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No más crecimiento sin desarrollo

Análisis

La caída de la calidad de los servicios que presta el Estado es parte de la estrategia neoliberal para ir ganando espacios en la economía y acrecentar el crecimiento de la misma sin el sano desarrollo que puede llevarla a la denominada prosperidad compartida, esto es, el goce compartido de todos sus beneficios. Así, lo primero fue dañar el tejido social para crear un estado de crispación permanente, luego fue la educación, el elefante reumáticos, después los servicios de salud y la atención ciudadana.

Cada pérdida que sufrió la población, fue acaparada por las huestes del capitalismo salvaje para hacer crecer sus dominios. El colmo fue llegar a los salarios mínimos inmorales, inviables, inconstitucionales que se aceptaban como estímulo para la inversión local y gran atractivo para la foránea. Un modelo así no podía durar mucho y desde antes de la pandemia, los mexicanos decidieron entrar en una etapa de crecimiento con desarrollo. Estirar más la cobija, poner más agua a los frijoles para que todos alcancen.

No más crecimiento sin desarrollo

En Economía, se ha comprobado que el subdesarrollo económico caracteriza a las economías de baja productividad, que están por debajo de los indicadores que estipulan el desarrollo económico, político, social y cultural de un país. El subdesarrollo económico es una situación que viven aquellas sociedades en la que los ciudadanos tienen una baja calidad de vida y grandes dificultades para acceder y disfrutar de los bienes y servicios públicos, aunque en los indicadores macroeconómicos se observe crecimiento.

En México, uno de los efectos de la globalización es la creciente exclusión de amplios sectores de la sociedad, que da como resultado la concentración del poder en las elites. La contraparte de las elites ejecutivas y financieras son los sectores consumidores y electores que, en última instancia, determinan las características con las que funcionaran el mercado y la democracia, a los que se ha logrado dominar mediante el compartimiento muy medido de algunos beneficios (migajas) o por medio de la corrupción.

Ahí la importancia de la iniciativa que ha hecho llegar el gobierno de México al equipo del presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden. El Gobierno de México dio a conocer un programa emergente de cooperación para el desarrollo en el norte de Centroamérica y el sur de México con el que se busca atender la migración. En un comunicado la Secretaría de Relaciones Exteriores señala que el programa tiene como finalidad responder a la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19 y los recientes huracanes que afectaron la región. "Ambos equipos coincidieron en la importancia de trabajar, de manera conjunta, para atender las causas estructurales de la migración". lo cual es una buena señal.

Con eso se cubre el tema internacional más urgente y, de igual manera, se está trabajando para que la economía nacional retome el rumbo del crecimiento con desarrollo, lo que llevará, de manera robusta a estimular plenamente las capacidades del país para generar riqueza, progreso, estabilidad y bienestar en la sociedad. Para ello es fundamental que se entienda que este debe ser sostenible en el tiempo y debe existir un conjunto de estrategias que incentiven el emprendimiento, la producción, la competencia de mercado, menos corrupción y mayor calidad en los servicios de educación, salud y asistencia social. 

Para las élites cerradas del neoliberalismo, es fácil entender que el crecimiento económico de un país supone simplemente el incremento de un conjunto de indicadores; pero, difícil asimilar que el desarrollo económico hace referencia a un proceso más complejo, que tiene que ver no solo con la capacidad para generar riqueza de manera sostenida a lo largo del tiempo; sino también para ser competitivo en la economía mundial en mercados cada vez más abiertos, mientras que ofrece a la población óptimos niveles de vida.

Prácticamente, en todo el planeta se sabe que el liberalismo económico propuesto por Adam Smith, que plantea limitar la participación del Estado en las actividades económicas para formular un conjunto de políticas que apoyen la economía de mercado y den seguridad a las industrias de propiedad privada, dio resultados muy malos, pues produjo una enorme brecha entre los que tienen en abundancia y quieren más y los que de todo carecen, alentando la corrupción para impedir un cambio de reglas en el juego.

Para evitar confrontaciones que pueden resultar negativas, se ha creado el derecho económico que es una rama del derecho, cuyas normas jurídicas establecidas tienen por objeto organizar, disciplinar y controlar las facultades reguladoras de la administración pública e impulsar los emprendimientos en la administración privada. Es un conjunto de normas administrativas sobre las cuales se establecen políticas económicas, como una medida para regular las acciones del Estado sobre la economía. 

Las principales características del derecho económico son: El derecho económico es humanista porque tiene como centro al hombre y no tiene relación con otros ajustes económicos de carácter estructural. Es dinámico y adaptable a los nuevos procesos económicos impulsados por el desarrollo tecnológico y productivo de los bienes y servicios. Es complejo al tener normas que favorecen a un sector productivo que a su vez desfavorecen a otros sectores económicos y de producción. Es concreto debido a las normativas en las cuales se comprende que el derecho económico solo abarca la actividad económica. 

En todos los tiempos y en todo el planeta, los ciclo de la economía han llevado a oscilar entre el predominio de las élites que dominan el quehacer productivo porque tienen el conocimiento de qué, cómo, cuándo y dónde, que guardan celosamente para garantizar sus beneficios, y el arribo al poder de los grupos sociales que han sido excluidos. Cuando se logra un equilibrio entre ambos, se genera el estado de bienestar en que la prosperidad es compartida y todos pueden poner manteca a los frijoles.

Ha sido una coincidencia que la pandemia haya aparecido cuando el mundo se encamina a librarse de los grilletes del capitalismo salvaje, pues así muchos de los cambios estructurales dejarán de ser necesarios para tornarse imperativos. No hay para dónde: crecimiento, sí; pero, con desarrollo.