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Muy buena nueva

Así acontece con el fin del gobierno del presidente Donald Trump y el inicio del régimen del presidente Joe Biden. Lo que sí debe tomarse como buena noticia es la vuelta de Roberta Jacobson a los asuntos bilaterales

La interpretación de los sucesos que ocurren este día en los Estados Unidos requiere de un estudio a muy largo plazo, cuando se haya aquietado el tormentoso mar de las pasiones políticas. Bien sabido se tienen que en asunto de política no existe el absoluto, ni todo es blanco ni todo es negro.

Así acontece con el fin del gobierno del presidente Donald Trump y el inicio del régimen del presidente Joe Biden. Lo que sí debe tomarse como buena noticia es la vuelta de Roberta Jacobson a los asuntos bilaterales.

Muy buena nueva

Ayer Biden nombró a la diplomática Jacobson como coordinadora para asuntos de la frontera sur del Consejo de Seguridad Nacional. El cargo que ocupará es de reciente creación y habrá de coordinar los asuntos relacionados con seguridad de EU con México y Centroamérica en el momento preciso en que se han deteriorado las relaciones entre éstos países por irregularidades que han creado desconfianza mutua.

Cabe señalar que en asuntos de seguridad la coordinadora tiene amplia experiencia, pues lo mismo fue promotora de la Iniciativa Mérida, que impulsora del cambio en la administración de justicia que dio pie a la creación del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, que aún no termina de cuajar a fondo. Es, además, una persona claridosa, que dice lo que piensa y siente, buscando siempre que se logren los mejores resultados en el desempeño de las tareas que se le encomiendan. A veces resulta controversial.

Como cuando declaró acerca de Genaro García Luna, el año pasado, señalando que: “No se puede culpa a los Estados Unidos por no ‘hacer algo’ en su momento, pues sugerir que el gobierno de México no tenía la misma información sobre la corrupción o problemas de un funcionario, probablemente es tan inocente y peor, francamente, que una duplicidad. El gobierno mexicano sabía tanto como nosotros, si no es que más, y nunca tomó acciones en su momento y por ello encuentro un poco ingenuo culpar a los Estados Unidos por no tomar medidas”. Seguramente limará asperezas luego del caso Cienfuegos. 

Jacobson, con un currículo impresionante, fue embajadora de Estados Unidos en México hasta el mes de mayo de 2018, cuando hizo circular un video en el que expresa que: “Este ha sido el puesto de mi vida. Gracias a todos por la amistad que me han ofrecido. Prometo regresar tan pronto como sea posible. No es un adiós sino un hasta que nos volvamos a ver”. Ni que decir que tendrá un papel clave en la implementación de las reformas que el gobierno de Joe Biden propondrá al sistema nacional de asilo y los retos de seguridad con México y en Centroamérica, de acuerdo con su política exterior.

El sustento para considerar una buena noticia el nombramiento de Jacobson, con un rango menor; pero con una responsabilidad mayor, son sus recientes declaraciones en torno a las políticas de Trump con respecto de la migración del sur al norte. Expresó que: “Las medidas migratorias puestas en marcha hace un año por México para reducir la migración hacia Estados Unidos ante las amenazas del Presidente Donald Trump no serán sostenibles. ¿Esta política será sostenible en el largo plazo? Pienso que los números volverán a crecer, la pregunta es cuándo. ¿Regresaremos a las amenazas de impuestos, lo cual creo que es la única razón por la cual México aceptó la política de ‘Remain in México’ en un primer momento? En algún punto, estas políticas migratorias de Estados Unidos chocarán con México y la relación de cooperación terminará de manera severa. Espero que esto se dé cuando los países estén creciendo económicamente de nuevo y cuando la contingencia por el Covid-19 haya pasado”. Óralé.

En una teleconferencia organizada por el Instituto de Política Migratoria, consideró que estas medidas no son sostenibles tampoco del lado mexicano por razones políticas y motivos de seguridad, además, cuestionó que se esté utilizando a la Guardia Nacional para tareas de migración cuando la violencia en México está creciendo. Expresó tajantemente que: “Si vas a destinar 20 mil elementos de tu nueva Guardia Nacional a la política migratoria, espero que tengas la situación de seguridad ya bajo control, y eso es exactamente lo contrario que vemos en México. ¿Por qué destinar tus elementos de seguridad a la atención de la migración cuando los homicidios y otros indicadores del crimen han explotado?”. 

Con estas declaraciones, se perciben tres salidas benéficas para México: el fin de las presiones para que el país sea la barrera de contención migratoria; el mejoramiento de la cooperación fronteriza para frenar el tráfico de armas, y el mejoramiento de las relaciones e intercambio económico y social fronterizo.