país no estaría en las condiciones actuales, ni la educación se hubiera desfasado del acontecer nacional.

La educación como ariete

Por citar algún ejemplo, el Artículo 2º dice: "La educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social". Los términos han evolucionado con un contenido más retórico que efectivo, pero tienen igual valor.

En el Artículo 45 se señala que: "El contenido de la educación se definirá en los planes y programas, los cuales se formulará con miras a que el educando: I.- Desarrolle su capacidad de observación, análisis, interrelación y deducción; II.- Reciba armónicamente los conocimientos teóricos y prácticos de la educación; III.- Adquiera visión de lo general y de lo particular; IV.- Ejercite la reflexión crítica; V.- Acreciente su aptitud de actualizar y mejorar los conocimientos; y VI.- Se capacite para el trabajo socialmente útil". Ahí fue dónde metió la cola el Diablo y, ¡sopas!

En los planes y programas de esta que fue llamada la Reforma Educativa, se adoptaron las ideas de moda en otros países que carecían de vínculos con la educación que se impartía en México. Uno de los ejemplos más dramáticos que dañó a la educación nacional, fue la incorporación de Método Global de Análisis Estructural en la enseñanza de la lecto-escritura y las Matemáticas Modernas en la educación primaria. En la tierra que dio al mundo el Método Onomatopéyico de Torres Quintero, que ha sido pie de la educación inicial en la mayor parte del planeta, se recurrió a lo ininteligible.

Maestros y padres de familia no pudieron asimilar que: "La palabra tiene dos tipos de monemas: lexemas y morfemas. El morfema, con valor gramatical, aparece siempre asociado al lexema, con valor semántico. Ambos pueden descomponerse en unidades menores: los fonemas, que no tienen significado gramatical ni semántico, y que son las unidades mínimas de la Fonología". Y, si los adultos, excepto los gramáticos y literatos profesionales, no entendieron; los niños menos.

A partir de ahí, la educación, que tan ambiciosos objetivos se había planteado, cayó en el pozo profundo de la simulación. Los maestros responsables siguieron con los métodos tradicionales y lograron buenos resultados. Los otros, simplemente se mantuvieron al margen de los números negativos, de la enseñanza de las asignaturas por área, y la desaparición de la historia y el civismo. El padre de familia quedó como un tonto cuando aseguraba que había 5 continentes y los libros 3.

La confusión fue aprovechada por quienes se veían acotados por la ley y, desde aquellos años, echaron su gato a retozar para lograr los objetivos de privatizar la educación o convertirla en una poderoso instrumento de adoctrinamiento. El papel de la escuela, que llegó a ser el centro de la comunidad, se ha ido restringiendo y, con diversos motivos y muchas razones, se ha aislado. Los espacios educativos, luego de cinco horas de aprovechamiento, se tornan en espacios muertos. 

La última reforma educativa, de Peña Nieto, llevó al extremo los propósitos privatizadores de los espacios educativos mediante formas de inversión privada en la construcción, equipamiento y reforzamiento de la infraestructura educativa, en el entendido de que esas inversiones no podrían ser pagadas por falta de recursos y, entonces, los inversionistas podían cobrarse con los terrenos, generalmente ubicados en lugares con alto nivel de plusvalía. Negocio redondo.

Orita mismo, organismos empresariales están reclamando la propiedad de escuelas construidas en áreas de equipamiento urbano, con cargo al erario público; pero que, por contubernio con las autoridades, se han convertido el propiedad privada.

De ahí la importancia de la nueva Ley de Educación recién aprobada.